Capítulo 32: Hablando en serio

30 10 0
                                    

Yoongi cerró la puerta detrás de él y me miró directo a los ojos. Mis mejillas volvieron a arder, ni siquiera había podido preguntarle por lo que había dicho esta mañana, todo se había reducido a la necesidad física que sentíamos el uno por el otro y nada más. Ahora sería el momento propicio para preguntar, pero…

—Los chicos llegan en quince minutos. Vamos, tengo que sacarte de aquí antes de que sea muy tarde.

Asentí en su dirección, por lo visto mis dudas tendrían que esperar. Él se calzó unos olvidados converse que habían en uno de los estantes de su armario. Si no hubiera estado tan ocupada intentando bueno…ya sobraban las palabras, habría admirado el orden en su habitación.

—Vamos, hay una entrada trasera.

Dejé que me tomara de la mano y cuidando de no hacer más ruido nos asomamos al pasillo. Desde allí nos llegó el eco de la tele. Al parecer Jimin estaba en la sala. Yoongi tomó una respiración profunda y yo le apreté la mano para confortarlo.

Sabía que estar a escondidas lo ponía muy nervioso. Una sonrisa apareció en su hermoso rostro antes de devolverme el apretón acariciándome los nudillos. Dios, era tan dulce.

Bajamos la escalera paso a paso. En efecto, la cabeza roja de Jimin se dejaba ver detrás del sofá ¿Y ahora? Yoongi tiró de mí en dirección a la cocina. Enarqué las cejas pero él no me hizo caso. Comprendí enseguida al ver la puerta justo al otro lado.

El único inconveniente es que había que pasar por la sala y si a Jimin se le ocurría girarse sería el fin. Nuestras miradas se encontraron. Yoongi me señaló los pies. Ah, claro, el ruido de las botas iba a descubrirme.

Me agaché para sacarme los zapatos, él terminó de sacarme el izquierdo. Iniciamos aquella silenciosa huida. Íbamos a mitad cuando el tono de un celular nos hizo perder la respiración. Jimin se levantó a contestar. Mierda, viene hacia nosotros. Nos escondimos detrás de la encimera.

—Sí, ya le dije. Ya sabes, aunque creo que no estaba solo…no sé no me hagas caso. No te olvides las papas fritas, alíen.


Oímos los pasos del pelirrojo de regreso al sofá. Ambos volvimos a respirar. Ahora sí. Corrimos hacia la puerta entreabierta de atrás. La carrera terminó una cuadra más abajo. Yoongi seguía prendido a mi mano mientras ambos recuperábamos el aliento.

—Eso ha sido…

—Muy excitante—completó por mí antes de envolverme entre sus brazos. Nos volvimos a besar.

—Quiero preguntarte algo—dije cuando nos soltamos. Él frunció el ceño. Jugueteé con su flequillo antes de rozar nuestras narices.

—¿Qué fue lo que dijiste esta mañana en el coche? Ya sabes cuándo…

—Ah…eso…—me interrumpe él todo ruborizado—Nada importante, nena…

—Bebé…—lo miré ceñuda. Si no fuera importante él no estaría todo rojo y nervioso.

—Debo estar mal de la cabeza para hacer esto—terminó soltándose de mi abrazo y sus manos se metieron en los bolsillos del pantalón. Dejó de darme la espalda para mirarme ceñudo.

— ¡Carajo, nena, no llevamos ni diez horas oficialmente y ya te dije que te amo!

Las palabras me dejan paralizada ¿Fue eso entonces? ¿Pero cómo puede ser?

—No llores, joder, soy un estúpido. Olvídalo, nena. Piensa que no sucedió y deja de llorar.

No sabía que estaba llorando realmente, pero era verdad. Cómo puedes elegirme así Min Yoon Gi, cuando hasta tú mismo sabes que no lo merezco. Termino moqueándole la sudadera mientras me acaricia el cabello. Hasta ahora pensaba que era la única llena de sal, pero cuando nos volvemos a mirar sus ojos están igual de anegados y se lo que ha estado pensando por mi actitud.

—No voy a dejarte, idiota—intento una broma con nuestro estado, pero solo me salen más lágrimas. El sorbe por la nariz y me las limpia con sus pulgares.

—Tampoco lo permitiría. A si no me correspondas no podrás librarte de mí.

Y las grietas que él había hecho en mi corazón ahora están llenas de esperanza. Él cree que no le correspondo porque no sabe de mi peor miedo. Ese que llevo teniendo desde que descubrí lo que siento por él. Pego mi frente a la suya buscando las palabras correctas. Sonrío porque resulta que él me lo dijo ya.

—Solo quédate un poco más.

La sonrisa que aparece en su cara rivaliza con el mismo Sol. Nunca me había regalado una así. Sus ojos son dos pequeñas y adorables ranuras. Soy una tonta cuando es obvio que también le amo.


***

Me tapo la boca cuando Yoongi la vuelve a besar. Nunca me lo habría esperado, si el maknae lo supiera tendríamos una tercera guerra mundial y no sería precisamente entre potencias. Por otra parte nunca había visto a mi hyung así por nadie.

De hecho cuándo en la vida ese llora y sonríe de esa manera. Ni siquiera cuando su mixtape fue una de las más descargadas del año tenía esa sonrisa en su rostro. Sin dudas esos dos se quieren de veras. Tengo tantos celos de Yoongi hyung ahora, porque la persona que amo ni siquiera me nota. Pateo el banco donde estaba sentado y casi consigo que se me luxe el tobillo.

—¡Mierda de banco estúpido!

—¿Qué estás haciendo enano? Acaso viste...No es lo que…

Y es obvio que el dueño de ese tono malhumorado es el tonto de Suga. Subo mis manos en señal de rendición pero me ataca una traicionera risa que le resta sentido a mis palabras.

—Calma, hyung, yo solo vi lo que todo el que pasara por la calle notaría. Estás enamorado hasta el culo.

El pelinegro tuerce el gesto, pero luego comienza a reír también. Y esa chica hace milagros, en otras circunstancias este me habría golpeado.

—No puedes decirle a nadie hasta que lo hagamos público y menos a…

—A Kookie, ya lo sé. No juego al detective como Tae pero desde que me dijiste que estabas haciendo ejercicio comencé a sospechar. Ya me imagino el ejercicio que…Auch, deja de golpearme, hyung…

—Deja de ser tan metiche y respétame que soy tu hyung…

—Vale, vale, la verdad no estoy en condiciones de chivarme de alguien. Yo también tengo un secreto.

Yoongi me mira con los ojos como platos, seguro es por el tono serio que ha tomado mi voz.

—¿Eres gay?

—¿Qué?

—No pasa nada si lo eres, ChimChimnie, te seguiremos queriendo igual.

—¡Joder que no soy gay, me gustan demasiado las mujeres! —grité a todo pulmón consiguiendo que las abuelas que paseaban en el parque nos asesinaran con la mirada.

Yoongi ladeó la boca antes de soltar una sonora carcajada. Pero qué le pasa a este idiota.

—Debiste verte la cara. Habrías ganado en el top de memes del grupo.

—Sí, eso es señor enamorado, búrlate todo lo que quieras. No sabes la suerte que tienes y eras tan cruel que me la restriegas en la cara.

—No digas eso enano y vamos hablar en serio ¿Cómo se llama la causa de tu depresión?

—¿Cómo sabes que…?

—Créeme, llevo tres semanas enfermo y sé cómo empieza todo. Además Taehyung es como el reportero perdido de la casa, habla de todo y de todos. Ya escúpelo de una vez.

Suelto un suspiro y me dejo caer en el banco con las manos en las rodillas. Yoongi se sienta a mi lado y me palmea la espalda. Trago ese nudo que se forma en mi garganta cada vez que pienso en ella. Será la primera vez que le cuente a alguien sobre estos sentimientos.

—Se llama April Matters y se ha llevado mi corazón para pisotearlo con sus Louboutins.



•INCO13PLETE •© MYG#1BSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora