Corría…
Corría lo más rápido que podía y me daban mis piernas, quería alejarme lo antes posible de esa mansión.
El rostro de mi acosador y todo lo que había pasado lo tenía muy clavado en mí mente.
¡Idiota!
Me satisface haberle metido un tiro.
Llegué a mi apartamento y el sol ya estaba apareciendo en el orisonte, el cansancio me ganaba y mis extremidades engullidas gritaban por un suspiro.
Pero aún así no podía relajarme.
Apenas abrí la puerta de mi apartamento la cerré deimediato, como si en algún momento fuera a aparecer mi acosador diciendo.
“No puedes escapar de mí”
Gruño y frote mi rostro con ambas palmas de mis manos.
La oscuridad reinaba dentro de mi departamento, encendí la luz y me sobresalté sobre manera al encontrar a Nicole y Thalía con sus brazos cruzados delante de mí, con sus sueños fruncidos.
—¿Qué nos estás ocultando? —exijio saber Nico.
—¿Qué?
—No te hagas la tonta, Elena —respondío Thalía—. La moto, la muerte de aquel hombre, que el hombre de la moto no te hiciera nada, ¡Eso no es coincidencia! Sin mencionar que te hemos estado llamando como locas y no contestabas nuestras llamadas. ¡Venimos aquí en medio de la noche para encontrarnos con que no te encontrabas aquí! Sin mencionar que llegas por completo agita como si estuvieras huyendo de alguien.
—Exijimos una respuesta ahora como tus mejores amigas que somos —agrega Nico con sus brazos cruzados.
—Chicas, yo…
—No quiero oír mentiras, Elena, así que habla de una vez —corta Nico, enserio aveces molesta que me conozca tanto.
—No soy lo que ustedes creen.
—¿Y que se supone que eres? Cuéntanos, vamos —responde Thalía.
—Yo…
La puerta suena cortando mis palabras y yo entró en tensión.
Los interminables golpes en la puerta hacen que mi corazón lata sobremanera.
—¿Qué está pasando, Elena? —pregunta Thalía con su voz encogida por lo nerviosa.
Iba a responder pero la puerta se abrió de golpe entrando muchos hombres en mi departamento y todos rodean a una sola persona.
Los hombres se hacen a un lado para permitirme ver a la persona que ya me esperaba.
Mi padre…
—Elena… —susurra mientras me envuelve en sus brazos y yo sé lo devuelvo.
—Hola papá…
—¿En dónde estabas, eh? Voy a hacer que mis hombres te vigilen a partir de ahora.
—Eso no será necesario.
—Sí lo es, eres mi hija y no te ocurrirá nada.
Escucho una voz que carraspea y mi padre y yo volteamos a su dirección para ver a mis dos amigas observando con los ojos abiertos a todos a su alrededor.
—Ejem, ¿Podemos saber que está pasando aquí, Elena?
—Nicole, Thalía, les presento a mi padre.
Nico esboza una sonrisa en sus labios que se me hace como conocida y… ¡oh no, él no, Nicole!
Mi padre se acerca y estrecha su mano con ambas con una sonrisa amable.
ESTÁS LEYENDO
Adicción Irresistible
De TodoLas mafias penden de un hilo. Un pacto de sangre olvidado resurge cuando el nuevo Boss de la mafia rusa busca lo que le pertenece por derecho, reavivando el fuego que había sido consumido en cenizas; pero las brasas siempre quedan, y solo bastó mira...