Capítulo 18: Golpe

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Cristhian.

Inglaterra.

Aliados + golpe + información= Tentar al diablo a salir de su cueva .

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Me despierto y lo primero que noto cuando miro hacía un lado es el cabello de la mujer que tengo a mi lado que se esparce por todo mi pecho. Su brazo se envuelve a mi torso y lo tomo con cuidado poniéndola a un lado para poder levantarme.

Elena se queja por lo bajo pero yo sigo mi camino al baño que está en la habitación. Me doy una ducha rápida que me refresca y me despierta de una vez. Me envuelvo una toalla a la cintura mientras mi cuerpo destila agua y salgo del baño pasando una mano por mi cabello cuando este cae en mi rostro.

Miro a Elena mientras esta sigue como una piedra luego del intenso sexo de hace unas horas, porque luego de los segundos no pude evitar tomarla, así como las otras tres, cuatro o cinco veces más.

Río por lo bajo mientras salgo y me dirijo a mi habitación que no queda muy lejos de la suya. Tomó una sudadera negra junto con unos monos del mismo color y salgo del penthouses a trotar por las calles de Inglaterra. Llegó al parque Kingston dónde las personas suelen venir a correr y me sumerjo disfrutando la vista.

Para milagro divino hoy estoy de un humor no tan... ¿Tócame los huevos y te mato? No lo sé, simplemente sé que Elena tiene todo que ver con este buen humor que me cargo.

Logro identificar el anillo de seguridad que cargo a mi alrededor. Siempre cuando salgo ellos van conmigo pero siempre manteniendo su distancia, Saben que no me gusta tener garrapatas encima, se los he dejado muy en claro, ya es muy difícil saber que están a mi alrededor y tener que ignorarlos olímpicamente.

Cómo lo odio.

El correr junto con el aire fresco hacen que me lleguen nuevas ideas para nuevos ataques para dar en puntos de quiebre pero ninguno me satisface por completo.

Todo se basa en dar en un punto que los deje debilidatos, dando justo en dónde les va a doler.

Uno de los del anillo de seguridad se acerca a mí como si fuera a hablar conmigo y me entrega el pequeño teléfono antiguo negro con teclas de antes ya que perdí el mío en el atentado, este es solo por los momentos mientras mi hombre me prepara el mío con todos mis contactos. Cualquiera que consiguiera mi teléfono con solo los contactos tendría una mina de oro asegurada y aún así estoy seguro de que nadie llegó a ponerle las manos encima extienguiendose junto con el atentado.

Agarro el aparato prehistórico y veo el mensaje que ha llegado.

«La rata con el Vikingo»

Me lleva...

Apretó el aparato en mis manos hasta el punto de casi reventar.

«Hijo de la gran puta»

El aparato vuelve a vibrar y con la ira hirviendo vuelvo a leer el mensaje que llega con una ubicación y salgo directo para el lugar donde me esperan.

Entro al edificio como de treinta pisos de un color negro. El del mostrador me recibe con una inclinación y lo ignoro pasándole por un lado ya que no me interesan las muestras de afecto, gratitud, o la forma en que me va a lamer las botas, no me importa, solo lo ignoro dirigirme al salón de juntas.

Las grandes panorámicas del lugar dan una excelente vista de toda la ciudad. Camino y no me lo pienso dos veces antes de abrir la puerta de golpe.

—¡Reporte de la situación, ahora! —exijo a uno de los cabecillas. Cada uno cumple su función aquí y cada quién tiene que traerme información.

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