Elena.
━━━━━━✧♛✧━━━━━━Llegamos luego de un par de minutos, ya que, Nicole se tomó realmente su debido tiempo en arreglarse.
Pasamos entre las mesas donde se encuentran las personas sumergidas en sus ofertas, no obstante, varios se nos acercan a saludar, ya sea por nuestra belleza o porque saben de cierta manera el peso que ronda sobre nosotras, que no es nada más y nada menos que el de Cristhian. Los alagos se hacen presentes y son correspondidos con pequeñas sonrisas tensas por nuestra parte.
Mis hombros se contraen cuando siento algo extraño que recorre mi cuerpo, como unos pares de ojos que tienen un poder tan fuerte como para dejarte estática en tu lugar. Observo mi alrededor entre la masa de personas sin dar con lo que busco, sin embargo, mis ojos captan lo que se encuentra en una vitrina que está siendo subastado, «mi collar», aun siento ese pequeño malestar en mi pecho de cuando se lo entregué a Thalía, no hace falta mencionar que una parte de mí no se quería desprender de él, no obstante, no puedo dejarme llevar por ese tipo de emociones, que son las principales por las que siempre termino callendo ante la presencia de Cristhian. «Si quiero cambios contundentes requiere medidas contundentes», el hecho que no me vaya no significa que volveré con él, no importa si amanece en mi cama de la nada, cambia por completo su personalidad o me compra todo el bendito centro comercial. Quiero dejarle en claro que no, Elena Cappelletti no es fácil, y se requiere de mucho más para lograr llamar mi atención.
Detallo el collar rojo de corazón que brilla con algo único que hace que todos los presentes lo deseen. No sé cuánto costará, pero supongo que no debe ser nada barato.
Y de la nada, luego de un segundo, como si lo hubiera invocado con el mero pensamiento, sus ojos conectan con los míos; frío, calculador e indescifrable. Su mera presencia detona un aura de dominio inquebrantable.
Retengo el impulso de reuhir de esos ojos verdes rasgados que me taladran con fuerza, «así que eras tú lo extraño que sentí hace un momento», aunque, ahora es vez de sentir extrañeza, me invade una pizca de curiosidad ante aquel escudriño que me repara sin sutileza.
Si darme cuenta ya lo estoy detallando más de lo debido, y es que el porte que se carga hace que varias señoritas se les vayan la mirada hipnotizadas; su mandíbula cincelada, sus espesas pestañas y cejas pobladas. El traje se le asienta muy bien en dónde debe, dejando en evidencia que debajo de este hay puro músculo.
Sigue aún observandome, como si fuera lo único que se encuentra en este lugar, suena bonito, pero la manera en que lo hace es de un tono duro y oscuro.
Llevo la mano a mi cuello desnudo mientras una sonrisa de lado se extiende en mi rostro, «no puedo dejarme llevar por lo que produce su mera presencia» porqué, apesar de qué la primera impresión que da al mirarlo es que es un hombre peligroso, tambien viene con ello arraigado las palabras; Lujuria, lascivia, y una terrible adicción de la cual cualquiera no se puede resistir.
Y eso es lo que intento yo.
Logro captar su atención en el punto donde mi mano se encuentra acariciando mi pecho, es un gesto inocente que a él lo hace contraer la mandíbula con enojo. Su manzana de adan se mueve al tragar y se me congelan las extremidades con la mirada cargada de oscuridad que me dedica. Su mano se aferra con fuerza del espaldar de su hermano, donde se encuentra ligeramente inclinado, dándome a entender que ha pausado su conversación para poder observarme.
Y... Cómo si nada hubiera pasado, se endereza apartando su mirada de la mía, relajando su expresión para cambiarla por una de indiferencia. Retoma su puesto al lado de su hermano y Thalía, ajusta su traje y se concentra en la subasta que se está llevando a cabo en estos momentos.
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Adicción Irresistible
AcakLas mafias penden de un hilo. Un pacto de sangre olvidado resurge cuando el nuevo Boss de la mafia rusa busca lo que le pertenece por derecho, reavivando el fuego que había sido consumido en cenizas; pero las brasas siempre quedan, y solo bastó mira...