XII: Debilidades.

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Ethan.

—¿Un basurero de callejón? ¿Es en serio?—reclamo con molestia—¿Se dan cuenta del riesgo al que se exponen?

Karina ríe.

—Cielo, despreocúpate. Jamás se enterarán de quién lo hizo.

—Eso es lo que ustedes creen.—refuto—Que nunca los hayan descubierto en ninguna de las ciudades en que hemos estado, no significa que no puedan hacerlo ahora.

Karina coloca sus manos sobre sus anchas caderas.

—Ethan...—comienza a caminar hacia mí, hasta quedar a centímetros de mí, toma mi mentón suavemente con sus dedos, obligándome a levantar la mirada y encontrarme con sus ojos jade—Jamás permitiré que nos descubran, tú y tu hermano son mi mayor motivo para no hacerlo.

Frunzo el ceño con molestia, empujando su mano, apartándola de mi rostro.

—Si de verdad te importáramos habrías dejado esto hace mucho.—le doy la espalda y comienzo a subir las escaleras, pero me detengo y volteo ligeramente—No está bien poner a tus hijos en peligro por una absurda venganza que ya duró demasiado.

Dicho eso, termino de subir y me dirijo a mi cuarto, la escucho llamarme, escucho a Logan gritarme, mas no les doy importancia y me encierro en mi habitación.

...

Cinco días después.
Martes, 7:45 am.

Todo ha estado tranquilo los últimos días, no toqué más el tema de Malcom Stevens con mi familia y las autoridades aún no hallan nada, para nuestra suerte.

Hoy es la exposición del proyecto. El fin de semana pasado fui a casa de Kayla de nuevo, debíamos practicar. Luego de varios intentos, logramos las medidas correctas para que los cambios de color sean los correctos. En pocos minutos será nuestro turno de presentarnos, Kayla y Dylan se ven nerviosos, no entiendo por qué, es un proyecto bastante sencillo y las medidas las tenemos calculadas.

—Esa ha sido nuestra presentación. ¡Muchas gracias!—dice una de las chicas de la clase, la líder de su grupo.

Todos aplaudimos y el grupo regresa a su asiento.

—Muy bien: Señorita Maguire, Señor Collins y Señor Quinn; su turno.—llama el profesor.

Asentimos y nos ponemos de pie, llevando con nosotros los materiales para realizar el proyecto.

—Compañeros, Sr. Coleman, tengan todos buenos días.—empieza Kayla con la exposición—Nuestro proyecto se llama Arcoiris Ardiente.

Se escuchan las risas "silenciosas" de Ángelo, sus colegas y por supuesto, sus novias, al fondo del salón.

Trago saliva amargamente, tensando mi mandíbula. Sencillamente no los soporto, pero mantengo la calma, no es para tanto.

—Este experimento consiste en observar cómo al adicionar ciertas sustancias a una llama de fuego, estas logran alterar el color de la misma.

El Sr. Coleman arquea una ceja, creo que le ha interesado, pero es profesor de Química, esto no debe ser nuevo para él.

—Aplicando ácido bórico, hilo de cobre, acetona y alcohol puro en estos pequeños recipientes de aluminio...—habla Dylan—Lograremos este efecto.

—A continuación, una demostración de ello.—finalizo el discurso.

Kayla toma el primer recipiente y vierte cuidadosamente tres gotas de ácido bórico, para luego hacerlo a un lado y que Dylan se encargue del siguiente. Él toma el segundo recipiente y coloca en este, un par de hilos de cobre de aproximadamente cinco centímetros, a manera de espiral.

Ethan [Psycho #1] [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora