LXXII: ¡Estallido! [GRAN FINAL PT1]

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Kayla.

—¡No! ¡Abel, ya suéltame!—forcejeo, pero por supuesto que es más fuerte.

—¿Quieres que él te rebane también?—cuestiona alzando un poco la voz—No puedes hacer nada contra Ángelo, no seas tonta, es mejor que no interfieras.

Gruño forcejeando de nuevo.

—¡Que me sueltes, idiota! ¡Va a matarlo si nadie interviene!

Guarda silencio, sólo me sujeta aún más fuerte.

Miro frenéticamente a todo mi alrededor, ¿por qué nadie hace nada? Sólo gritan como tontos sin moverse de donde están, no hacen siquiera el intento por buscar ayuda de algún profesor.

Y ahora que lo pienso, ¿dónde están?

Ya deberían haber escuchado los gritos.

Todo es un desastre, Leonard pelea contra un bravucón que le impide acercarse a Ethan, Dylan se golpeó la cabeza contra el árbol ayudándolo y Noah está tratando de despertarlo pero no lo consigue, incluso a la distancia tan grande a la que estoy de ellos, puedo escuchar cómo le suplica que despierte. Mientras que Taylor forcejea contra otro de esos desgraciados colegas de Ángelo.

Grito.

—¡Abel, que le sueltes te he dicho!—le vocifero—¡¿Por qué mierda nadie hace nada?!

Un grito estridente y desgarrador nos silencia a todos, haciéndonos fijar nuestra atención en dirección a él. Viene justo de donde está Ethan en el suelo, recorciéndose, con Ángelo encima.

¿Qué está pasando?

Desde esta distancia y ángulo no puedo ver a Ethan, sólo sus piernas y la enorme espalda de ese gorila. Pero mi alma abandona mi cuerpo en el momento en que se empieza a ver una gran cantidad de sangre. Los gritos de Ethan no cesan.

—Lo está cortando.—sollozo con la voz afónica.

El tiempo pareciera detenerse.

Mi cuerpo entra en un temblor frenético, escalofríos revuelven mi estómago. Las lágrimas comienzan a nublar mi vista, mis labios tiritan.

—¡No!—chillo en un grito largo y agudo que quema mi garganta—¡Abel, que me sueltes!

Gruño a gritos forcejeando contra él, todo mi rostro fruncido en un enfado y desesperación que jamás había experimentado. Mis latidos sin control, las lágrimas corriendo sin cesar por mis mejillas.

La risa burlista de Ángelo sólo me enfurece más. Ha ido demasiado lejos.

Gruño una vez más, piso uno de los pies de Abel tan fuerte que su agarre se debilita y bajar su cabeza para mirar su pie lastimado, lo golpeo con mi codo en el entrecejo, haciendo que retroceda, tropieza y cae de espaldas al suelo. Aprovecho para correr hacia Ethan que ahora está siendo golpeado a puño cerrado por ese monstruo, justo en su rostro.

—¡Ya voy, Eth...—unos brazos rodean mi torso y me halan hacia atrás.

—¡Hey, hey, hey! ¿Qué crees que haces?—me exhorta Leonard—Tú menos que nadie puede ir a enfrentarlo.

Lo miro al borde del llanto, mi respiración es un desastre y ni hablar de mi ritmo cardiaco. Su mirada cae sobre mi abdomen.

—¡Entonces haz algo tú! ¡Leonard, por favor!—le suplico, mi voz temblorosa.

Vuelve su atención a Ethan y frunce el ceño.

—Yo me encargo.—espeta, Taylor se acerca a nosotros y él la mira—Cuida a Kayla, princesa.

Ethan [Psycho #1] [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora