LIX: Inesperado Consuelo.

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Kayla.

<<Anunciamos con mucho dolor y gran sentido de pésame, el hallazgo de otro cuerpo sin vida, esta vez por parte de los vecinos de Clinton Hill, quienes no dudaron en reportar a las autoridades. La víctima en cuestión se llamaba Christina Lincoln, era una joven estudiante de apenas trece años de edad.>>

Pasan el reportaje en las noticias, mostrando a su vez las imágenes. El terror me invade al mirar cada una de las fotografías y aún más al observar el símbolo dibujado en la acerca, debajo de ella. Un escalofrío doloroso me recorre haciendo mi cuerpo temblar, es una de las escenas más crudas y asquerosas que he visto en mi vida, Spectro sin duda es un ser despiadado y cruel, no entiendo por qué la mataría, era sólo una niña.

No es la primera vez que mata a un niño...

Recuerdo rápido la vez que asesinó a una mujer y a su hijo que era sólo un niño pequeño. Tampoco entiendo qué motivos tenía para matar a esos dos, esto se pone cada vez más raro y más aterrador, lo que me lleva a recordar:

Los Quinn...

Si ellos son cazadores de criminales como Ethan asegura, entonces, ¿estarán tras Spectro? Aunque dudo que lo encuentren de ser así, ya que ni siquiera el FBI ha logrado obtener rastro alguno de él.

—¡Qué horror! Kayla, querida, ¿ya viste lo que pasó?—abre mi madre frustrada la puerta de mi habitación.

Asiento con mi cabeza.

—Sí, justo lo estoy viendo en mi celular, mamá.—le enseño la pantalla. Ella camina hacia mí y se sienta al borde de la cama.

—Dios mío, esto es horrible. ¿La conocías?—cuestiona.

Desvío la mirada con tristeza.

—Algo así.—respondo sin dar detalles, mas en mi mente surge una ola de pensamientos.

Pobre chica...

¿Por qué Spectro la mataría? ¿Y por qué de esa manera tan sádica?

Algo con ese nivel de sadismo debe de tener un motivo muy personal, pero era sólo una niña, ¿qué pudo haber hecho?

Christina realmente no me caía nada bien, era fastidiosa, sobretodo por lo mucho que se entrometía entre Ethan y Taylor, pero cuando mis sentimientos hacia él comenzaron a volverse románticos, empecé a entender la obsesión que tenía ella con él. No sé qué tiene ese tonto que a todas nos enloquece, sin embargo, por muy hastiante que fuera a veces, no creo que mereciera algo así, ¿qué hizo entonces? ¿Por qué una mocosa de trece años se volvería el blanco de su siguiente ataque?

Con todo lo que sé, sólo se me ocurre una persona que podría haberlo hecho, tiene motivos, la detesta y además, viene de una familia de asesinos. Pero sospechar de él sin fundamentos sólidos tampoco está bien.

Ay, Ethan...

Sólo espero que de verdad no hayas sido tú...

Suspiro.

—Hija, ¿te encuentras bien?—cuestiona mi madre, alejándome de mis pensamientos.

Respondo asintiendo levemente con mi cabeza, un corto silencio nos aborda hasta que ella vuelve a hablar.

—Kayla, no puedes quedarte toda tu vida encerrada en esta habitación. Sé que tienes miedo por lo que pasó esa noche y más ahora con esta noticia, pero debes volver a la escuela, cariño.—comenta con dulzura—Si te quedas aquí te atrasarás mucho.

Bajo la mirada.

Si tan sólo supieras, mamá...

—Tienes razón. Supongo que de algún modo debo superar mi miedo.—mantengo la mirada baja. Ella me da un abrazo, acompañado de un beso en la frente y sale de mi habitación.

Ethan [Psycho #1] [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora