Lunes, 9:01 am.
Kayla.—Oigan, chicos, iré por una soda. Tengo algo de sed.
—¡También yo! ¡Te acompaño, Kayli!
Asiento.
—Voy con ustedes.—habla Ethan, Dylan y yo nos asombramos ante su ofrecimiento.
—¿De verdad?—pregunto asombrada.
Asiente.
—No tengo sed, pero iré con ustedes.
Me alegra que Ethan ya se esté integrando, sigue siendo un amargado de primer nivel, pero al menos ya convive con nosotros.
—¡Genial!—exclamo sonriente.
Salimos del salón.
Llegamos a la máquina expendedora, introduzco cinco dólares en ella y selecciono la bebida que quiero, la máquina pronto me da mi soda.
—La de fresa es mi favorita.—le digo a Ethan sonriendo.
Él sólo asiente levantando sus cejas con una sonrisa incómoda y las manos en los bolsillos de sus pantalones. Por alguna razón hoy no trae su hoodie.
Es el turno de Dylan de tomar su soda. Abro mi soda, el sonido del gas se escapa de ella.
—¡Kayla!—volteo al escuchar la voz de Taylor.
—¡Taylor, hola!—le respondo con un abrazo.
—¡Hola, cariño!—saluda Dylan con su característico encanto.
Taylor le sonríe y extiende sus brazos para abrazarlo.
—Hola, Dy...—su mirada se desvía—¡¿Él es Ethan?!-su emoción se desborda.
—Ah, sí, es él.—respondo dándole una mirada rápida.
Taylor sonríe con entusiasmo y a pequeños saltitos se acerca a Ethan, extendiendo su mano para saludarlo.
—¡Es un gusto conocerte, Ethan! ¡Me llamo Taylor!
Ethan no dice nada, no se mueve, sólo la mira con una ligera expresión de ¿asombro talvez? No tengo la menor idea de lo que refleja su mirada, sólo es diferente.
—Am... ¿Hola? ¿Ethan?—vuelve a hablar Taylor.
—Tierra llamando a Ethan.—chasqueo mis dedos frente a él, inmediatamente él reacciona—¿Todo bien?
—Sí, sólo me distraje.—responde regresando su seriedad—Gusto en conocerte, Taylor.—estrecha su mano.
Ella le dedica una sonrisa sincera y sin siquiera preguntar, lo envuelve en uno de sus cálidos abrazos. Ethan se paraliza ante la acción, mientras que Dylan y yo no hallamos cómo decirle a Taylor que es muy pronto para eso.
Taylor es alta, casi tanto como Dylan, mientras que Ethan y yo somos más bajos en comparación. Esto hace que vergonzosamente el rostro de Ethan quede sumergido en el busto de Taylor. Quiero reír, sí es chistoso presenciar esto, muero por ver la reacción de Ethan cuando lo suelte.
—He oído sobre ti, ¡me alegra por fin conocerte!—menciona ella sin detener el abrazo.
Por fin lo suelta luego de un par de segundos que parecieron eternos. Ethan respira profundo, su rostro teñido de un rojo intenso; la mira con sus ojos abiertos como un par de enormes platos, lo veo pasar saliva con dificultad.
Finalmente no logro resistir y río a carcajadas descaradas, sin importarme si él se molesta. Su rostro fue la gota que derramó el vaso.
—¿Estás bien, Ethan?—pregunta Taylor.
Ethan sólo asiente apenado, pasando saliva de nuevo con una sonrisa incómoda; y regresando sus manos a sus bolsillos se da la vuelta y regresa al salón.
—Creo que me excedí.
—Te lo dije: eres demasiado radiante para alguien como él. No es tu culpa.—consuelo, colocando mi mano sobre su hombro.
—De hecho, sí lo es.—interviene Dylan—Era demasiado pronto para un abrazo, nena.
Lo golpeo con el codo.
—Cállate.—murmuro entre dientes, fulminándolo con la mirada—Descuida, ya se le pasará, sólo lo tomaste por sorpresa.—apaciguo regresando mi atención a Taylor.
Ella sólo asiente con una ligera sonrisa.
—Además, ¿quién no ama tus abrazos? ¡Son los mejores!—continuo animándola.
—¡Aw!—exclama conmovida y me da un abrazo—Tú eres la mejor.
—Lo sé.
...
Luego del inconveniente con Taylor, Ethan no dijo una sola palabra durante el resto de la mañana. Es la hora del almuerzo, Ethan, Dylan y yo nos dirigimos a una mesa con nuestras bandejas de comida. Él sigue callado.
Por otro lado, Dylan no para de hablar, pero para ser sincera no entiendo nada de lo que dice, estoy muy concentrada recordando el rostro avergonzado de Ethan, no es que me guste burlarme de él, sólo fue gracioso.
—...Y entonces él me dijo que había perdido la cabeza sólo por sugerirle eso, ¿puedes creerlo?
Sacudo mi cabeza, concentrándome en Dylan.
—Disculpa, no estaba prestando atención. ¿Qué decías?—pregunto, Dylan bufa.
—¿En qué tanto pensabas?—pregunta tomando asiento.
—En nada, sólo cosas sin sentido.—no quiero mencionarlo porque tengo a Ethan justo a mi lado.
—De acuerdo.
Pasan unos minutos, veo a Taylor acercarse. Miro a Ethan de reojo para ver su reacción, pero ni siquiera se ha dado cuenta.
—Hola de nuevo.—saluda tomando asiento junto a Ethan, él ni siquiera la voltea a ver.
—Hola, Taylor.—respondo por cortesía, ella me sonríe ligeramente, luego se concentra en Ethan.
—Hey, Ethan...—lo llama, él sigue en lo suyo—Oye, disculpa si te incomodé hace un rato. Me gusta dar abrazos, pero no me detuve a pensar si a ti también.
Un pequeño silencio tensa el ambiente, hasta que Ethan habla.
—No me incomodaste...—los tres lo miramos sorprendidos—Sólo no me lo esperaba, tranquila.
¿Acaso está siendo amable?
¿En serio?
Reclamo para mis adentros, pero termino de enloquecer al ver que su boca se curva ligeramente en una sonrisa y levanta su mirada para encontrarse con la de Taylor.
¡Dios! ¡Está sonriendo!
Muy poco, ¡pero sonriendo!
No me cabe duda de que Taylor es capaz de hacer sonreír a quien sea, pero ahora tampoco me cabe duda de que por muy frío que parezca, este chico tiene sentimientos.
—Entonces, ¿eso significa que somos amigos?—pregunta ella, acomodando detrás de sus orejas su corto cabello rojizo.
Ethan sólo asiente, regresando su atención a su comida. Taylor sonríe ampliamente e intenta abrazarlo de nuevo, mas se detiene de inmediato. Ethan retrocede en su silla.
—¡Ups! Casi lo hago de nuevo, disculpa.—dice apenada.
Ethan se acomoda sobre su silla, soltando una pequeña risita, que suena bastante sincera a mi parecer.
—Eres divertida.—le dice sin mucho énfasis, pero con cierta dulzura.
Dylan y yo compartimos una mirada, completamente atónitos, nuestras bocas totalmente abiertas de la impresión.
Esto es nuevo....
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Ethan [Psycho #1] [EN EDICIÓN]
Misterio / SuspensoJamás creí que estaría tan cerca del peligro, tan cerca de la muerte. Todas las personas guardamos algún secreto en nuestro interior, pero hay quienes esconden secretos de los que a veces ni ellos mismos son conscientes, pero que pueden llevarte a e...