Kendall siempre había admirado el valor en una mujer, pero, aunque _______ quisiera aparentar entereza, sabía que solo era una mujer vulnerable frágil: una mujer que necesitaba protección.
—_______, piénselo. Aún no sabemos cómo ha llegado esa caja hasta usted, pero sea del modo que haya sido, solo significa una cosa —hizo una pausa— él sabe dónde encontrarla.
Su mano apretó con un poco más de fuerza su brazo; era placentero sentir la piel suave y tibia de _______ contra la suya. Ella intentó ponerle fin a aquel contacto, no porque le molestara, sino porque estaba provocando un mar de sensaciones que se arremolinaban en su interior.
—Usted mismo ha podido darse cuenta de que el lugar en donde vivo es casi una fortaleza, un complejo privado en el que es difícil introducirse sin ser visto; hay vigilancia las veinticuatro horas y cámaras de video por todas partes.
—Lo sé, y si él ha estado aquí será de gran utilidad toda esa tecnología, pero de todos modos me sentiría más tranquilo si considerase la posibilidad de marcharse de aquí, apuesto a que su hermano también lo estaría. ¿Por qué no se muda con él?
—De ningún modo. Kevin vive en Clovis, es totalmente independiente y no quiero que cargue de nuevo conmigo, fue suficiente que tuviera que hacerlo cuando reaparecí después de mi secuestro. Me cuidó y dejó su propia vida de lado. No puedo hacerle pasar por todo esto una vez más —afirmó y se soltó finalmente con un paso hacia atrás.
—No creo que su hermano piense lo mismo, sobre todo si se encuentra usted en una situación peligrosa.
_______ negó con la cabeza de manera enérgica.
—Le voy a pedir un favor, detective.
Kendall se preparó para escucharla, pero presentía lo que estaba a punto de pedirle.
—No le mencione a Kevin la posibilidad de mudarme de aquí. Lo conozco y no dudará un segundo en llevarme con él.
¿Cómo podía negarse cuando la mirada de aquella mujer parecía calarle hasta el alma? Podría haber protestado e inventar mil motivos y decirle que era por su propia seguridad, sin embargo, la determinación que vio en sus ojos se lo impidió. Intentó tranquilizarse y pensar que, tal vez, todo el asunto de la caja había sido solo una broma macabra, que nada tenía que ver con los asesinatos y con su secuestro. Pero sabía que no era así.
—Bien, como prefiera —dijo por fin—. Mi compañera y yo hablaremos con su amiga Leslie, pero antes pasaremos por la caseta del guardia para averiguar si ha visto algo y requisaremos las cintas de video.
—Está bien.
Kendall se dio media vuelta y se detuvo cuando ella le toco el hombro.
—Gracias —le dijo. Él la miró, y _______ retiro la mano de inmediato, sus ojos marrones podían quemar más que la piel curtida de sus manos.
—No me lo agradezca, solo quiero que sepa que no estoy de acuerdo con su decisión.
—Lo sé.
Rachel intentaba seguirle el paso a su compañero, pero entre los zapatos de tacón alto que había decidido llevar esa mañana y el suelo pedregoso, era una misión difícil de conseguir.
Se estaban dirigiendo a la entrada de aquel complejo de lujosas viviendas que se parecía a una fortaleza privada, para hablar con el guardia y conseguir algún dato que los llevara a descubrir quién había enviado la caja.
—¡Schmidt! ¿Sucede algo? —preguntó Rachel mientras caminaba un par de metros detrás de él.
Kendall se detuvo para permitirle alcanzarlo y lanzó un soplido.
—Reconozco esa mirada —dijo ella y se puso a su lado—. Estás preocupado y creo saber por qué.
—¡Debería haber aceptado mi sugerencia de abandonar este lugar y marcharse con su hermano! —despotricó. No quería estar enfadado, pero la impotencia y la inquietud eran dos sensaciones que solo lograban alterarlo.
—¡Cálmate, Kendall! —Le dio una palmadita en el hombro.
—No puedo, Rachel. Sabes mejor que yo, que lo que ha sucedido no es un hecho aislado, incluso antes de obtener las pruebas necesarias para confirmarlo.
—Veo que al menos tu olfato detectivesco sigue intacto; lamento decirte que no puedo decir lo mismo de tu objetividad.
—¿Qué diablos quieres decir con eso, Parker? —Su rostro se contrajo y formó unas arrugas alrededor de sus ojos.
—Soy mujer, Schmidt.
—¡Eso ya lo sé!
—Y como tal, puedo percibir ciertas cosas que los hombres pasan por alto.
Kendall hizo un gesto mientras levantaba ambas manos.
—¿Y?
—Me he dado cuenta, por ejemplo, del modo en que la miras. —Estudió la reacción de su compañero.

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NO ME OLVIDES -ADAPTADA TERMINADA- KENDALL SCHMIDT
FanfictionEs mi novela favorita. Les va a encantar. Todos los créditos al autor original.