_______ dejó caer la taza sobre la encimera.
—Entonces, es él... Jack Gordon. —Se negaba a creerlo—. ¿Estáis seguros?
—No, no lo estamos, pero es el primer sospechoso que tenemos y no podemos dejarlo ir hasta que no encontremos más pruebas que nos demuestren que realmente tenemos al sujeto correcto.
—Rachel ha dicho que su abogado pedirá su excarcelación esta misma tarde —le contó preocupada.
—No me sorprende. ¿Ha dicho algo más?
—Sí, ha mencionado algo sobre el tatuaje. Ha dicho que Jack no lo tenía y que, tal vez, una tal doctora Grant se había equivocado.
Kendall asintió, aquel último dato no hizo más que desanimarlo.
—Sigo sin creer que Jack haya sido capaz de cometer esos crímenes, tampoco creo que haya sido él quien me secuestrara —reiteró _______ consternada.
—Ya te he dicho que por ahora es nuestro principal sospechoso. Por desgracia, eso no significa que sea el culpable —señaló y se puso de pie.
—Hace cuatro años tu padre vino a verme un día y me hizo preguntas sobre él.
Kendall no pudo evitar inquietarse al oír mencionar a su padre.
—Sí, en aquella época Jack Gordon era también su principal sospechoso.
—Si tan solo pudiera recordar qué sucedió después de que él se marchara de la parada de autobuses —dijo _______ angustiada.
Kendall sabía que aquel era el momento oportuno para hablar con ella y decirle lo que había planeado a sus espaldas.
—_______, hay algo que debes saber —comenzó a decir sin mirarla a los ojos directamente. No sabía cuál iba a ser su reacción pero aquella charla ya no se podía dilatar más.
_______ intentó prepararse para lo que fuera que Kendall estuviera a punto de decirle.
—Ayer por la mañana te dije que tenía una reunión importante.
_______ asintió. La reunión que había llevado a su misteriosa desaparición. ¿Qué estaría a punto de decirle? Se sintió abrumada por una inexplicable inquietud. ¿Acaso se había visto con su amante, la dueña del sujetador que descansaba en el fondo del cesto de la ropa en el cuarto de baño? No creía estar preparada para escuchar algo semejante de parte de él.
—Fui a ver al doctor Foster. —Se rascó la barbilla recién afeitada—. Es el mejor especialista en hipnosis de la ciudad. Tenemos una cita el martes —dijo la última frase rápidamente.
_______ se quedó en silencio durante un segundo que a él le pareció eterno. Ni siquiera supo cómo reaccionar con lo que acababa de oír; tampoco podía discernir si estaba más sorprendida por el hecho de que él le había conseguido aquella cita a sus espaldas, o porque había hablado usando el plural: «Tenemos una cita el martes.» Eso significaba que él la acompañaría.
—¿El martes, tan pronto?
—Sé que dije que no te presionaría, pero cuanto antes consultes con un especialista, mejor. —Buscó su mirada—. Él te ayudará, no solo a recordar lo sucedido, sino también a superar tus pesadillas; yo le he contado de tu caso y está ansioso por recibirte. Cree que es muy posible que logres recordar todo —alegó entusiasta.
Recordar todo. Traer a su presente lo que tanto daño le había causado en el pasado. Siempre había tenido miedo de intentarlo siquiera y había preferido dejar aquellos recuerdos donde estaban; ocultos en algún lugar oscuro de su memoria. Kendall le ofrecía la oportunidad de liberarse de aquella pesadilla de una buena vez, pero no estaba segura de tener el valor suficiente para hacerlo. Pensaba que nunca estaría lo bastante preparada para saber qué le había sucedido en esos tres meses que le fueron robados.
—¿Tienes miedo? —preguntó él de repente, como si pudiera leer sus pensamientos.
_______ asintió.
—Yo iré contigo. El doctor Foster me ha dicho que incluso puedo quedarme a tu lado mientras te hipnotiza. —Le tocó el hombro—. No vas a estar sola, _______.
—Gracias, Kendall. —Ella sabía que él lo hacía porque estaba empeñado en que recordara, por fin, quién la había secuestrado; sin embargo, se ilusionó de todos modos con la idea de que realmente se preocupaba por ella.
—Bien, no quería marcharme sin antes decírtelo. —Le sonrió con cariño, y _______ tuvo la sensación de que había algo más que él quería decirle—. Me voy a la comisaría. Nos vemos por la tarde. No olvides el partido de hockey.
—No lo he olvidado.
—Pasaré por ti a las dos y media —le gritó mientras salía.
Ella le respondió que sí, pero él ya no la escuchaba.
—¡Maldición! —Rachel observaba a través del cristal cómo Jack Gordon y su abogado discutían dentro de la sala de interrogatorios—. ¿Crees que va a lograr salirse con la suya?
Kendall le lanzó una mirada fugaz a su compañera; él estaba tan molesto como ella.
—No lo sé, el plazo vence mañana. Al menos nos queda algo menos de veinticuatro horas para conseguir algo más en su contra —dijo y miró el reloj que colgaba de la pared del pasillo.
—¿A qué hora es el partido de los Falcons?
—A las tres.
Rachel notó cierto nerviosismo en su compañero y creía saber a qué se debía.
—Supongo que si no me has mencionado nada hasta ahora, es porque ya tienes con quién ir —dijo mientras fruncía el ceño.
—He invitado a _______ —respondió finalmente—. He pensado que le vendría bien salir y distraerse un poco.
—Claro, supongo que la has invitado solo por eso. —Rachel habría querido reírse de su compañero, parecía un adolescente atrapado después de haber organizado una cita clandestina.
—No empieces, Parker. No estoy de humor para uno de tus sermones esta mañana —dijo a la vez que levantaba las manos.
—No pensaba sermonearte, pero es indudable que algo malo habrás hecho para que creas que lo iba a hacer. —Sabía que él le ocultaba algo, su actitud era mucho más evidente que aquello que pretendía esconder con tanto recelo. Lo conocía demasiado bien como para no haberse dado cuenta de que se había enamorado como un tonto de _______ Carmichael.
—Ahí viene —dijo Kendall y se refirió al abogado que se acercaba.
Lo esperaron junto a la puerta.
—Detectives, tienen hasta mañana para encontrar algo que realmente obligue a la detención de mi cliente, de lo contrario, tendrán que liberarlo.
—Lo sabemos, abogado. No se preocupe, su cliente no pasará detrás de las rejas más tiempo de lo estipulado por las leyes —le aseguró Kendall.
—Bien, en ese caso, regresaré mañana temprano.
—Nos vemos, entonces.
—Guapo, pero demasiado arrogante —señaló Rachel mientras observaba cómo el abogado de Jack Gordon se retiraba a toda prisa y atravesaba el pasillo.
—No deberías ser tan exigente —bromeó Kendall mientras se cruzaba de brazos.
—¡Kendall Schmidt!, no creo que quieras que profundicemos en el terreno de lo amoroso! —le advirtió, con una sonrisa maliciosa—. ¡Creo que tú te llevarías la peor parte!
Él alzó una ceja en señal de asombro. ¿Acaso era tan evidente? Comprendió entonces que Rachel sabía cuáles eran sus verdaderos sentimientos hacia _______.
—Es un tema que preferiría no tocar, al menos por el momento —respondió e intentó así dar por terminada aquella discusión.
—Está bien, como quieras, Kendall. —Levantó una mano y le apuntó con su dedo índice—. Pero déjame darte un consejo, porque no estás haciendo bien las cosas.
—Te escucho, Rachel.
—No hagas algo que parezca lo que no es.
Kendall trató de entender lo que le había dicho, pero parecía un trabalenguas.
—¿Qué demonios significa eso?
—Eres detective, Schmidt. Descúbrelo por ti mismo. —Le guiñó un ojo y lo dejó solo en medio del pasillo buscando descifrar sus palabras.
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NO ME OLVIDES -ADAPTADA TERMINADA- KENDALL SCHMIDT
FanfictionEs mi novela favorita. Les va a encantar. Todos los créditos al autor original.