~ CAPITULO 22 ~

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—Soy el detective Schmidt y esta es mi compañera, la detective Parker. —La recepcionista del Fresno Bee, uno de los periódicos más prestigiosos de la ciudad, los miró de arriba abajo mientras se preguntaba qué estarían buscando ese par de policías que parecían salidos de alguna serie de televisión que el canal local trasmitía cada jueves por la noche y que ella nunca se perdía. Debía reconocer que el hombre que estaba frente a ella, recostado sobre el mostrador, era más guapo que el protagonista de su serie favorita.
—¿En qué puedo ayudarles? —les preguntó a ambos, pero su atención estaba centrada en Kendall.
Rachel había pasado casi desapercibida para la mujer morena que lucía una camisa de color violeta exageradamente escotada.
—Buscamos a la señorita Leslie Banks. —Kendall le sonrió y provocó que la joven se ruborizara.
—Leslie es la asistente del señor Phillips, su oficina está en el segundo piso —le informó.
—Gracias, preciosa.
Rachel le dio un codazo mientras esperaban que el ascensor que acababa de bajar se vaciara.
Kendall le respondió con una sonrisa. Sabía que a su compañera no le gustaba ser ignorada casi por completo, sobre todo porque cuando se lo proponía, podía parar hasta el tráfico.
—Ya nos tocará un recepcionista de sexo masculino —le dijo él mientras fingía pesar.
Rachel no dijo nada pero el fuego que destilaban sus ojos lo decía todo.
—De vez en cuando deberías dejarme usar mi propio encanto —comentó Kendall, mientras entraban al ascensor.
—Solo espero que lo uses en la dirección correcta —le espetó ella.
Kendall supo de inmediato a qué se refería. Su compañera había percibido algo en su actitud hacia _______ Carmichael, y ese algo le estaba molestando. Trabajaban juntos desde hacía dos años y se conocían muy bien. Él sabía que, si Rachel le decía aquello, era solo porque estaba preocupada por él.
Temía que perdiera objetividad y eso lo llevara a un punto del cual ya no habría retorno. El viaje hasta el segundo piso se hizo en completo silencio; sin embargo, ambos sabían que había un tema pendiente por tratar y que debían hacerlo lo antes posible.
Leslie reconoció a Kendall de inmediato y le hizo señas de que se acercara a su escritorio apenas lo vio.
—¡Detective Schmidt, qué sorpresa! —Se levantó de la silla y lo invitó a sentarse a él y a la mujer que lo acompañaba.
—Ella es Rachel Parker, mi compañera.
—Un placer conocerla.
—Igualmente, señorita Banks.
—¿En qué puedo serles de utilidad? —Cerró una carpeta que estaba revisando antes de que ellos llegaran y les sonrió.
—Estamos aquí para hacerle algunas preguntas —dijo Kendall y le devolvió la sonrisa.
—Adelante.
—Esta mañana ha llegado un paquete a la casa que comparte con _______.
Leslie asintió y Rachel se sorprendió por el tono que usaba su compañero para referirse a _______ Carmichael.
—El paquete me lo entregó un niño; me dijo que Jim, el guardia que vigila el acceso al complejo, le había dejado entrar.
—¿Le dijo algo más?
Leslie frunció el ceño, no entendía a que venían tantas preguntas.
—Solo que traía un obsequio para _______. ¿Por qué me están interrogando sobre esto? ¿Ha sucedido algo?
—En el paquete estaba la cabeza envuelta del gato de la señorita Carmichael —explicó Rachel.
—¡Oh, por Dios! —El grito de Leslie lo oyó todo el personal que se encontraba trabajando aquella mañana—. ¡El pobre Otelo!
—¡Leslie! ¿Estás bien? —Un hombre que llegó casi corriendo a pesar de su cojera se abalanzó sobre ella—. ¡Tu grito de espanto nos ha alarmado!
Leslie puso su mano sobre el hombro de su nuevo compañero de trabajo.
—Sí, Peter, es solo que... —No pudo continuar. Miró a Kendall y buscó en su mirada algo que le dijera que lo que acababa de oír no era verdad. La comprensión que percibió en los ojos del detective no dejaba lugar para las dudas—. ¡Dios mío, qué crueldad! ¿Cómo está _______?
—Su hermano Kevin está con ella —respondió Kendall.
—¿Kevin está en Fresno?
—Así es, _______ ha sido quien lo ha llamado.
—Ha hecho bien, necesitará de su hermano en un momento como este. —Se soltó de la mano de Peter y le agradeció por su apoyo.
—Estoy para servirte, Leslie —le dijo, pero no se movió de su lugar; parecía estar esperando que ella le presentara a las personas que habían venido a traerle aquella mala noticia.
Leslie se dio cuenta de inmediato.
—Perdón por mi falta de cortesía. —Intentó esbozar una sonrisa—. Detectives, él es mi compañero, Peter Franklin, una de las últimas adquisiciones que ha hecho el periódico y un gran reportero. Peter, ellos son los detectives Schmidt y Parker. El hombre rodeó el escritorio y extendió el brazo para estrechar con fuerza las manos de los policías.
—Es un placer.
—Señor Franklin.
—Llámeme Peter, por favor, si no, me siento tan viejo como el Franklin que viene en los billetes de cien dólares —bromeó.
Kendall apenas festejó su chiste, solo quería continuar haciéndole preguntas a la amiga de _______.
—Si nos disculpa, debemos hablar en privado con la señorita Banks.
—¡Oh, por supuesto! Lo lamento, solo estoy estorbando. No todos los días nos topamos con verdaderos detectives aquí en la oficina. Ha sido un placer. —Se dirigió a Leslie—. Nos vemos luego,Leslie.
—Sí, Peter, gracias.
Cuando volvieron a quedarse a solas con ella, Kendall arremetió de nuevo con las preguntas.
—¿Recuerda alguna característica del niño? El oficial nos ha brindado una descripción, pero tal vez usted nos pueda decir algo más.
—Me temo que no pueda agregar nada más de lo que dijo Jim. Era un niño pelirrojo, de unos doce o trece años. Conducía una bicicleta, una de esas que se usan en las montañas, con llantas más gruesas que las demás.
Ambos asintieron.

NO ME OLVIDES -ADAPTADA TERMINADA- KENDALL SCHMIDTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora