~ CAPITULO 50 ~

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Algo húmedo despertó a _______ aquella mañana. Abrió los ojos en el mismo instante en que la lengua caliente de Sam estaba a punto de lamer su mejilla por segunda vez.
—¡Buenos días, encanto! —Le sacudió los mofletes.
Se incorporó en la cama y comprobó de mala gana que Kendall ya se había marchado. Echo un vistazo al reloj. No era extraño que no estuviera, eran ya casi las diez de la mañana y a pesar de que la noche anterior se habían dormido pasada la medianoche por haber estado pendientes de Sam, se había levantado temprano y se había ido sin despedirse. Entonces vio la nota sobre la mesita de noche. Se estiró mientras luchaba por liberarse de los lengüetazos de Sam y leyó lo que decía.
«Dormíais tan plácidamente que no he tenido el valor de despertaros. Nos vemos luego. Ya te estoy extrañando. Kendall.»
Estrujó el papel contra el pecho. La extrañaba de la misma manera que ella lo extrañaba a él. Deseaba que el día pasara lo más rápido posible y que la espera se hiciera menos insoportable.
El timbre comenzó a sonar con insistencia. _______ empujó a Sam a un lado de la cama y se levantó de un salto. Se puso la bata de Kendall y corrió antes de que la persona que estaba llamando terminara por derribar la puerta.
Espió por la mirilla. Se ajustó el nudo en la cintura y se acomodó el cabello antes de abrir la puerta.
—¡Kevin, qué sorpresa!
Kevin se quedó de pie y observó a su hermana menor con detenimiento.
—¡¿Cuándo demonios ibas a avisarme de que ya no vivías en tu casa?! ¡Si no llamo a Leslie, nunca lo habría sabido!
—No exageres. —Le hizo señas de que pasara.
Kevin entró y echó un vistazo al lugar.
Aquel lugar, sin lugar a dudas, pertenecía a un hombre.
—¿Con quién estás viviendo?
Sam apareció en el salón en ese momento.
—Con él —respondió _______ y trató de ponerle un poco de humor a aquella incómoda situación.
—¡_______, no estoy bromeando! —Levantó los brazos. Estaba enfadado—. Intento llamarte y no te encuentro; luego Leslie me dice que os tuvisteis que mudar de casa porque ese loco se metió en tu habitación. ¡Por Dios, soy tu hermano y formo parte de tu vida! ¡No me excluyas!
_______ se acercó y lo tomó de la mano.
—Ven, sentémonos; estás demasiado alterado.
Se sentaron en el sofá y Sam ocupó su sitio junto a _______.
—_______, no sabes la angustia que pasé cuando Leslie me contó todo. Me enojé mucho porque decidiste mantenerme al margen; soy tu hermano y merezco saber lo que sucede contigo —dijo más calmado.
—Lo sé y te pido perdón. —Esbozó una sonrisa—. No quería preocuparte; tú estabas demasiado ocupado con la construcción de la escuela en Clovis y, además, no había nada que pudieras hacer.
—Podía estar contigo y cuidarte. —Agachó la mirada—. Cuidarte como no lo hice hace cuatro años.
—No sigas con eso; tú siempre has cuidado de mí.
—Si lo hubiera hecho bien, nada de esto estaría sucediendo, tampoco estarías viviendo en casa de un extraño —observó a Sam.
—Créeme que estoy bien aquí. —Se mordió el labio inferior; deseaba contarle todo a su hermano pero no estaba segura—. Kendall cuida de mí y, además, tengo a Sam. —Sacudió con ternura la cabeza del labrador.
—Veo que tienes plena confianza en él —comentó y la observó. Obviamente así era si llevaba puesta la bata del detective.
_______ se sonrojó. ¿Qué estaría pasando por la cabeza de su hermano en ese momento?
—Sí, confío plenamente en él.
Kevin se quedó mirándola un rato en silencio y luego esbozó una gran sonrisa.
—Supongo que deberé hacerme a la idea.
—¿De qué hablas?
—De ti y ese detective. No soy tonto, _______ y sé que hay algo entre los dos.
_______ sonrió nerviosa. A esa altura comenzaba a creer que ser demasiado evidente era el peor de sus defectos.
Le contó todo; no tenía caso seguir ocultándole lo que estaba pasando entre ella y Kendall.
—Debes decirle que tiene que hablar conmigo, soy tu hermano mayor y...
—¡No voy a hacer semejante cosa! —lo interrumpió con una exclamación.
—¡Oh, sí lo harás! De lo contrario, me veré obligado a buscarlo yo mismo —dijo en tono amenazante.
—¡No te atreverías!
Kevin soltó una carcajada y recibió un golpe en el hombro de parte de su hermana menor.
—¡Deberías haberte visto la cara, hermanita!
—¡Eres un *******! —le dijo e intentó contener la risa.
Conversaron un rato más bajo la atenta supervisión de Sam, y _______ lamentó cuando Kevin le dijo que debía marcharse.
—Te vendré a ver en unos días —le dijo antes de despedirse—. Espero encontrar a tu detective la próxima vez.
—Le encantará verte.
—¡No estoy tan seguro!
—¡Vete antes de que me arrepienta de no haberte dado ese puntapié en el trasero!
Se dieron un beso y se marchó antes de que ella cumpliera con su amenaza.
Un par de segundos después de cerrar la puerta, alguien volvió a llamar.
—¡Kevin, la amenaza sigue en pie!
Pero no era Kevin quien estaba de pie junto al umbral de la puerta.
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—He sabido lo de Sam —dijo Rachel mientras entraba en la oficina—. ¿Cómo está?
—Bien, el que lo atacó no tenía la intención de matarlo —respondió meditabundo.
—O sea que fue una advertencia.
Kendall asintió.
—¿Crees que Jack Gordon tiene alguien fuera que lo ayuda?
Era la segunda vez que alguien le hacía aquella observación y, cada vez más, se convencía de que eso no era así en realidad.
—No es lo que parece, Rachel. —Jugó con un bolígrafo sobre el escritorio—. Hay algo más detrás de todo esto.
—Pero si Gordon no tiene un cómplice, significa que él no es el culpable. Pero entonces, ¿por qué el bisturí se encontró en su poder? Además, está la llamada realizada desde menos de cincuenta metros de su casa y el anillo que Jonathan Thomas identificó positivamente.
—Estás viendo solo un lado de la moneda, Rachel. También tenemos que las huellas de pisadas encontradas en una de las escenas del crimen y en el sótano de _______ no son suyas; tampoco el bisturí tiene sus huellas digitales y, a pesar de que Jonathan identificó el anillo, no pudo afirmar que se tratara del mismo hombre que le entregó la caja.
—Cada vez me convenzo más de que estamos en medio de un callejón sin salida donde las únicas pistas que tenemos no nos llevan a ninguna parte. —Se sopló un mechón de cabello en señal de fastidio—. ¡Y ahora atacan a tu perro!
—Ha sido solo otro mensaje, esta vez dirigido directamente a mí.
—No te quiere cerca de _______ —dijo Rachel.
—Exacto, ve en mí una amenaza.
—Ahora, no solo ella está en peligro; tú también lo estás.
Kendall percibió la preocupación en el tono de voz de su compañera.
—Ya le he pedido a Phil que ponga vigilancia las veinticuatro horas fuera del edificio. No puedo hacer más. Es _______ quien en verdad está en peligro, no yo —le aseguró apesadumbrado.
—El día que todo esto termine me acostaré a dormir y no me levantaré durante días —dijo y arrojó una bola de papel al cesto de la basura—. Tú deberías hacer lo mismo.
Él le sonrió.
—¡Schmidt, Parker! —Su jefe irrumpió en la oficina—. Tenemos otra víctima.
Kendall y Rachel se miraron por un instante; ambos sabían lo que aquello significaba...

NO ME OLVIDES -ADAPTADA TERMINADA- KENDALL SCHMIDTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora