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La última vez que negocie con alguien sobre algo serio fue hace más de 3 o 4 años en dónde claramente la situación era mucho menos amigable que ahora, porque en aquel entonces yo y la persona a negociar nos sentamos una frente a la otra con un arma de calibre 55 que se colocaba en la mesa de metal que nos separaba el uno del otro. Aunque yo era el principal negociador, si mi contrincante quería hacer un trato conmigo debería de agarrar el arma antes que yo y evitar que le diera un disparo, después de todo no era tan sencillo ya que ambos tendríamos las manos esposadas a los respaldos de la silla.

El punto a negociar siempre un favor. FAVOR.

Escrito con mayúsculas y resaltado para darle el peso necesario a una posible misión de educar a alguien, cuya boca era mejor permanecer cerrada.

Algo extremo, para ser verdad pero si quería negociar con alguno de nosotros, la forma de ganárselo tendría que ser en base a un juego en el que cada uno de nosotros era un excelente jugador.

Pero ahora y por primera vez , el juego tendría que ser un poco difdrente.

-Pudin de Dango - saqué un envase del refrigerador- Agh- mensione con desagrado y examiné el frasco con contenido dudoso que me hacía recordar a los frascos con ojos falsos para halloween- No puedo creer que le guste esto- lo coloqué sobre la mesa- Pero Bueno-

Sin esposas o un FAVOR, que incluya sangre y persecuciones.

-Las silla una enfrente de la otra- miré desde lejos el comedor- Solo falta una libreta y….- abrí el cajón de un viejo buró- Lapicero- lo coloqué justo al costado del bloc de notas que es mi favorito desde hace bastante tiempo- Ok, ahora- caminé hacia la habitación- Solo debemos hacerla salir-

Tocar la puerta sería lo más convencional pero….. yo no soy convencional.

-¡Hey chica mimada, sal de ahí!- patee la puerta y me encontré a la chica mimada recostada, con audífonos puestos y profundente dormida- ¡Hey!- le apunte con el arma en su frente, la menee ligeramente y este abrió los ojos para después mirarme con sorpresa

-¡¿QUÉ RAYOS ESTÁS HACIENDO?!-

-Sal de la cama, necesito hablar contigo- me alejé de ella- Es algo serio-

-Podrías haber tocado la puerta- reprochó mientras se incorporaba, por qué ... .Eres tan… AGH-

-Deja de reprochar y mejor ve al comedor-

Salí de la habitación sintiendo sus pasos detrás de mí, segundos después tomé asiento en una de las sillas,  tomé el bolígrafo y comencé a golpear ligeramente el bloc de notas, la chica mimada se sentó al frente de mí y miró con extrañeza el pudin de Dango  que se encontraba frente a ella, lo examinó con la mirada desde distintos puntos mientras pequeños bufidos salían de su boca. Segundos después me miró con extrañeza y terminó asintiendo para sí mismo no sin antes dar otro gran suspiro.

-¿Qué es esto?- señaló el contenedor de cristal-¿Contiene algún veneno?- negué- Entonces, ¿porque te diste la molestia de buscar el pudin que compre en la tienda de conveniencia y recordar ese pequeño pero significativo detalle? - me miró interrogante- He salido con muchos chicos y ninguno se había percatado de un detalle como ese, así que... ¿Quéquieres?-

Chica con agallas, observadora y bastante inteligente,  seguramente es alguien que se dedica a realizar inversiones, datos como conocer a tu contrincante es una buena característica de los negociadores,

Interesante.

-Necesito hablar contigo sobre un hecho del que creo ambos podemos sacar provecho-

-¿A qué te refieres?- me miró extrañada- No necesito nada o almenos algo que tengas-

Bad MessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora