La tienda de conveniencia, ferias, el bosque, juegos mecánicos, exposiciones de arte local, talleres de alfarería, granjas, tiendas de ropa y la playa.
El último había sido una petición especial debido a que la noche anterior a nuestro viaje; Angel me habló de su país de origen, de los grandes conciertos que se desarrollaban en la opera de Sidney lo bien que se distribuía el sonido a través de la peculiar estructura del lugar, las calles, la deliciosa comida y cuanto disfrutaba comer un buen trozo de Lamington Cake que su madre solía preparar cuando uno de sus mejores amigos se reunían con ella, las charlas con su hermana que en más de una ocasión la acompaño a recorrer distintos países, pero sin duda alguna lo que disfrutaba de aquella vida australiana era la playa.
El sonido de las olas chocar contra la arena y ver como esta cambiaba de color tras absorver los minerales del agua, las conchas marinas, el ambiente que se generaba por las distintas voces, murmullos y gritos de los niños corriendo de un lado a otro disfrutando del panorama que mostraba aquel manto de agua cristalina color azul que por el día se fundía con el cielo pero que por las noches se convertía en el mejor escenario para observar las distintas constelaciones que forman parte del universo, logrando ver en todo su esplendor a la tan famosa osa mayor.
-Quiero ir a la playa- comentó mientras recargaba su cabeza sobre el cristal de la ventana- Vayamos a la playa-
-Ordenes son ordenes-
Acabábamos de terminar de visitar la granja de un viejo conocido, Seongha , un hombre jubilado de 65 años que vivía a las afueras de la capital que se dedicaba a cultivar fresas y todo tipo de frutas que eran importadas a las distintas tiendas en el pueblo.
Desde que llegamos, Seongha recibió a Angel con su única y especial sopa de miso que su esposa había preparado para desayunar, acto seguido nos adentramos en lo más profundo e intimo de su lugar, nos mostró el proceso de cultivo, las vitaminas, el abono, sistema de riego, y colecta.
La esposa del señor Seon nos dió un par de rollos de Bim Bap para el almuerzo y finalmente cenamos un poco de ramen que Seongha suele hacer artesanalmente cada fin de semana, un delicioso, fresco y recién hecho plato de ramen hicieron de la experiancia algo mememorable.
-Las fresas del Señor Seon son las mejores- comentó Angel mientras abría una cesta de ellas- Deberían de estar en el mercado , podría obtener grandes ganancias-
-Ellos no quieren involucrarse en ello- detuve el auto para mirar a ambos lados antes de cruzar- Todas las personas han querido aprovecharse de sus cultivos con un contrato injusto y agotador- cruce las vías del tren para tomar el camino principal- No siempre los negocios son para todos-
Guardamos silencio durante todo el trayecto o al menos en la mayoría de este debido a que Angel se había quedado dormida mientras que yo me mantenía despierto con la vista al frente.
-Am…Am…¿Yoon?-
Llamaron mi atención y miré por el retrovisor, Angel me miraba atenta.
-No me llames por mi nombre, olvídate de eso- comente serio- ¿Necesitas algo?-
-De hecho…¿Dónde está tu brazalete?-
Volví mi vista al frente para comenzar a jugar con mis dedos encima del volante, no deseaba recordar que aquel brazalete lo había guardado en la parte trasera de la camioneta junto a mi chaqueta, la cual no ha salido de aquel lugar desde hace días. No pensaba decirle que había tramitado una visa por primera vez de manera legal con mi nombre para después comprar un ticket, no le diría que dejé mi trabajo con DK, que me encontraba buscando todos los periódicos que conseguía a mi paso para poder encontrar información sobre las personas que estaban siendo buscadas desde hace meses porque deseaba tenerla lejos.
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Bad Mess
FanfictionSiempre he estado atado a los problemas, pero este.... Este a sido el peor en el que e estado. -¿Creías que terminaría enamorandome de ti?-