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Cocinar.

Algo que no se hacer perfectamente, pero esuna tarea con la que tengo habilidad. Asi que se defenderme en artes culinarias básicas como y culturales como el preparar un ramen hasta como hacer un hotteok, la rareraza de este arte, esta en la simplicidad.

Puesto que crear hasta el platillo más básico es todo un arte, no exceso, no es ser simple pero tampoco extravagante, no tan picante pero lo necesario para categorizarlo de esa manera, todo es sin caer en los excesos.  Como sea.

La verdad es que fue hace bastante tiempo que cociné, de hecho los últimos días no hacía nada que estuviera relacionado con tomar una sartén, un par de huevos y queso, mucho queso. Puesto que el servicio delivery me ahorra bastante dinero, energía así como tiempo para mi. Conocer personas con frecuencia no es lo mío, pero tampoco es salir de mi apartamento. Por lo que volver a hacer amabas, me hizo sentir extraño.

Mientras ambos cenábamos algo parecido a macarrones con queso creados con ramen y queso que encontré al fondo del refrigerador, la chica delante de mí se notó  algo distraida, ajena y con algo de temor por comer. Ya que no apenas logro dar un bocado que terminó por sacar de su sistema tomando demasiasa agua. Ambos guardamos silencio, no cruzamos ninguna palabra ni ella quiso hacer más preguntas.

Gracias a Dios que no las hizo porque no respondería ninguna de ellas.

Llegada la noche el clima se volvió más frío, el cantar de los grillos que se encontraban a los alrededores se volvió en el único ruido perceptible en toda la granja, el viento comenzó a soplar tan brutalmente que hacía que las puertas chocaran estrepitosamente entre ellas a causa de que no las había cerrado a tiempo, sin embargo aquel sonido no duró más allá de cinco minutos ya que alguien había cerrado las puertas.

No le di importancia. No lo ameritaba.

-Ok Chica engreída- hablé en cuanto ella comenzó a levantar la mesa- Lavaras los platos, y yo…- giré a verla mientras ella se colocaba un par de guantes de hule- Iré a cambiarme-

Tomé la mochila que horas atrás traía comida y saqué de ella una de las playeras que la chica de cabello negro había comprado en aquella tienda de conveniencia. Los colores de aquellas playeras eran neutros, Gris, blanco y negro.

Sin dudarlo tomé la negra, caminé hacía el baño en donde después de darme una ducha y secarme ligeramente el cabello, sin embargo antes de siquiera colocarme aquella playera, esta terminó por caer al inodoro en un intento fallido de tomarla.

-Mierda- susurre-

Bufé, para después rodear mi cintura con la toalla y cubrirme, tendría que salir tarde o temprano del baño así que no me importaba en lo absoluto salir sin una playera, afuera lo arreglaría.  Miré mi perfil para después acercarme al lavabo.

Hoy había sido un día algo difícil, desconcertante y ajetreado

-Agh- tomé mi cepillo de dientes pata colocarle un poco de dentífrico- No sé porque la traje hasta aquí- comencé a cepillarme los dientes- ¿Acaso eres idiota Yoongi?- me reprendi- Deberías  de haberla dejado a mitad de la carretera- pasé el cepillo por mis mejillas- Tal vez eso es lo que debería de hacer mañana- las cerdas tocaron mi lengua, escupí en el lavabo y enjuague el cepillo- A menos de que- miré mi reflejo en el espejo- Hablé de ello con…. DK- comenté pensativo-

Abrí el grifo y después de enjuagar mi boca salí del baño para mirar a la chica que ahora se abría paso entre la sala para pasar al fondo del lugar en donde se encontraba la vieja recámara que adecue hace un par de meses, solo me basto con que DK se quedará aquí para decidir tener una habitación extra, no quería que ese tonto se quedará en la misma habitación que yo, DK suele ser algo pesado conmigo cuando está ebrio, el alcohol suele borrarle el recordatorio que de todos sus amigos yo soy el único que lo dejaría sin descendencia si me lo propusiera.

Bad MessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora