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Dicen que conoces a las personas correctas en lugares inesperados de la manera menos convencional, pero eso se me hace una completa falacia, mis conocidos no los encontré en una calle de Nueva York mientras uno de ellos conducía un tren con pronósticos de chocar con la siguiente estación  donde un ciento de personas terminaría perdiendo la vida. Y que en unintento milagroso lo detuviera, salvando a todos y ganándose un reconocimiento del gobernador.

No.

Seamos sinceros, eso rara vez ocurre.

Así que para mi, conocer a las personas correctas es en encontrarlas en los lugares más ordinarios que ellos hacen extraordinarios con una simple acción. 

Asi como conocí a Amyl, Recuerdo que conocí su lugar después de haber dejado mi "hogar", justo cuando encontré un departamento lo bastante decente como para vivir,  me encontré con DK y justo cuando necesitaba un nuevo corte de cabello. La encontré.

No conocía mucho de la pequeña ciudad, pero después de caminar algunas cuadras encontré la pequeña peluquería de Amy.

"Gloss"

Aquel era el nombre del pequeño pero elegante lugar del que Amy era propietaria, un espacio lo suficientemente grande como para colocar relucientes espejos, sillas acojinadas, con un interior de estilo minimalista y de colores egocéntricos. La verdad es que sin duda es el mejor lugar de la ciudad para poder cambiar de look y quitar un par de orzuelas.

Todos conocían a Amy por ser una mujer de 35 años, alta, delgada, de buen aspecto, fresca y elegante que en combinación con su amabilidad hacían del lugar algo acogedor que te hacía regresar por lo más mínimo que fuera.

A pesar de ser un lugar relativamente grande, la única que lo atendía era ella, no había nadie más que ella, un par de tijeras y el particular jazz sacado de los mejores discos de New orlands.

-Bien- miré a la chica de reojo- En cuanto entremos al lugar tu único deber es guardar silencio  y dejar que yo hable-

-Exactamente, ¿Qué haremos aquí?- miro por a través de la ventana- No necesito maquillaje, aunque si me lo preguntas- tomo las puntas de su cabello- Un corte podría funcionar, pero... Por si no recuerdas un par de sujetos me están buscando y venir a la capital no es lo más cuerdo que…-

-Por si no lo sabes- detuve el auto- No estamos en la capital, y mucho menos podrán encontrarte aquí- la miré- Si tu no sabes dónde estás, mucho menos ellos lo sabrán-

Abrí la puerta de la camioneta y baje de esta para caminar con tranquilidad hacia la peluquería de Amy, miré a mis espaldas para ver cómo la chica mimada aún seguía en la camioneta, se mantenía quieta y en silencio. Chasquee la lengua.

-¿Vamos?-  me acerque se nuevo e interrogue en cuanto abrí su puerta- No tenemos mucho tiempo, así que será mejor que bajes ahora-

-Ellos…-

-Chica- hablé- tenemos que darnos prisa- la tomé del brazo y la baje de una vez por todas de la camioneta- Ellos no están cerca y será mejor que actúes normal porque si no Amy hará muchas preguntas- la miré con recelo- No servirá de nada esconderte si aún sigues comportándote  de una manera infantil, y tan mimada en una ciudad bastante humilde-

-¿Amy?- preguntó-¿Es una amiga?-

-No es de tu incumbencia- guarde mis manos en los bolsillos- así que solo recuerda- me detuve antes de abrir la puerta- Mantén la boca cerrada-

Después de ello abrí la puerta y entré.

La peculiar campanilla así como el aroma a cereza me dieron la bienvenida. Los muebles estaban perfectamente acomodados, todo el lugar tenía un aspecto de haber sido limpiado recientemente además, el peculiar Jazz se escuchaba en un tono realmente tenue y agradable. Todo listo para que ella recibiera a sus primeros clientes que probablemente llegarán dentro de un par de horas, pero antes de eso necesitaba que ella nos ayudará. Pero…

Bad MessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora