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-Black Card- hablaron por el micrófono- Black- repitieron-

-¿Qué quieres?- susurré- Sabes que te escucho y además te puedo mirar desde esta esquina- comenté mientras arqueaba una de mis cejas-

Kim se limitó a rodar los ojos y ofreció la bandeja con copas de Champán a las personas delante de él,  por mi parte repetí su acción para ofrecer vino a un par de hombres dueños de industrias Yiun. La musica clásica inundaba el lugar gracias a la interpretación en vivo de un par de músicos con violines y piano; todos a nuestro alrededor vestían traje con corbata ajustada al cuello, vestidos de telas doradas , con tacones y accesorios que costaban un par de dólares.

La pintura blanca, canapés, vino, barra de bocadillos y decoración,  eran dignos de una gran cena de negocios o mejor aún,  para el cumpleaños del magnate dueño del banco internacional de Incheon.

Y es que exactamente me encontraba como infiltrado de mi padre para hacer un asalto multimillonario al banco.

¿El plan?

Colocar un par de somníferos en la bebida del magnate, secuestrarlo, obligarlo a abrir las puertas de la caja fuerte más valiosa del país, y tirarlo de vuelta a su vida rica. Sin embargo este último estaba en duda ya que estábamos conscientes de que podía hablar.

-Es el momento- comentaron por mi micrófono- Bien, Black Card- mencionó esta ves la voz de mi padre- Síguelo, ha ido a su sala privada detrás a un costado de la biblioteca-

-Bien-

Con pasos sigilosos, caminé rumbo a las escaleras y las subi sin conveniente, sin embargo en cuanto estuve arriba miré a un par de guardias cuidando las puertas de la biblioteca, eso era un inconveniente.

Sin dudarlo tendría que crear un buen truco para poder pasar sobre su cadáver, y la única manera de poder pasar desapercibido era vistiéndose diferente para aparentar ser un gran inversionista, uno de esos que colocan cifras gordas de dinero sobre la mesa y se ríende cualquier estipides.

Los estupidos que el hombre ama.

Miré a mis espaldas y encontré el una puerta, no tenía seguro así que entre. Era el armario de abrigos de todos los que estaban presentes. Así que…

-Bien Yoon-me coloque un saco a juego y tomé un maletin- Solo debemos dejar que estos bastardos me dejen entrar-

Caminé sin miedo y bastante seguro, el tacón de mis zapatos generaba un ruido bastante agudo en el piso de mármol pulido, mi traje me hacía lucir importante , como alguien dominante , y podía sentir la mirada de aquellos hombres. Me planteé frente ambos guardias y estos inmediatamente me detuvieron.

-No puede entrar Señor- comentaron con un semblante serio- El señor Yiun no ha solicitado a ningún chico-

-Lo lamento- comenté serio- Pero me ha llamado de último momento y ustedes saben que el señor Yiun es bastante severo si hablamos de dinero-

Ambos guardias se vieron el uno al otro, me miraron y terminaron por abrir la puerta. Paso número uno, hecho.

-Señor Yiun- habló uno a mis espaldas- Alguien lo busca-

Sin más la puerta se cerró detrás  de mi y en la habitación se generó un gran silencio que fue interrumpido por el chirriante sonido generado por la silla en la que el señor Yiun se encontraba, un hombre de 50 años, segundo en heredar las llaves del banco nacional, dueño de industrias Yiun e involucrado en negocios oscuros que no puedo mencionar.

- Quién  se atreve a..- me miró- Es usted señor Kim- se incorporó de su silla y caminó en mi dirección - No pense tener su presenciatan repentinamente, en un dia como hoy- tendio su mano en mi dirección- Pero tomé asiento-

Bad MessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora