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Hace bastante tiempo en un día lluvioso, bastante tranquilo, pero inadecuado para conducir, puesto que las carreteras se encontraban llenas de charcos y lagunas;  decidí que era momento de irme de casa para abandonar de una vez por todas el seno familiar, ya saben. Ser un adulto independiente es difícil pero es mucho más difícil asimilar la soledad si nunca ddcides experimentarla, por lo que así  sin más me fui de mi "hogar". Me creí lo suficientemente valiente para huir de mi padre quien básicamente podría encontrarme en cuestión de horas, debidk a sus inumerables contactos pero aún así tomé el riesgo.

Recuerdo que era justo cuando recorría uno de los caminos con más terracería y dónde lo único que veías a tus costados eran praderas que debes en cuando y cada cientos de kilómetros te dejaba ver una pequeña granja a lo lejos, un ambiente rural, tranquilo, por no decir que perfecto para comenzar desde nuevo, ya que lugares como estos son especiales para sentir la soledad en todo su explendor; no tenias a nadie, no deseabas a nadie solo sentir lo agradable de tu presencia  para disfrutar de los paisajes y las incógnitas que te preparaba el destino.

Sin embargo y cuando debía de tomarla desviación al pueblo más cercano para recargar combustible,  presencié una de las escenas que hasta el momento era la segunda en detonarme un sentimiento de remordimiento y odio hacia personas que de alguna manera me recordaron los "negocios" familiares.

Un par de hombres apuntaban un arma a un par de personas mayores que conducían un Mustang 67 color verde olivo, la verdad aquel tipo de autos llamaban particularmente mi atención por su distinguido diseño y que sin duda muchos coleccionista deseaban tener en sus manos, en fin, pase justo al costado de aquella escena, miré como aquella mujer de edad avanzada y mejillas con mucho rubor  abrazaba del brazo a su marido, mientras que el señor trataba de sacar las llaves del auto de la perilla.

Nerviosismo, miedo e incertidumbre. 

Sensaciones que puedo identificar a kilómetros, pata conocer debes de vivir y de eso... había tejido suficiente.

Presencié aquello por escasos segundos debido a que continuaba conduciendo, sin embargo fueron los necesarios para mirar esos pequeños detalles.

Volví mi vista al frente y recorrí unos cuantos kilómetros y …

-No me incumbe- sujete el volante- No te….Agh- precipitadamente giré el volante para dar la vuelta y regresar- Solo una vez más para que esos jodidos aprendan a respetar. Lo último que haré porque si mi padre descubre que….- bufé-

Detuve el auto a escasos metros de la escena que ahora me mostraba a la pareja de personas mayores salir abrazados del auto mientras que uno de los hombres les apuntaba con un arma, el otro encendió el auto y le dió una señal para que jalara el gatillo, sin embargo…..

-¡Hey!- me acerqué- Estúpidos- ellos me miraron- Creo que no les enseñaron a respetar a personas como estás- me acerqué a la pareja- ¿Creen que una simple arma les da poder?- Reí levemente- Son unos idiotas-

-¿Nos has llamado idiotas?- apretó sus nudillos - No deberías de entrometerte chico- se acercó y me colocó el arma en mi barbilla- Escualidos, con poco coraje deberian de ir a universidades y obtener bonitos autos que pasaran a ser nuestros en  cuanto te distraigas - escupió en mi rostro-  Así que mejor lárgate- rió en mi rostro deuna manera tan repugnante que me hizo tener nauseas- ¿Entendiste ?- hundió un poco más el arma-

Me soltó bruscamente y dí un par de pasos hacía atrás , de mi chaqueta saqué un pequeño pañuelo para limpiar mi rostro, aquellos tipos rieron en cuento vieron mi acción, alcé la vista, mostré un perfil serio y terminé por hacer una mueca. Estaba harto.

-Escucha pedazo de mierda- me acerque de nuevo a ellos mientras tronaba ligeramente mi cuello- Tu no lo sabes pero- rei- Cuando yo doy una orden, es una orden- metí mis manos a las bolsas de mi pantalón- Y si yo digo que devuelvas el auto- saqué mi arma- Es devolver, AHORA-

Bad MessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora