Resistiendo en la oscuridad: Mi lucha contra el estrés postraumático.

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En lo profundo de mi ser, un trastorno anida,
El estrés postraumático aprisiona mi vida,
Es como un torbellino sin cesar,
En el que sufro en silencio, sin poderme liberar.

Las imágenes persistentes de aquel suceso,
Un recuerdo que mi mente no puede deshacer.
El terror que me invade, como un monstruo del pasado,
Emerge de las sombras, y deja mi alma destrozada.

Vivo en un constante estado de alerta,
Como si el peligro acechara en cada esquina,
Con el corazón acelerado y unas manos temblorosas,
La ansiedad se apodera de mis horas más anheladas.

Revivo una y otra vez el dolor de aquel trauma,
Las pesadillas me arrastran al abismo del miedo,
Las noches son largas, mi mente no descansa,
Y el descanso reparador se vuelve como un sueño lejano.

Cierro los ojos y siento el helado abrazo de la soledad,
Aislado en un mundo donde nadie comprende mi lucha,
La vergüenza y la culpa me aplastan sin piedad,
Aunque sé que no soy el culpable, sino solo una víctima más.

Y sin embargo, trato de aprender a vivir con esta carga en mi ser,
No quiero que el trauma me defina para siempre,
Busco la esperanza, la sanación y volver a renacer.

Las lágrimas que derramo fluyen como un río desbocado,
Liberando en cada gota el peso del pasado,
La ira se transforma en mi fuerza para seguir adelante,
Y mi tristeza se vuelve inconsciente ante el crecimiento de un nuevo yo.

Pero en este arduo camino de curación y persistencia,
Aparecen obstáculos que parecen insuperables en mi nuevo caminar.
Recaídas y desesperanza acechan como sombras diminutas,
A las que resisto y nunca me rindo ante la adversidad.

Intento levantar la mirada con determinación,
Aceptando que el pasado no es lo que me define,
Soy más fuerte de lo que mi trastorno pretende,
Y en cada rincón vacío de mi ser encuentro la fuerza para resistir.

Así que persisto, resisto y sigo adelante,
Aunque el trastorno por estrés postraumático me acompañe,
No dejaré que sus cadenas me arrastren al abismo.

Vivir con él es una prueba de fuego en mi existencia,
Pero estoy decidido a superar cada trauma que lo causó,
Con tiempo y decisión, sanaré mi alma herida,
Para poder ser libre de este trastorno maldito que en mi anida.

Cierro los ojos y siento el helado abrazo de la soledad,
Aislado en un mundo donde nadie comprende mi lucha,
La vergüenza y la culpa me aplastan sin piedad,
Aunque sé que no soy el culpable, sino solo una víctima más.

ENTRE SOMBRAS Y SUSURROS: Poemas íntimos llenos de desamor y tormento.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora