Apego evitativo: La tragedia de un corazón que ya no late

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En un rincon de toda existencia,
se alza un alma con cicatrices,
Con un apego evitativo como su nueva esencia,
que me trae consigo mil deslices.

Con mi nueva personalidad marcada,
Una armadura llevo en mi ser,
Lejos de amar, lejos de ser amado,
el muro en mi corazón es imposible de deshacer.

En aquellos rincones oscuros se resguarda,
la huella del sufrimiento pasado impresa,
donde la soledad con el se abraza,
y toda emoción oculta nunca se refleja expresa.

Es una lucha constante y feroz,
Querer sentir, pero incapaz de hacerlo,
Desespera a este corazón sin voz,
en un abismo del que no encuentra consuelo.

Un pretérito imperfecto lo acompaña,
Heridas antiguas, memorias amargas,
La angustia me envuelve y engaña,
Con mis alas rotas mis sueños quedan en piezas fragmentadas.

En el espejo, se observa un vacío,
del que no comprendo por qué duele tanto.
Un anhelo prohibido en aquel amorío,
que se escapa de mis manos con gran impacto.

Bajo un cielo nublado camino,
entre los susurros de melancolía,
la lluvia cae y mi alma se lastima,
por un destino incierto donde no hay alegría.

Y así, con el tiempo persistiendo,
Se fortalece este escudo en mi pecho,
este dolor sin sentido se va haciendo adictivo,
como un juego maquiavélico que se forma conmigo.

No es que no quiera amar, en el fondo,
Es mi propia fortaleza mi mayor enemigo,
donde la protección se ha vuelto mi mundo,
Y en mi nueva personalidad por completo me he convertido.

Todas mis heridas se cierran, pero desde dentro,
permanece un vacío que no puede ser llenado,
Anhelo sentir pero no lo encuentro.

Pero el rumbo trágico se adivina,
es mi último baile de palabras imprecisas,
Con mi personalidad evitativa definida,
Se que mi vida será eternamente indecisa.

Llega el día final, el precipicio,
Donde esta personalidad triunfa sin clemencia,
dejo que mi alma por fin se entregue al suplicio,
y deseche el amor y proclame toda resistencia.

El apego evitativo se adueña,
de esta vida que me deja sin clemencia,
no hubo remedio, no hubo un mañana,
para evitar el destino en su presencia.

Así se escucha el silencio,
la tragedia de un alma que padece,
el apego evitativo, un drama que desaloja a cada persona,
ahora es una lucha perdida en la noche que hace que me desespere.

Y en las noches sin estrellas brillantes,
susurra el viento en un lamento constante,
el amor se esfuma junto a las almas errantes,
en un final trágico de un corazón que ya no late.

ENTRE SOMBRAS Y SUSURROS: Poemas íntimos llenos de desamor y tormento.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora