Mi laberinto disociado: La lucha de un ser en busca de su identidad.

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En días de disociación, mi mente se desvanece,
en un mar de confusión que mi ser entristece.
Las palabras se pierden y el pensamiento se esfuma,
y mi alma se sumerge en una extraña bruma.

Las horas pasan sin sentido, sin rumbo ni dirección,
Y me siento como un barco a la deriva, sin salvación.
La realidad se desdibuja, se desvanece ante mis ojos,
Y me encuentro perdido, sin saber a dónde voy.

La disociación me envuelve, me abraza con su eterno frío,
me deja sin palabras, sin poder expresar mi hastío.
Los recuerdos se desvanecen, se esconden en la sombra,
y me siento como un extraño en mi propio cuerpo.

El mundo se vuelve difuso, borroso, sin definición,
Y me siento como un espectador, sin participación.
Las emociones se desvanecen y se diluyen en el  aire
me siento como un ser vacío sin nada que me calme.

La confusión me consume, me atrapa en su telaraña,
me deja sin respuestas, sin poder encontrar la calma.
Los pensamientos se entrelazan, se mezclan en mi mente,
Y me siento atrapado sin poder escapar del presente.

No sé quién soy, ni qué quiero, ni a dónde pertenezco,
me siento como un náufrago, perdido en un mundo inmenso.
La disociación me ahoga, me aprieta el corazón,
y me siento como un prisionero, sin poder encontrar cual es la razón.

Los días se vuelven grises, sin color, sin alegría,
y me siento como un actor pronunciando una melodía triste.
Las palabras se atoran en mi garganta, no las puedo expresar,
me vuelvo un ser mudo que no se puede comunicar.

La disociación es un laberinto sin salida,
de la que me siento como un caminante perdido en esta vida.
Los pensamientos se desvanecen, se deshacen en el soplido del viento,
y me siento como un fantasma, sin poder encontrar aliento.

Pero a pesar de la confusión, la disociación y el vacío,
Sé que hay una luz que brilla en mi interior como un río.
Un río de esperanza, de fuerza y valentía,
que me ayuda a afrontar cada día con energía.

Aunque los días de disociación me dejen en blanco,
Sé que puedo encontrar el camino, aunque sea confuso, largo y ancho.
Puedo reconstruir mi mente y encontrar la claridad,
para descubrir quién soy en la realidad.

Así que no importa cuánto me confunda la disociación,
seguiré luchando, buscando mi propia redención.
Porque sé que dentro de mí hay una fuerza que no se apaga,
Y que puedo superar cada obstáculo que se interpone en mi saga.

La disociación no define mi ser, ni mi identidad,
Es solo una parte de mí, una realidad.
Ahora puedo aceptarla, aprender de ella, crecer y avanzar,
encontrar la paz y la calma en cada nuevo despertar.

Así que en los días de disociación, no me dejaré vencer,
seguiré luchando, buscando mi propio amanecer.
Porque sé que dentro de mí hay un ser valiente y fuerte,
que puede enfrentar cada día, sin importar la falta de suerte.

Y aunque la confusión me abrace con su manto,
no permitiré que me arrastre a su oscuro encanto.
Porque sé que soy más que la disociación,
soy un ser humano lleno de ambición y pasión.

En días de disociación, encontraré mi camino,
y dejaré que mi luz brille, como un faro divino.
Porque la confusión no puede apagar mi verdadera esencia,
se que soy un ser único, lleno de belleza y de fuerte presencia.

ENTRE SOMBRAS Y SUSURROS: Poemas íntimos llenos de desamor y tormento.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora