Médicos y pastillas

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En un lecho de dolor y agonía,
mi vida se desliza lentamente,
entre médicos y hospitales día a día,
en una lucha constante y doliente.

Subidas y bajadas emocionales me abruman,
rompiendo mi ser por dentro sin piedad,
trago pastillas, intento que la calma retorne,
pero nada cambia mi realidad.

Vivo en un infierno sin descanso ni tregua,
atrapado en un cuerpo que me traiciona,
mi cerebro es distinto, no entiendo su degüello,
anhelo con desesperación ser otra persona.

Desearía renacer sin este sufrimiento atroz,
sin el peso insoportable de esta enfermedad cruel,
explorar el mundo con nueva piel y voz,
libre de este dolor que me consume hasta la piel.

Mis días transcurren entre sombras y malestares,
las luces se difuminan ante mi mirada apagada,
los sueños se desvanecen como suaves vapores pálidos,
y la esperanza se me escapa de manera implacable e inalcanzada.

Mi corazón late con ritmo doloroso y cansado,
mis manos tiemblan en la lucha por seguir adelante,
pero siento el agobio del cansancio infinito amparado.
En esta senda cruel e inclemente, mi vida naufraga constante.

Así sigo, preso en la cárcel de esta realidad adversa.
Una cadena invisible que me ata a la enfermedad sin tregua.
Anhelando un milagro que sane mis heridas dispersas
y me devuelva la alegría que el dolor se llevó sin duda alguna.

Pero cada día que pasa, siento cómo se desvanecen las ilusiones
y tengo claro que esta carga pesará sobre mis hombros eternamente.
Mi único consuelo es hallar calma en mis propias reflexiones
y mantener viva la esperanza, aunque sea débilmente.

En este mar de sufrimiento inexorablemente hundido
resuenan los ecos de mis deseos más profundos.
De ser otro ser distinto al destrozado por el mal afligido
que ansía con toda el alma hallar algún respiro fecundo.

Así vivo, entre médicos, hospitales y pastillas desgarradoras.
En este ciclo interminable de dolor y angustia perseverando.
Anhelando un alivio temporal a mis penas torturadoras
que perpetúan mi existencia entre sombras desoladoras.

ENTRE SOMBRAS Y SUSURROS: Poemas íntimos llenos de desamor y tormento.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora