El caos de mis versos destrozados: Los versos de mi yo de 15 años.

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La vida es una montaña rusa de emociones,
un laberinto sinuosos de situaciones,
Hoy me despierto con la carga en mi pecho,
un día más en el que debo enfrentar todos mis pensamientos.

No lo hago por mí, ya no aguanto más,
sino por aquellos que me apoyan sin cesar,
No quiero defraudarles, ni desvanecer su felicidad,
pero en cada paso que doy, siento que ya no soy capaz.

En el horizonte se dibuja un futuro incierto,
mis pies descalzos transitan entre el desierto,
pero mi mente trata no doblegarse ante la adversidad,
aunque las cicatrices y el asfalto oculten mi verdad.

Falsos y falsas esquivaron mi serenidad,
golpes y recuerdos nublan mi capacidad,
pocos conocen el dolor que yo he sentido,
el tenerlo todo y verlo desvanecido.

Un amor que parecía eterno y sin final,
se marchitó como una flor en el vendaval,
ilusiones rotas en fragmentos del ayer,
me sumergieron en un frenesí de amargura y desdén.

No deseo ser prisionero de mi pasado,
ni permitir que mis heridas me sigan destrozando,
y aunque me despierte con la fuerza de un guerrero,
solo encuentro el miedo en esta vida de desenfreno.

Hoy me despierto y veo que es otro día más,
un día igual a otro, pero con menos fuerza para avanzar,
porque cada paso cuenta, cada paso es esencial,
en este camino de emociones, en esta vida colosal.

Estas letras muestran mi desorden, mis emociones desatadas,
un mar revuelto de pensamientos envenenados.
Lloré lágrimas más dolorosas que al derramar mi sangre,
me ahogué en mis propios sentimientos,
en el que asesiné al yo superficial y me quedé con el de dentro.

No soy un libro abierto, soy un enigma sin descifrar,
un laberinto de versos que nadie puede asimilar.
No intentes comprenderme con tu mente limitada,
se que mis pensamientos escapan a cualquier razonamiento.

Hay cicatrices en mi alma que no se ven a simple vista,
luces apagadas que nunca volveran a brillar,
mi espejo interior se ha roto en pedazos, que me dejaron cortadas y esa es mi verdad.

Me refugié en el humo que nublaba mi existencia,
en las hojillas afiladas que helaron mi conciencia.
Después de la tempestad, vino otra tempestad,
un torbellino de versos caóticos sin finalidad.

Mis letras se confunden entre sombras y tormentas,
los versos se entrelazan en un baile de palabras muertas.
En cada verso escrito, se esconde la angustia que mantuve callada,
y la soledad me abrazó en mis noches más desesperadas.

Soy un poeta maldito, un alma en perpetuo conflicto,
con cada verso que escribo mi alma se desgarra,
mi pluma es testigo de todas las batallas tormentadas desgastadas,
y de cada herida que sangra en la tinta derramada.

Mis palabras son llanto, rabia y desesperación,
un grito ahogado en un océano de confusión.
No busques en mis versos una explicación,
la poesía se volvió mi refugio, mi santuario de expresión.

No encontrarás respuestas en mis versos desgarrados,
solo encontrarás fragmentos de mi alma destrozada,
fragmentos, que buscan desesperados la redención.

En cada palabra se esconde mi voz inaudible,
mis versos son susurros, que nadie puede escuchar.
Mis pensamientos se mimetizan con las sombras,
y se confunden con los versos que intento plasmar.

Llore lágrimas de sangre y me ahogue en mis sentimientos,
asesiné al yo superficial y abracé al de dentro.
No me comprendas, solo déjame acabar con esta tormenta,
pero este es un ciclón de palabras desordenadas y ya muertas.

Mis versos son la catarsis de mi alma afligida,
la forma de liberar todo lo que me atormenta.
En cada palabra escrita, hay un pedazo de mí,
un pedazo de mi ser que busca ser entendido,
pero sé que soy complicado de descifrar.

Así que no busques respuestas ni significados,
disfruta simplemente del caos de mis palabras.
Lloré lágrimas de sangre y me ahogué en mis sentimientos.
Y aunque no me comprendas, simplemente acepta,
que cada verso escrito es un grito de mi alma inquieta.

En la vida de este ser desamparado,
un dios jamás estuvo y así siempre se sostuvo.
Este corazón es un sin sitio vacío para todo lo vívido,
y la fuerza de voluntad fué mi único camino.

Fui considerado un error imborrable,
¿para qué nacer si morir es más fiable?
Los problemas malditos cortan como sable,
haciendo inalcanzable, todo lo deseable.

También yo luché el dolor con dolor,
en los momentos más oscuros me volví invisible.
Guardé el rencor tras cada apuñalada,
y todo se hizo imposible, en mi mirada.

La noche me observó, fue el velo de mi llanto,
nada es como pensaba, todo perdió su encanto.
No creo en tí, espíritu santo,
solo creo en mí, y en todo lo que he sufrido.

En cada palabra que escribo,
en cada verso que pronuncio,
se refleja el peso de mi desgracia,
y una soledad que nunca encontró el alivio.

Intento sostenerme y no puedo,
intento erguirme, pero siempre caigo al suelo.
Este veneno ha sido mi compañero,
me pregunto si al morir, renaceré de nuevo.

Cada poema muestra mi tristeza,
esa sensación de vacío que siempre persiste.
Mi demonio interno escribe y nunca se sacia,
pero llega un punto en que ni él resiste.

La carga se ha vuelto insoportable,
con el paso de los años se ha hecho más pesada.
Los tragos amargos de una vida lamentable,
y una marca indeleble que nunca se marchará.

Desde mi infancia he sido diferente,
y juro por todo en este mundo que he intentado cambiar.
pero me guío por mi instinto prevalente,
pero este, solo quiere verme fracasar.

Me siento débil al no poder ser más fuerte,
al no poder cambiar, el querer partir de este mundo.
La muerte me arrebató mi felicidad desde joven,
ahora escribo con mi sangre y observo al cielo como el único escape de este mundo.

Lo que prometí quedó en el olvido,
pongo el cañón de una escopeta en mi cuello.
Cada noche he llorado sin sentido,
por esta página incompleta que me ha dejado encerrado y lleno de una vida sin sentido.

ENTRE SOMBRAS Y SUSURROS: Poemas íntimos llenos de desamor y tormento.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora