Dejando atrás las cadenas: El punto de quiebre.

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Ya te dejé ir, los momentos pasados,
las caricias los besos, todo ha terminado.
Los recuerdos, buenos y malos, se han marchitado,
te dejo ir, porque así lo hemos decidido.

Es tiempo de dejar atrás este capítulo,
soltar las cadenas y volar hacia mi olimpo.
Somos libres, tú y yo, para seguir adelante,
esta historia, ahora pasada, no tiene más horizonte.

Atrás quedan las risas, los abrazos apretados,
las miradas cómplices, los secretos guardados.
Fuimos cómplices de una historia intensa,
pero las páginas se han vuelto difusas e inmensas.

Ya no habrá más suspiros en la madrugada,
ni canciones dedicadas bajo la lluvia mojada.
Separados en nuestras vidas, sin más ataduras,
encuentro de nuevo mi felicidad, sin miedo a las personas futuras.

Los caminos se bifurcan, tomamos rumbos distintos,
esperanzados en nuevos amores, en nuevos destinos.
Aunque duela el corazón, saber que ya no estás,
es lo mejor para los dos, es lo que nos conviene más.

No hablaré de promesas rotas, ni de errores cometidos,
es tiempo de perdonar y seguir agradecidos.
Por cada sonrisa, cada lágrima, cada aprendizaje,
por esta historia que aunque acabó, tuvo su coraje.

Las palabras, que alguna vez nos unieron con hilos,
se desvanecen en un eco lejano, sin brillos.
Pero queda el recuerdo de lo que fuimos,
dos almas que se encontraron y luego partieron.

El eco de los besos se desvanece en el viento,
el aroma de nuestra piel se funde en el tiempo.
Pero la huella de nuestro amor siempre quedará,
grabada en lo más profundo de nuestro ser sin desaparecer jamás.

Ya no importa el porqué ni el para qué,
lo importante es que ambos decidimos ceder.
Nos merecemos la libertad de amar y ser amados,
sin rencores ni resentimientos acumulados.

No guardo rencores ni te condeno al olvido,
sólo quiero verte feliz, sea como haya sido.
Agradezco el tiempo, las risas, los abrazos,
cada segundo compartido contigo.

Ni miles de palabras alcanzan para expresar,
lo que este corazón siente al dejarte marchar.
Pero confío en que el universo juega a nuestro favor,
y que nuestros caminos se cruzarán de nuevo, aunque sea sin amor.

Así que te dejo ir, sin ataduras ni cadenas,
con la bendición de un adiós lleno de buenos sentimientos.
Somos libres, tú y yo, para seguir nuestros sueños,
aunque ahora parezca difícil, estaremos bien, te lo prometo.

El pasado se desdibuja como una noche oscura,
pero el futuro brilla, con esperanza segura.
Nos despedimos con gratitud y con una sonrisa,
dejando atrás las heridas y viviendo una nueva vida.

Ya te dejé ir, pero nunca olvidaré,
los momentos compartidos, la forma de amar y de querer.
Cada instante formó parte de mi ser,
y aunque ahora te dejo ir, te llevaré siempre dentro de mi ser.

ENTRE SOMBRAS Y SUSURROS: Poemas íntimos llenos de desamor y tormento.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora