Amar en el pasado, recordar en el presente, soñar en el futuro

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Si me das, yo te doy el doble suspiro meniante un anhelo sincero,
pues en el dar se encuentra el más puro sendero,
mi corazón sigue abierto, dispuesto siempre a entregar,
un amor desinteresado, sin condiciones ni desamores.

Pero si me quitas, te lo quito todo a la vez,
no quedará rastro de lo que fuiste alguna vez,
porque puedo ser frío y fuerte como el acero,
y enfrentarme a la vida sin temor ni desespero.

He aprendido a cuidarte más que a mí mismo,
viendo en tus ojos mi más preciado abismo,
donde me sumerjo en tu sonrisa sin medida,
y encuentro paz en cada palabra tuya recibida.

Pero ahora estoy centrado en mi propio ser,
persiguiendo metas, esforzándome sin ceder,
soñando en grande, alcanzando lo que anhelo,
pero no olvido que un día soñaba junto a ti un futuro próspero.

Me hice fuerte, como un roble arraigado al suelo,
resistiendo combates, enfrentando todo desvelo,
pero en ese proceso, me he vuelto frío como el hielo,
manteniendo distancia, intentando evitar el recelo.

Cada día, intento no pensarte, es toda una proeza,
me afano en hacer pleno con mi cabeza,
salud mental, amor y también dinero,
buscando equilibrio en este mundo menos verdadero.

Pero en lo profundo, aún guardo aquel sentimiento,
que en mi pecho arde, como un fuego violento,
la añoranza del pasado, que fue tan hermoso,
donde éramos uno, sin barreras ni despojos.

Así que si me das, te daré el doble con amor,
si me quitas, te quitaré todo sin temor,
pero en mi alma todavía perduras como una brisa suave,
recordándome que siempre fuiste mi enclave.

En cada noche solitaria, en cada amanecer sombrío,
tu recuerdo se agita en mi pecho, como un suspiro,
y aunque siga adelante, construyendo un nuevo destino,
no puedo negar que aún eres dueña de mi camino.

Pues en cada paso que doy, en cada logro alcanzado,
mi mente vuela a aquellos momentos compartidos, añorados,
en los que éramos cómplices en un mundo de ensueño,
donde la felicidad se tejía como un fino paño de sueños.

Y aunque ahora cada uno sigue su propio rumbo,
nuestros caminos entrelazados aún se vislumbran en la penumbra,
pues fuiste tú quien me enseñó el verdadero valor de amar,
y aunque nos alejemos, siempre en mi corazón estarás.

No importa cuánto tiempo pase, cuántos amores aparezcan,
nunca podrán borrar el brillo que tu amor en mí deja,
pues eras la pieza que encajaba perfectamente en mi rompecabezas,
la melodía que le daba sentido a mis tristeza.

Deseo que encuentres la felicidad en cada paso que des,
que tus sueños se hagan realidad y nunca te falte la fe,
porque si yo te di algo, más grande fue lo que tú me diste,
una lección de vida que en mi alma persiste.

Quizás el destino nos separó, llevándonos hacia distintas sendas,
pero en nuestra historia quedó impresa la fuerza de nuestras leyendas,
y aunque la distancia intente borrarme de tu memoria,
nunca olvides que fuiste mi más grande historia.

Así que si me das, te daré el doble con amor,
si me quitas, te quitaré todo sin temor,
pero en mi alma todavía perduras como una brisa suave,
recordándome que siempre fuiste mi enclave.

Y aunque la vida sigue, sin importar lo que pase,
siempre habrá un pedacito de ti en mi corazón, en cada frase,
porque aunque nuestros caminos se separen en este universo vasto,
siempre seremos uno en el libro de los recuerdos, pero escrito en pasado.

Así que continúa tu camino, persigue tus anhelos más fervientes,
y recuerda que mi amor por ti será eterno e inocente,
porque aunque la vida nos separe, mi amor por ti nunca morirá,
siempre estarás en mis pensamientos, como el rayo de luz por las mañanas que me inspira.

Y aunque me esfuerce en olvidarte, en borrar cada huella de tu esencia,
siempre renaces en mis sueños, como fuego en mi conciencia,
porque el amor verdadero nunca muere, ni se desvanece,
permanece latente, en lo más profundo, sin que nadie lo deshaga ni decrece.

Así que si me das, te daré el doble con amor,
si me quitas, te quitaré todo sin temor,
pero en mi alma todavía perduras como una brisa suave,
recordándome que siempre fuiste parte de mi equipaje.

Y aunque la vida continúe, y nuestros pasos se alejen aún más,
sé que siempre llevaré tu amor en mi pecho, con toda paz,
porque fuiste un regalo del destino, un tesoro invaluable,
y aunque el tiempo pase, siempre seremos un amor inolvidable.

Así que camina hacia adelante, y yo seguiré mi propio rumbo,
pero ten la certeza de que en mi corazón eres la única que permanece en mi cumbre,
y aunque el viento sople y nos empuje hacia una dirección diferente,
siempre serás mi faro, mi refugio y mi estrella más reluciente.

Y aunque el poema continúe, y las palabras fluyan sin cesar,
nada podrá expresar lo que en mi alma lograste dejar,
siempre te llevaré conmigo, en cada rincón de mi ser,
porque tú, mi amor, eres y serás mi eterno amanecer.

Así que si me das, te daré el doble con amor,
si me quitas, te quitaré todo sin temor,
pero en mi alma todavía perduras como una sombra desnuda,
recordándome que siempre fuiste mi mejor aventura.

ENTRE SOMBRAS Y SUSURROS: Poemas íntimos llenos de desamor y tormento.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora