El despertar del dolor: Renaciendo de un amor tóxico.

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Te amé como a nadie en este mundo,
con un amor puro y profundo.
Te di mis días, mis noches y mi ser,
pero eras insaciable y eso no lo podías entender.

Nunca era suficiente lo que ofrecía,
siempre había algo que te enfadaba.
Eras el problema y creías tener la razón,
pero siempre me hacías creer que nunca tendría perdón.

Pero todo ese ciclo se rompió,
y en el dolor más profundo encontré mi voz.
Me di cuenta que no estaba equivocado,
que merecía más que las migajas que me dabas a tu lado.

Valgo la pena, eso lo supe descubrir,
no merezco tu falta de amor ni sufrir.
No eres la persona correcta para mi vida,
siempre querrás más, y siempre habrá una herida.

Caíste del pedestal en el que te coloqué,
no eras quien yo creía que eras, bien lo sé.
Me equivoqué, lo admito sin pudor,
pero ahora sin tus cadenas, renací de todo este horror que lo llamábamos amor.

Termina nuestra historia de amor que fue una tortura,
tu presencia se convirtió en mi mayor amargura.
Te deseo que te mejores como persona,
porque yo lo hice y encontré mi propia zona.

Ya no estarás en mi mente ni en mi corazón,
me he liberado de tu opresión.
Ahora merezco algo mejor, algo real,
un amor genuino, sin cadenas que me hagan mal.

Las lágrimas que antes desbordaban mis ojos,
ahora son solo recuerdos del pasado, todavía sombríos.
La oscuridad se desvaneció ante la luz,
y el amor tóxico ya no tiene más cabida en mi cruz.

Decidí renacer, renunciar a ese dolor,
despertando el amor propio, sin temor.
Decidí que no permitiría que nadie controlaría mi felicidad,
Y reconstruir mi ser ante toda adversidad.

Camino con la cabeza en alto, sintiéndome libre,
las heridas del pasado ya no me siguen, ni me persiguen.
No más lágrimas derramadas por un sueño perdido,
ahora soy mi propio amante, mi propio abrigo.

El amor que una vez me arrebató la paz,
se ha convertido en una lección capaz.
Aprendí a valorarme, a ponerme a mí mismo en primer lugar,
rompiendo con las cadenas que me querían amarrar.

No más sacrificios sin recompensa,
ahora me entrego al amor, amor propio que no me ofrece resistencia.
Y en mi solo existe cabida un amor verdadero y puro,
donde los dos seamos cómplices de un amor pulcro y crónico.

Recuperé mi sonrisa, mi alegría perdida,
ya no me siento un títere de una vida fingida.
Descubrí que puedo ser feliz por mi cuenta propia,
sin necesidad de tu presencia, ya no soy tu sombra.

Mi corazón se ha renovado, latiendo con fuerza,
ya no hay espacio para la tristeza.
puede que en algún momento quiera de nuevo, sin miedo a equivocarme,
porque ahora sé que merezco un amor que no me dañe ni desarme.

No guardo rencor ni resentimientos,
porque sané mis heridas con pensamientos,
de amor y compasión por mí mismo,
dejando atrás todo el daño perjudicial que me provocaste, dejando todo lo sombrío.

Te deseo sinceramente que encuentres tu camino,
que aprendas a amar sin dañar cualquier destino,
donde no exista el egoísmo ni la manipulación,
donde encuentres la paz, y una verdadera unión.

Este es el adiós a un amor tóxico y torturador,
un cierre de ciclo, una liberación sin temor.
Ahora soy libre, soy dueño de mi vida,
en el que se que puedo encontrar el amor verdadero, que no me provoque más heridas.

Ahora me encuentro a mí mismo,
floreciendo como una flor enterrada en el abismo.
No más manipulaciones, no más sufrimiento,
encontré mi voz, mi fuerza, mi aliento.

Te agradezco por haberme mostrado la oscuridad,
porque sin esa experiencia, no habría claridad.
He tomado las riendas de mi propio destino,
y por fin, siento que puedo alcanzar el camino.

No te guardo rencor, ni dolor, ni malicia,
solo te deseo una vida llena de felicidad dicha.
Porque al final, todos merecemos el amor verdadero,
en el que te recuperes y ya no pongas cadenas, ni provoques más lastre y solo exista un anhelo sincero.

Y así cierro este poema con tinta y pluma,
celebrando mi liberación, mi suma.
Ahora soy yo, completo y radiante,
encontrando amor sano en cada paso adelante.

Dejo atrás la sombra en la que me aplastabas,
con esa voz que me ahogaba y dañaba.
Ahora sé bien lo que merezco en el amor,
un sentimiento sincero, sin amenazas ni dolor.

He aprendido a valorarme, a escuchar mi voz interior,
a alejarme de relaciones que me arrastran al error.
No permitiré que nadie me haga sentir menos,
porque ahora sé que merezco un amor pleno y certero.

El pasado quedó atrás, en el olvido,
donde las heridas han cicatrizado y se han ido.
He cerrado el ciclo de ese amor dañino,
y renazco con fuerza, con un corazón genuino.

Soy consciente de que el amor no es sufrimiento,
ni lágrimas constantes, ni un eterno lamento.
El amor verdadero es paz y armonía,
es construir juntos una infinita melodía, melodía que contigo se volvía sombría.

Ahora sé lo que merezco y no me conformaré,
con algo que no sea para mí, que no me haga crecer.
He aprendido a cuidarme, a darme prioridad,
y solo aceptaré un amor que me llene de felicidad.

Todavía temo volverme a enamorar,
porque ahora sé que tanto me pueden dañar y no quiero confiar.
Aunque he sanado mis heridas y he recobrado la fuerza,
todavía no estoy listo para encontrar un amor que me complemente y me enriquezca, y eso es por tu culpa.

Este poema es el adiós definitivo,
a un amor que me consumía y era nocivo.
Ahora soy libre, vuelo sin cadenas,
y no hay más espacio para las penas ni cadenas.

Celebro mi renacimiento, mi renacer,
encontré mi verdadero ser.
Agradezco las lecciones que me has dado,
pero ahora sigo mi camino, decidido y preparado.

Deseo que encuentres tu propio camino,
que aprendas de tus errores y avances en tu destino.
Que encuentres un amor sano y verdadero,
uno que te haga crecer, sin que provoques dolor ni te lastimen.

No habrá más lágrimas derramadas por alguien que no me supo amar,
solo seré protagonista de un amor real, sin más peglarias ni más desengaños.
Ya no habrá dolor ni tormento en mi camino,
porque ahora me amo a mí mismo y sé bien mi destino.

Siguiendo adelante, con fuerza y valentía,
libre de ataduras y perdiendo toda melancolía.
Dejando atrás esa historia tóxica y lacerante,
ahora me vuelvo a amar, pero de manera radiante.

Con el corazón renovado, y con el alma llena esperanza a mi lado.
He aprendido a amarme, a valorarme
Y a saber, que merezco un amor auténtico, uno que me haga crecer y no fallecer.

Y así, en cada paso que dé, en cada nueva historia,
recordaré lo aprendido, con mi valiosa memoria.
Porque el amor verdadero está por llegar,
y esta vez, no me dejaré arrastrar.

ENTRE SOMBRAS Y SUSURROS: Poemas íntimos llenos de desamor y tormento.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora