El Chico Trans: Entre la disforia y la liberación.

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En la infinitud del Universo,
habitaba un chico con un alma inmersa en un verso.
Rompiendo los rígidos moldes de una sociedad,
luchaba con valentía, superando cada adversidad.

Desafiando las expectativas y convenciones,
se enfrentaba a sombras y a imnensas tensiones.
Batallas internas desgarraban su corazón,
mientras se enfrentaba a la disforia, cruel prisión.

En los recovecos de su mente, la tormenta rugía,
desgastando sus fuerzas, pero su alma no se rendía.
La lucha era ardua, el camino escabroso,
pero el chico trans no perdía aquel enfoque valioso.

La disforia, fiel sombra, se aferraba sin cesar,
intentando derrotarlo, pero él tenía claro que no iba abandonar.
Su esencia trascendía, su identidad nueva florecía,
cada día paso a paso, rumbo hacia su propia alegría.

La depresión asaltaba su existencia vulnerable,
una danza de sombras como un abrazo lamentable.
Pero el chico trans se erguía con determinación,
cultivando un jardín de amor, persistencia y conexión.

En su lucha interna, la ansiedad se manifestaba,
era un mar embravecido que constantemente lo asfixiaba.
Pero él respiraba hondo y encontraba la serenidad,
uniendo su cuerpo y mente, llevando toda esperanza en su nuevo andar.

No faltó la crítica, la mirada prejuiciosa,
pero el chico trans desafiaba cada opinión fastidiosa.
Ya que entendía el valor intrínseco de su propia verdad,
y con cada paso afirmaba su verdadera libertad.

El camino no fue fácil, había montañas por escalar,
pero este no temía y siempre estaba dispuesto a luchar.
Sabía que no había escapatoria que no había forma de huir,
sintiéndose preso en una vida que no podía elegir.

La disforia lo aprisionaba, oscurecía su sol,
desgarrando su alma con un dolor arrollador.
Las lágrimas se le escapaban, expresión externa de la angustia,
de la que se preguntaba si alguna vez encontraría su verdadera justicia.

Pero en su corazón ardía una llama imparable,
que en el abrazo de la aceptación le supuso una marca indeleble.
El chico trans era un guerrero, un pintor de su destino,
que esculpía su identidad sin miedos en este laberinto.

Así, en lo profundo de ese ser lleno de valor,
el chico trans encuentra su verdadero esplendor.
Peleando cada día por su identidad que descubre y afirma,
rompiendo todos los grilletes, liberando su propia firma.

Dentro de su ser todos los sentimientos encontrados se agitan,
como fuego y hielo, en una constante batalla interna.
El dolor de la disforia se aferra a su piel,
pero él se niega a ceder, a perder la fe en su cruel papel.

Sus lágrimas se convierten en la tinta para su poesía,
donde plasma su dolor y su valentía.
Las palabras fluyen con rabia y con ternura,
describiendo cada cicatriz, cada herida que perdura.

Las noches son eternas, los sueños le angustian,
en su mente se entrelazan el miedo y una esperanza ruin.
Pero al despertar su mirada refleja convicción,
muestra una fuerza indomable que aviva su corazón.

En cada esquina esta sociedad le señala,
pero él camina con orgullo rompiendo cada una de las barreras.
Las palabras hirientes no lo detienen,
sabe que su existencia importa y la guerra no la va a perder.

Los momentos de soledad son como un espejo,
donde se enfrenta a sus demonios y a su propio reflejo.
La lucha es ardua, pero su determinación brilla,
pintando un arcoíris en su vida que deslumbra y encandila.

Envuelto en el abrazo de su comunidad,
encuentra la fuerza para seguir adelante sin piedad.
lleno de amistades sinceras,
que me brindan la protección en este mundo tan brutal.

A veces, siente que sus huesos no le pertenecen,
pero en el arte encuentra la libertad que merecen.
Cada pincelada, cada latido de su frágil corazón,
es un grito de lucha para su propia liberación.

El dolor de ayer se convierte en su nueva fuerza y sabiduría,
y su resplandor ilumina el camino de la superación y la alegría.

Porque la disforia no define su esencia,
ni apaga la luz de su existencia.
El chico trans se alza en un vuelo libre, como un ave,
dejando atrás todas sus sombras y en el camino encontró su propia clave.

ENTRE SOMBRAS Y SUSURROS: Poemas íntimos llenos de desamor y tormento.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora