Versos de un suicida

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Hoy me despierto con esta soledad, 
un día más que pesa en mi realidad. 
A caminar me obligo, aunque no pueda más, 
lo hago por quienes no quiero decepcionar. 

Cada día que pasa siento que retrocedo, 
En un futuro incierto mi piel será solo hueso. 
Con la frente baja y la carga en mi pecho, 
heridas ocultas y el asfalto ya me rompieron.

Falsedades me arrastraron al frenesí, 
golpes del pasado que no me dejan ser feliz. 
Pocos comprenden lo que he de sentir: 
perderlo todo en un instante fugaz y solo poder huir.

Lágrimas de sangre han regado mi suelo, 
ahogué mi yo superficial y me abracé solo en mis desvelos
Lo siento, no soy fácil de entender; 
creer que lo hago bien es parte de mi vaivén. 

Cicatrices y sombras caminan conmigo, 
el espejo roto es el reflejo de mí mismo.
Entre el humo y sus caladas me escondí del ruido, 
tras la tempestad vino mi intento de suicidio.

En esta vida nunca hubo ninguna divinidad;  
el dios que añoré nunca dió su verdad.  
En este corazón un vacío quedó,  
la fuerza para levantarme sobrepasó mi dulce razón.

Soy un error imborrable, una carga constante,  
morir parece más fácil ante este peso aplastante.  
Todo se hace inalcanzable como armas entre pieles  
Y los problemas me cortan como sables.

Combatí mi dolor con más dolor y fui invisible para el amor, 
tras cada apuñalada, el rencor pasó a temor.   
La noche observó mis lágrimas caer;  
nada era como pensaba cada tras amanecer.

No creo en espíritus ni santos que asistan;  
mis escritos son mi voz aunque la sombra me persiga.  
Intento sostenerme y no puedo, estoy acostumbrado a hundirme y rozar el suelo, 
Ahora mi veneno es la única ventaja que sostengo.

¿Y si al morir renazco en otro lugar?   
Cada poema narra mi historia a olvidar.
El silencio a mi lado es compañera;   
y mi demonio internaliza que mi muerte está a la espera.

Desde niño solo he caminado;   
por nada del mundo he podido olvidarlo.
Me guía es mi instinto entre sombras sin brillo,
quieren verme fallar por seguir vivo.

Me siento mal por no ser tan fuerte para luchar;    
jugué con mi muerte sin poderlo evitar.
Ahora escribo entre lágrimas pintando de gris,
el casi verme en un ataúd que trunca lo feliz.

Al menos mi sufrimiento hoy se abarcó,  
mientras sigo errante buscando lo que fue mi razón.
Prometo seguir aunque a veces vacío,
estos son los versos de un suicida buscando su destino.

Solo queda en mí ese anhelo profundo
prometo levantarme hasta que me quiebre este mundo.
Son estos mis versos, una próxima despedida,
un susurro eterno, que dejaré en esta vida.

ENTRE SOMBRAS Y SUSURROS: Poemas íntimos llenos de desamor y tormento.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora