CAPITULO 12

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CAPÍTULO 12


Issabella:

El sonido de un trueno me sobresalta, obligándome a abrir los ojos. Me siento en la cama somnolienta y Ares que descansa a mi lado levanta la cabeza de entre sus patas para mirarme. Le acaricio entre las orejas como tanto le gusta y giro el rostro para ver el reloj sobre la mesita de noche. Es pasada media noche, me pongo de pie cuando suena otro trueno y me acerco a la ventana para observar el cielo, que esta totalmente cubierto por nubes pero aun no llueve y la copa de los árboles se mueven de un lado hacia el otro por el viento. Entrecierro mis ojos cuando en medio de ellos veo al chico que camina por el sendero que da al lago con un cigarrillo en su mano. Lleva una sudadera negra y pantalones del mismo color. Evaluó desde la altura de mi ventana el jardín y parece completamente desolado.

Mordisqueo la uña de mi dedo pulgar mirando por donde se acaba de perder el chico y decidida me giro sobre mis talones, tomó un abrigo que cubre la fina tela de mi musculosa y me calzo las pantuflas a juego con mi pantalón pijama a cuadros. Me volteo en dirección a Ares que permanece dormido con la cabeza entre sus patas y lo miro entrecerrando los ojos.

—Perezoso. —Me quejo cuando veo que no se mueve, ni siquiera cuando me dirijo hacia la salida.

Cierro la puerta de mi cuarto cuando salgo y camino con sigilo por el pasillo hacia la puerta principal. Cuando pongo un pie fuera en el jardín, la fría brisa golpea mi rostro tirando mi cabello hacia atrás. Ajusto mi abrigo cubriendo mi pecho y camino en dirección al sendero que da al lago, los árboles me rodean en cuestión de segundos y recorro el lugar con la mirada, pero no hay nadie, sigo caminando hasta que llego a la orilla del lago y me detengo en seco. Mi mirada se enfoca en la hamaca de metal que hoy no estaba aquí y que cuelga de lo alto de la rama de uno de los árboles que tiene vista directa al lago, justo en el lugar donde cada tarde me siento a leer. La hamaca es blanca y está adornada por almohadones afelpados y tiene detalles como si fuesen pequeñas plantas, que se enredan en el metal de los costados.

《Es preciosa》

—¿Te gusta? —Preguntan tras mi espalda haciendo que voltee para mirarlo.

Sebastián esta con su hombro recostado sobre el tronco de otro árbol, con una mano en su bolsillo y la otra sosteniendo el cigarrillo entre sus dedos, mientras me observan como siempre lo hace, con esa mirada brillante y cautivadora, que me hace sonreír.

—Es... precioso. —Respondo con una sonrisa y los ojos empañados. El frunce el ceño y se aparta del árbol acercándose a mí, y con sus dedos levanta mi mentón buscando mis ojos.

—Hey... ¿Qué pasa? —Pregunta y niego mientras limpio una lágrima que se escapa por el rabillo de mi ojo y sonrío.

—No es nada, es solo que... es la primera vez en mucho tiempo que alguien hace algo lindo por mi. —Me sincero y el acuna mi rostro entre sus manos y lo miro.

—¡Tú te mereces el cielo Sole mio y yo voy a dártelo! Pero no quiero que llores, ni siquiera de felicidad.

—¿Porque...? ¿Por qué haces tanto por mí?

No responde, solo mantiene los ojos puestos en mí, mientras mis ojos se mantienen fijos en los suyos. Doy un brinco hacia adelante, cuando el estruendoso sonido de un trueno me sorprende e ilumina el cielo. Levanto la mirada al cielo y una gota de lluvia cae sobre mi rostro y sonrió mientras suelto un suspiro, con la mano de Sebastián apoyada sobre mi rostro aun, pese a que el también observa las nubes y algunas gotas de lluvia caen sobre su cara.

Aparto la mirada del cielo para mirarlo con detenimiento, su cabello oscuro está húmedo y cae a un lado de su frente, sus ojos están fijos en el cielo y su boca entre abierta deja ver el aliento que se escapa de entre sus labios. Baja la mirada encontrándose con la mía y ambos permanecemos así por un rato, solo mirándonos el uno al otro. Se dice que los ojos son las ventanas del alma, y si eso es verdad, el hombre frente a mí tiene el alma más pura que jamás he visto, pese a ser quien es. En su interior hay bondad, lo veo en la forma en que me mira, en la forma en que me protege.

La Redención del Mafioso © #3 " Almas Corrompidas"[SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora