CAPÍTULO 62

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CAPÍTULO 62

Sebastián:

Apago el motor de mi motocicleta y me quito el casco , alzando la mirada al gigante cartel de la entrada, con las palabras "Bloody Cage". Ha pasado mucho tiempo desde que estuve en este lugar, mi naturaleza me lo impide. Porque una vez que entro aquí, mis demonios son liberados y nada ni nadie puede detenerme. Y eso en ocasiones trae complicaciones a largo o corto plazo. Pero si esta es la manera de quitarme de encina este jodido problema... Camino en dirección a la entrada y el guardia de la puerta abre muy grande los ojos cuando me ve y luego asiente con su cabeza, haciéndose a un lado para que pase. Al poner un pie dentro del lugar el olor a sudor y sangre invade mis fosas nasales, mezclándose con el fuerte olor a marihuana y alcohol.

Varias meseras semi desnudas deambulan de aquí para allá, ofreciendo tragos y algo más, a las personas que se acomodan en las mesas frente a la gran jaula. Tomo asiento en una de las mesas más apartadas, camuflado entre las personas, pero con una clara visión de la jaula desde aquí. Una de las camareras se acerca de inmediato y le pido que me traiga una botella de Ron, sin quitar la mirada de la jaula donde uno de los sujetos está a punto de romperle el brazo a otro.

Los vítreos y gritos eufóricos de la multitud, no se hacen esperar y bebo un trago del vaso que me extiende la mujer que deja la botella y se marcha tras darme una mirada avergonzada, cuando se queda mirándome más de lo debido. Pasa cerca de media hora hasta que la persona que espero al fin aparece, sube con sus pies descalzos y sus pantalones cortos los escalones hasta que se mete dentro de la jaula.

Otro hombre robusto y calvo lo espera con una sonrisa de tiburón tirando de sus labios, la cual no parece amedrentar a Nicholas que en cambio mueve la cabeza a cada lado como si intentara alojarse. Se ve, desde lejos que es un experto en esto, aunque no tanto como yo claro. Hay personas que se entrenan para esto, pero yo... yo nací siendo un asesino, esta en mi sangre, en mis genes y en cada parte de mi. Eso es lo que soy y no sirve de nada querer ocultarlo. Solo existe una persona en el mundo a la que jama le permitiré ver toda la oscuridad que llevo dentro. Llevo el vaso a mis labios mientras observo como el calvo con el tatuaje a un lado del rostro sonríe dando un paso hacia Nicholas.

El simplemente se acerca y le sostiene la mirada. Ambos están separados por solo unos pocos metros. El grandote es claramente más pesado que Nicholas, pero el hermano de Issabella es más alto y puedo ver a leguas que sus músculos no están hechos a base de químicos, como los del otro sujeto que le sonríe con soberbia, hablando algo que el hombre parece no prestar atención, mientras se acomoda las cintas alrededor de sus nudillos, de forma despreocupada, pese a que el calvito le ladra cerca del rostro. El sonido de la campana da inicio a la pelea y el otro sujeto se abalanza de inmediato, sobre Nicholas que evade con su pierna el golpe que iba directo a sus costillas.

Le encesta dos golpes de puño en la cara y luego cuando lo aturde con un rodillazo en las costillas, barre sus pies con los suyos haciendo que el hombre caiga al suelo de espaldas, mientras el lo observa desde la altura con una pose casi elegante y sin una sola gota de sudor, en su cuerpo. Lo rodea como gato a un ratón, esperando pacientemente a que se ponga de pie, pero el hombre en lugar de eso trata de sujetarlo con sus piernas y hacerlo caer. Una de las rodillas de Nicholas toca el suelo y el hombre lo toma por detrás, rodeando su cuello, pero el es rápido al momento de darle un codazo en el abdomen y tirar la cabeza hacia atrás, rompiéndose la nariz.

Se pone de pie rápidamente y sus ojos verdes se clavan analíticos, sobre el hombre que se sujeta la nariz hasta que Nicholas, lo toma por la cabeza bajándolo por los hombros y golpeando su cara con su rodilla dos veces. Logrando que el infeliz comience a tambalearse, hasta que el hermano de Issabella, simplemente se le acerca y con la palma de su mano lo empuja, haciendo que caída al suelo inconsciente. Sonrió al ver que en verdad es bueno... bastante bueno, diría yo. Y no soy el único que lo nota, ya que la gente explota en un estruendoso aplauso, en medio de sonidos de vítreos y alaridos animados que no demoran en tomar el lugar, mientras el arbitro levanta uno de los brazos de Nicholas, proclamándolo como el ganador.

La Redención del Mafioso © #3 " Almas Corrompidas"[SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora