CAPÍTULO 71

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capitulo 71

"Los Monstruos más temibles, son aquellos que se esconden, en nuestras almas".

Edgar Alan Poe.


Sebastián:

Empujo la puerta metálica frente a mí y salgo en dirección al pasillo rodeado de viejas paredes despintadas que da al área de lo que parecen ser habitaciones.

El viejo hotel parece casi abandonado y no tengo la más puta idea de en cual, de todas las habitaciones esta Issabella.

《Me tocara ir una por una》

El sonido de lo que parece ser un sollozo me detiene contra una de las puertas y me inclino para escuchar más de cerca.

—¡No! Por favor, por favor —Solloza una voz femenina al otro lado de la madera.

Inmediatamente reacciono y pateo la puerta que se abre hacia atrás, cuando la bisagra se rompe. Un hombre calvo de alrededor de sesenta años y de prominente abdomen, salta de la cama, y lo único que mis ojos detallan al instante, es la cabellera rubia que se voltea intentando alejarse. Mis ojos de inyectan de ira cuando saco el cuchillo de mi cinturón y me abalanzó sobre el bastardo, enterrándole la hoja hasta el fondo del abdomen, y empujándolo contra la pared. Saco el puñal y vuelvo a meterlo, haciendo que chille cuando la carne del abdomen se desgarra y la sangre empapa mi mano, antes de arrastrarlo hacia la ventana, en medio de la lucha cuando intenta inútilmente defenderse. La rabia me llena imaginando a este cerdo tocando a mi mujer. Asi que vuelvo a afirmarme contra el mango del cuchillo con fiereza y cuando intenta empujarme, lo aparto y termino por cortarle el cuello y luego lo lanzo por la ventana, hacia el vacío.

Me acerco al marco y veo como su asqueroso cuerpo desnudo, aterriza sobre el capo de un taxi estacionado en la entrada, ocho pisos abajo. Me volteo hacia la mujer en la cama y una extraña mezcla entre decepción y el alivio me golpean, al ver que no se trata de Issabella. La chica en la cama tiembla y frunzo el ceño, tratando de calmarme cuando retrocede alejándose contra la pared y luchando por cubrir su desnudes. La pobre niña no debe tener más de diecisiete o dieciocho años.

—No me mates, por favor... no diré nada. Lo juro.—Solloza temblando y niego con la cabeza alzando las manos donde aún sostengo el cuchillo chorreando sangre.

—No voy a matarte. Estoy aquí por Charly, no por ti. Dime... ¿Sabes donde puedo encontrarlo? —Pregunto y pese a que pasa saliva y tiembla, lentamente asiente sin apartar la mirada del cuchillo en mi mano.

—El... trajo a una chica... la llevo a la terraza. Son cinco pisos arriba. —Explica y asiento volteándome hacia la salida, pero me detengo un instante y suspiro antes de quitarme la chaqueta que le extiendo para que se cubra.

—¡Cúbrete y sal de aquí! Esto va a ponerse feo.—Advierto y salgo en dirección a la puerta.

—¿Vas a matarlo?—Pregunta cuando estoy a punto de salir y me volteo hacia ella.

—¡Si!

—¡Bien! Solo espero que ese maldito sufra. —Dice aferrándose a la chaqueta y asiento.

—Créeme... ¡lo hará! —Sentenció largándome a toda prisa escaleras arriba.

Escucho el sonido de más disparos abajo y frunzo el ceño observando tras mi espalda, deteniéndome en el descanso de la escalera, pero nadie me sigue. Miro el número marcado en letras rojas sobre mi cabeza y afirmó mi agarre sobre el arma mientras empujo hacia atrás la correa de la ametralladora que cuelga de mi espalda. 《Te llego la hora infeliz bastardo》 Abro la puerta y salgo encontrándome con una especie de escenario de madera frente a mí.

La Redención del Mafioso © #3 " Almas Corrompidas"[SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora