Issabella:El sonido del pestillo de la puerta hace que aferre mis dedos a la manta que cubre mi pequeño cuerpo, mientras trato de disimular los temblores que abordan repentinamente mi cuerpo.
Una de mis manos rodea el crucifijo que cuelga de mi cuello, mientras aprieto los ojos con fuerza.
《Quizás si Finjo estar dormida, no me haga daño》
El sonido de sus pisadas acercándose se hace cada vez más notorio y sé que estoy perdida cuando siento como la manta que cubre mi cuerpo comienza a ser deslizada hacia abajo con lentitud, su mano se desliza por debajo de la tela de mi camisón, gira mi cuerpo dejándome boca arriba mientras permanezco inmóvil con los ojos cerrados y mi mano rodeando el crucifijo.
El me quita la ropa interior con una sola de sus manos y separa mis piernas, contengo un jadeo en medio de temblores, cuando escucho el sonido del cierre de su pantalón, hasta que de un momento a otro lo siento sobre mí.
-Recuerda las reglas...Cariño. -Gruñe contra mi oído.
-No gritar, no llorar y no hablar... Ahora... separa las piernas para papi, Issabella ...
—¡No!—grito saltando en mi sitio, cuando la impresión y la respiración acelerada me obligan a sentarme de golpe y apoyar la espalda contra el respaldo de la cama, en busca de estabilidad. Mi pecho sube y baja mientras el corazón no deja de latir con fuerza y tallo mi rostro con las manos temblorosas.
«Solo fue una pesadilla, él no está aquí Issabella.»
La puerta de la habitación se abre de golpe y vuelvo a dar un brinco cuando noto al chico sin playera que entra sujetando un arma en la mano.
Sebastián recorre la habitación con la mirada oscurecida, y su arma levantada, hasta que sus ojos encuentran los míos, que lo detallan de pies a cabeza, mientras aún trato de recuperar el aliento.
Bajo la mirada a sus pies descalzos y lentamente lo voy recorriendo con la mirada, lleva solo unos pantalones de chándal, su torso está descubierto y me detengo a detallar la tinta de los tatuajes que cubren su piel. En el pecho cuelga el crucifijo que le di, que cae justo apoyado al lado del tatuaje en el pectoral derecho, donde una especie de serpiente, rodea una corona mientras muestras dientes de forma amenazante.
Sigo recorriéndolo, pero me detengo cuando noto que se está acercando y que sus labios se mueven cuando me habla, pero no logro escucharlo, ni siquiera cuando se sienta en la cama.
—Issa... Mírame, Pequeño sol estas asustándome.— Dice mientras extiende su mano para tocar mi cabello, pero la accion queda a medias cuando me aparto evitando el contacto.
La mirada de dolor en sus ojos cuando nota que no le permito tocarme, me duele tanto como a él, pero no puedo permitirle que me toque, no hasta que esté limpia. Me pongo de pie y camino hacia el baño, donde tomo la esponja de la ducha, humedeciendola en el lavabo, antes de rociarle jabón. Estoy a punto de comenzar a lavarme cuando siento que me la arrebatan de las manos. Levanto la mirada y el hombre parado detrás de mí me observa a través del espejo, intento apartarme para volver a tomar la esponja que está en el suelo a un lado, pero el me lo impide cuando sus brazos me rodean por detrás, abrazándome con fuerza.
Inmediatamente comienzo a forcejear, para que me libere, trato de empujarlo con todas mis fuerzas. El enojo me toma y de un momento a otro siento rabia, impotencia y dolor, quiero golpearlo, quiero decirle que no me toque, que no me ponga sus manos encima, pero... no es a él. No es al chico que me envuelve en sus brazos a quien quiero alejar, sino al maldito recuerdo del hombre que arruino mi vida desde el momento en que me marco para siempre, el hombre que debió protegerme, pero solo se dedico a romperme, a destruirme.
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La Redención del Mafioso © #3 " Almas Corrompidas"[SIN CORREGIR]
Storie d'amore#3 de la serie independiente "Almas corrompidas" (Ambientado Seis años después de Aurora.) Isabella, ha sobrevivido en el infierno. A sido torturada, abusada y violentada de formas indescriptibles desde muy joven. Pero a pesar de todo lo que ha vivi...