La Redención del Mafioso © #3 " Almas Corrompidas"[SIN CORREGIR]

CAPÍTULO 17

CAPÍTULO 17

Issabella:

Juego con la comida en mi plato mientras la chica a mi lado habla con Sebastián y con su novio Iván, que está sentado a su lado. El chico es amable y aunque al inicio me costaba estar cerca de otro hombre que no sea Sebastián, la verdad es que él novio de Lena tiene una personalidad que lo hace parecer demasiado amable como para temerle y el hecho de que prácticamente ellos vivan aquí ha hecho que me acostumbre a su presencia.

—Issa, ¿me pasas la sal? —Pregunta sacándome de mis pensamientos.

Parpadeo y estiro la mano para tomar la sal que le alcanzó, percatándome en el momento, de la mirada rápida que le da Sebastián a su primo, que ni lo nota cuando recibe el salero que le paso y sigue concentrado en su plato.

—Primo he oído que el diablo se quiere retirar... ¿es eso cierto? —Pregunta Iván y frunzo el Ceño.

《¿El diablo!?》

—¿De donde sacaste eso? —Responde el chico que levanta la botella de cerveza que lleva a sus labios.

—Escuche a la tía Amelia hablando con mamá. —Responde encogiendo uno de sus hombros.

—Si sofi, descubre que escuchas sus conversaciones, ¡te cortara las bolas! —Advierte Lena antes de llevarse la comida a la boca.

—¡No lo hará! Soy su bebe ¿recuerdas? ¡Además, no es mi culpa que parezca una cotorra parlanchina cada que la tía Amelia aparece!—Se ríe y miro al hombre frente a mí que no responde y sigue con lo suyo, almorzando mientras revisa algo en su tableta.

—¡Me encantaría ver la expresión de tu madre al escucharte llamarla cotorra! —Se burla ella antes de girarse hacia mi.

–Issa... esta tarde debo ir al centro a buscar algo para usar en la reunión con el jefe del hospital. ¿Te gustaría acompañarme?

La pregunta de Lena deja mi mano a medio camino cuando estoy a punto de llevar la comida a mi boca, levanto la cabeza en busca de los ojos de Sebastián, necesito que diga algo, pero no lo hace y no sé qué responder, salir de aquí no es algo que me entusiasme demasiado. Paso saliva y observo a Lena que me mira con los ojos brillantes y una sonrisa de oreja a oreja en su cara. Ella ha sido muy amable conmigo desde el primer día en que llegué aquí, y lo menos que puedo hacer por ella es acompañarla en algo tan simple como comprar un atuendo para su reunión de trabajo.

Aprieto los cubiertos en mi mano y trato de dibujar mi mejor sonrisa, antes de voltear hacia ella y asentir. Vuelvo a mirar al chico frente a mi que apenas levanta la mirada, encontrando la mía y me sonrojo cuando me guiña uno de sus hermosos ojos.

***

Las agitadas y pobladas calles de Nueva York nos reciben cuando Lena detiene el coche en Upper Easth side, la zona más acaudalada en lo que a tiendas y marcas extravagantes, se refiere. Lo sé porque varios de los clientes que me tocaba atender hablaban de todo el dinero que gastaban aquí. Bajo del coche y sigo a la chica que se ajusta el bolso en el hombro y se cuelga de mi brazo mientras me sonríe y me jala para que la siga dentro de una enorme tienda con el nombre "PRADA" estampado en la entrada.

El ligar es preciosos y extremadamente lujosos para ser una tienda de indumentaria y vestimenta femenina. Observo todo con los ojos muy abiertos mientras que Lena se aparta unos metros cuando una prenda colgada de un maniquí llama su atención.

—Disculpa. ¿Estas pérdida?—Pregunta la esbelta rubia que se aproxima a mi, observándome de pies a cabeza.

—No, yo solo...