CAPÍTULO 70

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CAPÍTULO 70

Issabella:

El sol esta cayendo y suspiro disfrutando del fresco aroma a flores que llega desde el bosque hasta mi lugar, mientras permanezco de pie a la orilla del lago. Una leve brisa fría levanta el cabello que cubre mis orejas y mi cuello, echándolo hacia atrás y cierro los ojos mientras me froto los brazos con las manos.

—¡Te tengo! —Murmura contra mi cuello el hombre que me rodea con sus brazos pegando su pecho a mi espalda, haciendo que suelte un grito de sorpresa cuando me levanta en el aire y me gira arrastrándome con el hasta pegar mi espalda contra el tronco del árbol antes de estampar sus labios contra los míos.

—¡Dios Sebastián! Casi me provocas un infarto.—Sonrío sobre sus labios cuando pega su frente a la mía. El se ríe y deja varios besos cortos sobre ellos antes de apartarse y mirarme con una enorme sonrisa divertida en su rostro.

Amo eso de el, porque pese a que la mayor parte del tiempo y con la mayoría de las personas es un hombre completamente serio y casi frío. Conmigo no lo es. Siempre tiene una bella y sexy sonrisa en su rostro reservada para mi.《 Solo para mi. 》 Señala con su mano el sitio junto al árbol y me acomodo de espaldas entre sus piernas cuando se sienta recostando la espalda al tronco del árbol. Sus musculosos brazos me rodean y su barbilla recae apoyada sobre mi cabeza cuando el aliento cálido de un suspiro sacude mi cabello.

Permanecemos en silencio observando el lago mientras dejó que el hombre de mi vida, me sostenga entre sus brazos.
Estando así aquí y con el, parece un sueño es casi como si el pasado no existiera y como si todo se hubiese tratado de un mal sueño. Uno terrorífico, pero que al estar entre sus protectores brazos, se vuelve surrealista, como si no hubiese ocurrido.

Suspiro y medio sonrió, acurrucándome más contra el cuando siento sus dedos acariciar el dorso de mis manos, aun sin romper el abrazo.

—Dime algo que te cause temor.—Rompo el silencio.

Siento el latir de su tranquilo corazón que golpea suave contra mi espalda y tras un segundo de silencio suspira.

—Hace años, cuando ni yo, ni Aurora habíamos nacido, alguien lastimo a mi madre—Comienza.

—Él infeliz que la hirió... no solo abuso de ella, si no que asi la mata. Habla y siento como su corazón comienza a latir más fuerte—Luego... hace cerca de seis años paso algo similar con Aurora. Ella fue secuestrada torturada y perdió a su bebé. Sus brazos se presionan más fuertemente a mi alrededor mientras hace un pausa.

—No tengo palabras para explicar lo que sentí cuando la vi semi desnuda y casi muerta en los brazos de Alex. No soy el tipo de persona que siente miedo Issabella, soy el tipo de persona que lo infunde. Pero si tuviera que decir que le temo a algo, es a que dañen a las personas que amo. No ser capaz de protege a los míos, eso me aterra.

Me mantengo en silencio un instante repasando todo lo que acaba de decir y recuesto más mi cabeza contra el.

—Lamento mucho lo que les pasó.—Susurro en respuesta y el besa la parte superior de mi cabeza.

Nos mantenemos ambos con la mirada en la nada hasta que es el quien suspira esta vez.

—¿Y bien?—Pregunta—Dime pequeño sol, entonces... ¿Cuál es tu mayor temor?—Indaga y clavo la mirada en el reflejo anaranjado de los rayos del sol sobre el lago frente a nosotros.

La Redención del Mafioso © #3 " Almas Corrompidas"[SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora