CAPÍTULO 31

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CAPÍTULO 31

Issabella:

Parpadeo somnolienta cuando noto que la oscuridad inunda todo el bosque. Bajo la mirada a mi cuerpo aun recostado sobre el tronco del árbol y frunzo el ceño, cuando veo la chaqueta que cubre mis brazos. Levanto la mirada nuevamente y mis ojos se abren con sorpresa cuando se fijan en el chico sentado a unos metros de espalda frente a mí.

Paso saliva, con nerviosismo y recorro con la mirada el bosque, que comienza a cubrirse por la oscuridad, del sol que cae sobre los árboles.

《Debo haberme quedado dormida》

Logan, lanza una piedra al lago antes de suspirar y ponerse de pie, se voltea y se acerca mirando el reloj de su muñeca, levanta la mirada y se detiene cuando nota que estoy despierta. Sobo mi nariz y vuelvo a bajar la mirada a mi cuerpo cubierto por lo que asumo que es su chaqueta, ya que hace frío y él está usando solo una playera negra de mangas cortas, que deja a la vista los tatuajes de sus brazos y el otro en forma de cruz en medio de su garganta.

Me pongo de pie y me quito con lentitud la chaqueta que le extiendo y él niega mientras me observa con él una ceja elevada.

—Déjala, hace frío.

Su voz sale ronca y bajo la mirada a mis pies cuando su intensa mirada se posa en mí. La forma en la que me mira me asusta, pese a que ha sido amable conmigo, y sé que eso le molesta, así que trato de disimularlo.

—Gracias. —Respondo sin mirarlo sujetando la chaqueta.

—No es nada. —Responde y vacila, pero se acerca con pasos lentos, toma la chaqueta cuando se acerca y me tenso cuando la coloca sobre mis hombros otra vez.

Me alejo un paso cuando siento que está demasiado cerca y su mirada se suaviza un poco cuando me mira antes de dar un paso atrás, dándome espacio. Lo cual agradezco ya que mis manos comienzan a temblar al verme sola en medio de la nada con él.

—Lo siento, sé que no soy tu persona favorita, pero corriste tan rápido que no tuve tiempo de buscar al jefe, y no podía dejarte correr sola en medio del bosque, le he llamado pero no responde.

—Lo lamento, no quise ser descortés es que...

—A la mierda la cortesía, no soporto a esa víbora. —Dice y una sonrisa triste tira de mis labios, puede que su comentario haya sido mal intencionado, pero ella no sabía que de quien hablaba era yo, y después de todo no dijo mentiras.

—Ella... no mentía. —Respondo en un hilo de voz, con la mirada en el lago.

El silencio inunda el lugar, pero siento el peso de la mirada del hombre sobre mí.

—Tú sabes que eso no es verdad. —Responde parándose a mi lado con la mirada fija también sobre el lago.

—¿Y qué importa lo que yo crea? Si ante los ojos de los demás siempre seré una prostituta, una zorra.—Murmuro sobando mi nariz, sintiendo como mi garganta quema.

—Las heridas de tu pasado no te definen. ¡Tu corazón es el que lo hace! Todos aquí te respetan, solo falta que tú aprendas a hacerlo. ¿Qué más da lo que piensen los de afuera?—Pregunta.

—¿Crees que al jefe, le importa lo que se diga de él?

Me mantengo en silencio repasando las palabras que salen de la boca del hermano de Lena, en algo tiene razón y es en que esa chica no sabe nada de mí, ¡es una extraña! Y es absurdo que me duela lo que ella pueda pensar de mí.

La Redención del Mafioso © #3 " Almas Corrompidas"[SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora