« Ya es hora de que olvides a Biersack e intentes enamorarte de Emir »
Las palabras de Yasemin se hicieron presentes en mi cabeza, mientras veía a la pareja de recién casados felices, tomados de la mano con firmeza y saludando a sus invitados. Tal vez ya es hora de olvidarme completamente de Andy pero antes lo miré con detenimiento grabe en mi memoria sus hermosos ojos, su rostro y su sonrisa.
Después de la fiesta llegamos a casa bastante tarde, me senté delante de mi tocador para quitarme las joyas, saben no pude evitar sentirme culpable ya que era un escena típica de acostarse antes de la boda con tu primer amor. Claro que por mi cabeza no estaba pasando mencionarle ni una sola palabra a nadie o tal vez nada más a lo mejor amiga, lo cual presiento lo que ella me dirá. Emir entró a la habitación y comenzó a acariciar mis hombros
—Fue una noche espléndida ¿No te parece?— Continuó sus caricias en mi cuello—Si les deseo toda la felicidad— Suspiré —Espero ellos puedan ser felices...— suspiré y me levanté para ir a ducharme
—¿Porque lo dices así querida?— Me siguió de cerca
—Ellos se casaron por amor, por eso lo digo— Me puse de espaldas delante para que Emir me bajara el cierre del vestido
Después de que bajó el cierre de mi vestido sentí como sus manos acariciaron mi espalda desnuda y depositó pequeños besos sobre ella e inmediatamente me provocó escalofríos después acarició mi cabello suavemente...
—Estoy cansada— repliqué
Me giro hacia el y comenzó a besarme lento pero intenso, intentaba alejarme pero mis labios se veían cada vez más aprisionados por los suyos. Agarró mi cintura e intentó llevarme a la cama...
« Ya es hora de que olvides a Biersack e intentes enamorarte de Emir »
Nuevamente esas palabras resonaron en mi cabeza, deje de resistirme a Emir y me deje llevar, correspondí su beso, me quitó por completo el vestido y quedé solo en bragas entre sus fuertes brazos. Me empujó ligeramente hacia la cama y se tumbó sobre mi, empezó a besar mi cuello, bajó por mi clavícula y empezó a lamer despacio mis pechos.
—Me encantas mi amor— susurró agitado y yo por consiguiente intentaba concentrarme en las sensaciones que estaba provocando en mi cuerpo, regreso hacia mis labios besando entremedio de mis pechos, recorriendo el mismo camino que antes.
Llevó mis manos hacia los botones de su camisa y comencé a quitársela y así hasta quedar en ropa interior, sentí su erección en mí entre pierna era firme y caliente. Emir seguía besando mi cuerpo, tocándolo, saciándose, cerré los ojos imaginando a Andy sobre mí haciéndome suya, recordando su tacto, sus besos, a él en general.
Cuando Emir puso su mano sobre mi feminidad, distrajo mis pensamientos y solté un ligero gemido, sus dedos recorrían suavemente de arriba hacia abajo, quitó mis bragas y se preparó entre medio de mis piernas
—Emir— susurré, mire sus oscuros ojos mientras el entraba en mi, suavemente —Emir...— gemí, hizo un poco más rápidas sus embestidas.
...
Los murmullos en la habitación se hicieron presentes, noté la luz del sol pasando por las cortinas. La voz de Emir provenía del baño de la habitación, era una llamada telefónica...
—Si tengo todo en orden de la compañía padre, ahora con el dinero de la venta de las empresas de los padres de Aysel me dejó bastantes ganancias...
¿Qué? Pero Emir me había prometido que salvaría esas empresas más no venderlas
—No te metas en mi vida, lo tengo todo a como dio lugar y respecto al problema lo voy a solucionar—
¿Problema?
Me levanté de la cama poniéndome una bata afelpada sobre mi cuerpo desnudo...
—¿Cómo dijiste?— dije mientras había la puerta, el colgó la llamada si decir más
—Buenos días Ay....
—¿Porque has vendido las empresas?
—Aysel, yo hago el trabajo, tu familia se salva y tú te quedas sin estorbar
—Mi padre se podría poner mal si supiera esto, el confiaba en ti
—Tu no entiendes de negocios y si te reconforta en algo tus padres se van a quedar con sus propiedades, el banco les iba a embargar
—Ya tienes entre tus manos a todos nosotros, no sé qué más quieres— me crucé de brazos —Perdí todo por tu culpa
—Deberías agradecerme, en vez de estar dormida entre sábanas de seda sin preocupaciones estarías en la calle, tu hermano en la cárcel, tu madre lunática y tu padre muerto...— me sujetó con fuerza de los hombros
—Eres un desgraciado Emir
—Tengo muchas cosas que hacer— me hizo a un lado y se fue dando grandes pasos y al final azoto la puerta.
...
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El trato.
RandomÉl es de una familia de clase media, estudia su último semestre en ingeniería química. Ella es de una familia de clase alta, estudia las artes. Su amor es imposible por la diferencia de clases sociales pero se las arreglan para estar juntos. Ambos...