capítulo 25

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Conduzco a toda velocidad, las lágrimas resbalan por mis mejillas, fuertes sollozos salen de mi interior y no puedo seguir con Emir, es un monstruo él se sobrepasó conmigo me desnudó y golpeó, la razón fue simple, yo no me entregaría a Emir nunca jamás. Mi mejilla arde y siento leves punzadas en el rostro.

Trato de llamar a mi casa desde mi celular pero no recibo respuesta así que lo mejor será pasar un momento de la noche en el barco para tranquilizarme e irme a casa, mi verdadera casa.

Me estaciono aún lado del camino junto a la acera, me bajo del coche y lo aseguro. Camino por la acera hasta llegar a las escaleras de madera ya algo vieja y floja por la humedad del lugar, estás rechinan por cada paso que doy. La luna brilla e ilumina el oscuro cielo de la noche junto con las estrellas, el mar está tranquilo apenas se clavan las olas en el y me topo con el bote de Riban.

Con las manos me apoyo del tubo que sostiene un toldo si mal no recuerdo este barco ya es la cocina de un pequeño negocio de té, café y hamburguesas propio del antes mencionado. En los costados de las cubierta está una parrilla, del otro las mesas apiladas una sobre otras al giaul que los bancos y los insumos estaban en una especie de canasta en una esquina. El bote era sencillo, pequeño y a mi parecer bonito por los recuerdos que yacen aquí.

Abro la puertita que lleva a un camarote ahí hay una cama individual y sobre esta un colchón que es cubierto por una sábana blanca, una manta de felpitas rojas.y una almohada. En las paredes hay 3 ventanas en forma de cuadrados y están empañados por el sereno de la noche. Me siento en esa cama acaricio la manta asi que dejo mi bolso en el suelo y me recuesto en la cama, suelto un suspiro de alivio.

Flashback.

-¿Te casarías conmigo?.

Fin del flashback.

-Si Andy, yo sí me casaría contigo- susurro contestando a mis recuerdos antes de caer dormida en ese lugar.

Pasos, unos pasos resuenan. Frunzo el ceño y abro los ojos lentamente, mis oídos escuchan suspiros de la parte de afuera del bote.

-Mi embarcación- murmura una voz masculina y gruesa.

Ay no, puede ser Riban, me incorporo rápidamente sentada en la cama, acomodo mi cabello y una parte de él cubre mi mejillas algo hinchada y adolorida.

-Te he tenido tan abandonada- suspira -lo lamento es solo que tenía que irme para trabajar y alejarme de todo lo ocurrido- su voz es profunda y gruesa, un timbre de voz bastante peculiar -pero ya estoy aquí, no te olvide.. te quiero mucho pero ¿Acaso podré vivir sin pensar en los recuerdos?.

Mi pulso se acelera pero si es Andy..¿Como no?, esa voz tan melodiosa que poseía podría reconocerla en cualquier momento. No seas cobarde Aysel, tienes que salir en algún momento.

-NO- contesto y de inmediato me tapo la boca con las manos .

"Carajo* pienso..creo que era mejor haber Sido una cobarde. Ni hablar, me levanto de la cama haciendo que está rechine al hacerlo, giro la manija de la puerta y salgo del camarote con la cabeza agachada debido a que es muy poca la altura para pasar.

-Señora..- Andy está ahí de pie con la mirada enfurecida y el ceño fruncido.

-No..no podrás vivir sin pensar en nuestros momentos..- subo un escalón y quedó frente a frente con él. La noche es fría y hela mi cuerpo.

-¿Que hace aquí?- dice frío -¿No debería de estar con su esposo?, Hoy es una noche muy especial..- sus palabras hacen un vacío en mi interior y no puedo evitar derramar lágrimas.

Cielos Aysel pareces de gelatina eres débil y temblorosa cuando se trata de los problemas en tu vida incluyendo a tu ex novio.

-Deja de llorar...sus lágrimas ya no sirven de nada.- se vuelve severo

Inhalo aire.

-¿Por que estas aqui?, De nuevo. Después de tantos años- mi voz suena apagada y triste.

-mas que nada trabajo y familia, señora- contesta

-mientes- murmuro con un nudo en la garganta

Él pone sus perfectos ojos azules en blanco y suelta una risa pedante, se cruza de brazos, se pasa una mano por el su negro y espeso cabello negro y arquea una ceja con elegancia.

-¿Que le hace pensar eso, señora?- dice un tanto ironico

-pensé que habías dicho no querer volver a verme jamás aquel día en la refinería en Aliaga- trago saliva

-¿Donde esta la mentira?- busca por mis lados, en sus bolsillos y da grandes zancadas a mi alrededor.

-En que estás aquí por mi, tu volviste por mi. Por que yo sé que aún sigo siendo la mujer que amas.- pone un dedo en mis labios y me hace callar en cuestión de segundos.

Su dedo índice está sobre mis labios con un ligero roce luego su pulgar los acaricia por completo haciendo un contorno desde el labio inferior hasta el superior. Un fuego enardece en mi interior, el cosquilleo sobre mi piel se torna agradable incluso poco a poco cierro mis ojos y disfruto de su toque tan suave.

Vuelvo abrir los ojos y noto que Andy está muy cerca, la punta de nuestras narices se tocan puedo sentirme viva y asalvo a su lado. Mi respiración aumenta, volver a tenerlo cerca hace pierda control sobre mis emociones.

Ahora solo somos Andy y yo en el bote de Riban a la mitad de la noche, él ruido de las olas, el mecer lento del bote. El cielo relampagea y las gotas de lluvia hacen un ruido exasperante cuando se estrellan contra el mar y el toldo del bote mientras éste se pandea por el fuerte viento.

Mi corazón late sin calma alguna, mi rostro y el Andy se inclinan lentamente. Puedo sentir su respiración en mis mi rostro hasta que por fin nuestros labios se tocan, los de él son tan suaves y fríos que me hacen sentir un escalofrío.

Después de ese casto beso en los labios acerca su boca hasta mi oído pero yo aún sigo extasiada con aquel beso aún podía sentir la presencia del roce.

-¿Que te hace pensar que aún te amo?- susurra en mi oído, mi alma se cae al suelo al igual que mi sonrisa. Siento que su olfato por mi cabello y regresa rápidamente a su postura.

-entonces ¿Por fuiste a la fiesta?.

-Negocios con tu esposo, es astuto y poderoso pero muy seguido se deja llevar por su ambición para tenerlo todo incluso perdió 100 millones más para ganar la subasta- se burla -A demás yo no volvería a estar enamorado de una arribista como tú...

Ilusa Aysel, ilusa.

La sangre me hierve en el cuerpo.

-entonces vete y así estaré completamente segura de que no me amas, Andy- me trago el coraje

-el hombre que te obedecía ya desaparecido, está enterrado- me fulmina con la mirada -tú lo hiciste..

-Se que me odias Andy..

-¿Odiarte?- se vuelve a acercar a mi - me destrozaste, me hiciste añicos y todo por tus mentiras, tus sucias mentiras. Tú eras mi mundo Aysel, yo como un idiota y tú haciendo planes con Emir para no perder tu posición social..

-No es así Andy, yo te sigo amando...- sollozo

Me toma fuertemente del brazo y me saca del bote mientras me suelta violentamente.

-VETE- ordena

Su rostro está rojo de la furia, facciones rígidas, ojos fulminantes y pecho subiendo y bajando rápidamente.

-tu quieres castigarme..- respondo -Eso es lo que quieres, te conozco Andrew

-Largate..sucia y mentirosa- me mira de abajo hacia arriba con desprecio

-Algun día quiero que entiendas el precio que tuve que pagar para protegerlos...


El trato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora