El trato.

Capitulo 7.

***

Aysel

Vamos saliendo del hospital, hemos traído a Ozan para ver si su enfermedad no a empeorado con sus convicciones de ayer.

—Dice el doctor que tuviste esa mala pasada por que recibiste mucho estrés ante la noticia de anoche— Bajamos las escalinatas —Desde ahora ya no habrán preocupaciones y trataremos de evitarnos problemas para nuestra familia esté mejor— Mamá ríe

Ozan toma mi mano

—¿Podemos ir a caminar?— pregunta y yo asiento con la cabeza

—Ozan tú sabes que no puedes...

—Ya lo se papá, no conducir, no tomar, no fumar. Lo entiendo— ladea la cabeza

—Cuidate mucho hijo— mi padre le da unas palmadas en la espalda y Ozan se adentra en mi auto después yo cierro la puerta.

—Aysel, cuida a tu hermano— Mamá me detiene y habla con enojo.

Decido ignorarla y adentrarme en el auto para conducir.

—Fue Emir quien te estreso por mi culpa, él te puso así— digo y lo volteo a ver rápidamente

—¿Estas enamorada?— pregunta

—¿De emir?, Qué horror.— arrugo la frente.

Ozan ríe

—no hablo de Emir si no del chico a quien retrataste— no deja de verme con sus ojos verdes

Yo decido no contestar por que mi silencio ya a dicho más que mil palabras. Llegamos a la playa en donde nos sentamos en unas bancas debajo de las palmeras que nos proporcionan sombra y frescura. El sonido del mar es tan relajante, el olor a sal y el sol en su punto más alto hacen que sea un día perfecto.

—Me siento relajada cuando estoy con él, su nombre es una suave ola en mi cabeza y sus ojos son como el mar llevándose la arena debajo de mis pies— comento con una sonrisa viendo hacia el horizonte y Ozan me mira con una sonrisa pícara — Solo espero el momento de volver a verlo— suspiro —se que es algo apresurado pero Soy feliz a su lado y olvido mis preocupaciones cuando estoy con él por que yo...

—Te has enamorado de él— Termina mi frase y yo asiento con la cabeza y mis sonrisa de ensancha más. —Mi hermanita— Acerca mi cabeza y le da un beso

—pero, ¿tú qué piensas de esto? Por que... quiero presentarselo a alguien importante en mi vida— Acaricio el hombro de Ozan — y tú eres esa persona, Ozan. Dime ¿Aceptas?— insisto

Él toma mis manos

—Si claro.

—Ya sabes quiero algo que sea espontáneo que no se vea que estoy muy entusiasmada por eso.

—Me encantará conocerlo— nos abrazamos y quedamos viendo el mar.

DEL OTRO LADO DE LA CIUDAD...

— papá, este ventilador ya no funciona— estoy checando el ventilador de techo que ya está bastante viejo con los cables de fuera

—Te lo dije desde hace tiempo, no era necesario que trajeras al ingeniero— Mehmet está sentado leyendo una revista

De pronto mi teléfono suena y bajo de las escaleras plegables a todos velocidad

—¿Así que se llama Aysel?— pregunta Mehmet tomando mi teléfono y poniéndolo en el lugar más alto

—Oye ya basta, dámelo— Exijo

—Suficiente— Papá nos regaña y eso hace que mi hermano me de mi teléfono. Salgo del local hacia la calle