ALIAGA, TURQUÍA. 1 año después.
~~~~~~~~~~~~~~~~~
—¿Cómo estás Aysel?— pregunta Ozan
—Ya estoy en Aliaga, ¿Emir tiene sospechas?— contesto con el alma en un hilo.
—No las tiene, él cree que estás en Milán a estas horas— dice con tranquilidad
—Bien, seguiremos sosteniendo la mentira. Gracias Ozan por apoyarme.
—Solo cuídate y regresa pronto si es que tienes suerte de encontrarte con andy— tose un poco.
—Lo haré, te amo ozan— fin de la llamada.
Así es vine hasta Aliaga para buscar a Andy y tratar de hablar con él. No puedo decirle la verdad pero tengo que verlo.
Mi camioneta se mueve bruscamente debido a que el camino con dirección a la refinería está sin pavimentar y en malas condiciones. Zeynep me a dado las direcciones y teléfonos pero nadie respondió así que me obligué a venir aquí por Andy para decirle cuando lo amo, por supuesto traje un almuerzo para él quizá llegue a la hora.
—Señora Aysel, ya hemos llegado— Dice mi chófer mientras frena el auto.
Yo hecho un vistazo por la ventana del auto. Camionetas monstruosas llevando y trayendo material, el sonido de grúas, los hombres vestidos con una especie de trajes color naranja y cascos azules.
—Gracias, George. Ahora voy a bajar— le avisé y el hombre asintió
Dios este lugar es horrible. George abre la puerta y mis ojos se entrecierran debido al sol incandescente que golpea mi rostro, el asfalto libera ondas de calor que se puede apreciar su movimiento a unos metros de distancia, todos vuelven su mirada a mi y yo me intimido un poco.
Llego a la entrada y me pongo detrás de las pesadas rejas que me separan de ingresar a la refinería.
—¿Se le ofrece algo?— un hombre con aspecto de guardia se acerca
—Si, buen día. Estoy buscando a uno de sus trabajadores— contesto hablando más alto de lo normal por que los zumbidos de las plantas refinadoras de petróleo son caóticos.
Él suelta una risa irónica.
—pues entonces díganos el nombre. No soy adivino— se cruza de brazos.
—Su nombre es Andrew, Andrew Biersack— digo desconcertada ante el mal carácter del tipo.
El hombre asiente y desaparece por una puerta. Yo pongo los ojos en blanco y mi pulso está desenfrenado por saber si estoy en la refinería correcta. Las miradas de los hombres se posan en mí mientras pasan una tarjeta por un identificador haciendo que este suelte un horrible sonido de acceso correcto. Pasa mucho tiempo para que el mismo hombre de la puerta aparezca de nuevo.
—Regrese a la hora del almuerzo— ahora masca una goma con la boca abierta y me hace sentir el estómago revuelto.
—¿Para eso tuve que esperar tanto tiempo?— reclamo
El tipo se sorprende y se inclina a mi altura.
—Pues es la única opción de verlo ya que no es la única chica que viene por este obrero— me mira
¿Hay otra chica?. Parpadeo varias veces para que mi mente procese esa información.
—¿Otra?— repito
—Si, ahora váyase y regrese a las 3 de la tarde— se da la vuelta sin esperar mi respuesta.
George me abre la puerta y entró al auto, el aire acondicionado me hace sentir mejor pero las lágrimas caen de mis ojos. Tonta, tonta y tonta Aysel, Andy te a olvidado tan rápido y tú vienes como perrito faldero tras de él.
ESTÁS LEYENDO
El trato.
RandomÉl es de una familia de clase media, estudia su último semestre en ingeniería química. Ella es de una familia de clase alta, estudia las artes. Su amor es imposible por la diferencia de clases sociales pero se las arreglan para estar juntos. Ambos...