Capitulo 41

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Amanecer...

Atardecer...

Anochecer...

Daba vueltas en la cama por las noches, me quedaba dormida a media tarde y despertaba hasta en la noche. Los días fueron pasando de esa manera, me sentía cansada y sin ganas ya de luchar pues aun que lo hiciera, no había resultados. Los pensamientos me inundaron otra vez, ¿Debería de entregar mi corazón a Emir? ó ¿Debería seguir mi corazón...?.

Mi salud emocional es más importante y decidí entregarme a Emir. Cuando desperté de mi siesta alrededor de las 7 pm, fui a la cocina para ver que había en el refrigerador para....hacer la cena pero esta vez hacer una cena elegante. Había dejado marinar un par de filetes de res mientras preparaba la ensalada.

—Emir no tarda en llegar...— suspiré

Después de terminar con la cena y el postre, fui a la habitación para darme un baño y una buena arreglada, utilicé el secador de cabello y ondule mi cabello después fui a mi armario para ponerme un vestido color anaranjado corto, de tirantes delgados y finos detalles en los botones, mis pies se veían elegantes con unas sandalias finas de tacón en color dorado, por último apliqué mi perfume favorito de Chanel. Me di un suave y ligero toque de maquillaje para cubrir mis ojeras, dar un realce a mis labios, mejillas y ojos.

Aysel esperó en el balcón con vista al mar, la luz de la luna iluminaba y sus largos cabellos castaños eran movidos por la suave brisa de la noche. El olor a sal del mar, inundaba sus fosas nasales y le hacían recordar su pasado con Andy. "Voy a dejarte ir", se repitió "Y espero que seas muy feliz", entre sus manos tenia el anillo de compromiso que Andy le había dado justo el día en que todo se complicó y con dolor en su alma lo dejó caer al vacío perdiéndose entre el mar.

—¿Saliste hoy?, mi querida Aysel— la profunda voz de Emir se escuchó, Aysel se giró lentamente y le sonrió ligeramente

—No Emir...— murmuró con timidez —Yo...yo t-te estaba esperando— caminó hasta pararse unos centímetros frente a él

Emir arqueo una ceja y se mostró confundido.

—Ya dime, ¿qué sucede?— dijo malhumorado

—Te estaba esperando para cenar, cariño..

El trato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora