Capítulo 26.

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Ya es la mañana siguiente me fui de casa temprano sin que nadie me viese salir pero antes de irme pasé a ver a Ozan en su habitación, le di un beso y eso fue el contacto que tuve con mi familia está mañana.

Me siento cansada y triste, Andy me dijo cosas horribles ayer por la noche. No sé de dónde saco que soy una arribista e interesada y lo peor toda su familia me tiene bajo el mismo concepto. Si Andy supiera por lo que tengo pasar con Emir.

Voy subiendo por la calle en donde se encuentra mi nuevo...hogar aún que no sé si podré llamarle hogar. Saco mi celular y me pongo a revisar mis mensajes pero por si no fuera obvio Emir ya a llenado mi bandeja de entrada en mi correo electrónico, tengo otros de Yazemin y la señora Sezin, por un instante me olvido de mirar el camino mientras acelero un poco más para llegar rápido a mi destino.

Dejo el teléfono aún lado, me quito mi abrigo y hago mi cabello en un moño, la calefacción del auto me a acalorado bastante, para no ser más una conductora con bastante irresponsabilidad busco en mi bolso mi cargador de teléfono y cuando lo encuentro el cable se cae en el suelo entonces me agacho para recogerlo.

—Maldito cable— murmuro mientras estiro la mano

El claxon de un coche suena con desesperación pero no le di importancia entonces un estruendo y un movimiento violento hace que pide el freno inmediatamente.

Ay no es cierto, choque contra un auto que venía. Mierda, mierda.

Me bajo rápidamente del coche y me llevo las manos a la boca al ver el gran daño que le e hecho a mi coche.

—Usted está loca— grita un hombre

—señor de verdad lo siento mucho..— me disculpo.

Las partes delanteras de nuestros autos quedó bastante arruinada, los cristales de las luces están rotos y yo no puedo creer lo que hice

—¿Estaba ebria?— Pregunta el tipo furioso

—no señor, no estaba ebria— reclamo

Ay no no no todos los vecinos salen a ver el gran espectáculo que ya di con el estruendoso choque de autos.

—ahora me lo paga— exije

Los murmullos de los vecinos se hacen presentes algunos salen en pijama con el periódico en la mano que a Sido recién entregado, las mujeres me dan una mirada reprobatoria y siento una vergüenza muy grande en mi interior.

—¿Que le voy a decir a mi jefe?— el tipo está bastante furioso y se voltea con el teléfono en el oído realizando una llamada.

Voy de nuevo hasta mi coche y tomo mi bolso, cierro la puerta del auto otra vez luego pongo el bolso de diseño sobre el capote del auto. En mi celular busco a Emir... frenéticamente corro con el dedo los contactos hasta arriba, espera. No Aysel tu necesitas a Emir tú puedes arreglar esto sola.

—Señor de verdad lo siento estaba muy distraída— me acerco el tipo

—demasiado Aveces las mujeres son tan estupidas para conducir...— escupe y con rabia azota la puerta de su auto, un Mercedes Benz negro.

—Tampoco tiene que ser grosero— pongo cara de pocos amigos

—¡No veo que otra forma de llamarla más que irresponsable y estúpida¡— exclama

Las personas al respecto exclaman un ¡Oh!, De la vergüenza vuelvo a subirme a mi coche ya destrozado de la parte delantera mientras escucho al idiota decir que ojalá y yo no escape sin pagarle a su jefe los daños..

Mi auto no enciende el motor y me desespero, doy un golpe al volante y recargo mi frente sobre el. Los autos pasan aún lado de mi, los autos de los vecinos dirigiéndose al trabajo. Me hechan miradas de curiosidad así que tomo mi gorra favorita de baseball (regalo de Ozan), me la pongo y me hundo en el asiento del conductor con los brazos cruzados.

No puedo moverme de aquí hasta que mi aseguradora y el jefe del tipo del auto el cual choqué se digne a aparecer, ya son las 8 am. El viento lleva consigo rafagas de arena que levanta de la playa y hace que está se estampe contra los cristales del coche, el exterior está húmedo, arenoso y el viento puede que arranque las palmeras del lugar. Hace frío pero cuando menos tengo mi abrigo y mi gorra. Mi ropa era más un pijama que ropa de uso exclusivo para el trabajo, ¿Como puedes preocuparte por tu ropa, Aysel?.

Despierto por unos golpes en la ventana y torpemente salgo del auto cubriendome el rostro con las manos por la arena que se enreda violentamente en mi cabello y azota mi cara. Me topo con unos brillantes zapatos negros, apenas puedo abrir los ojos por la horrorosa arena.

—De verdad lo lamento fue mi culpa estaba muy distraída y no me di cuenta que iba en el carril del sentido contrario— digo en un hilo de voz —me haré responsable de los gastos...

El sujeto no especula ninguna palabra así que saco del bolsillo de mi abrigo una chequera que está a mi nombre en donde mi padre me dejó dinero por si en algún momento lo llegará a necesitar en las circunstancias en las que estoy con Emir.

Yo alzo con trabajo la mirada y abro los ojos, él jefe es.. Andy. Por un carajo lo que me faltaba, chocar el coche de Andy.

— Andy...— murmuro

El viento agita el cabello de Andy con brusquedad y sus ojos azules están arritados.

—¿Otra vez aquí?, ¿Ya viste lo que hiciste?— dice furioso

—Andy, yo...

—¡Te deje en claro que no quería verte aqui!— sus ojos reflejan dolor

Reuni valor para mí siguiente respuesta.

—¿Disculpa?, Yo vivo aqui— digo con orgullo y el parece sorprendido — y si no te gusta me alegro mucho por que seré un dolor de pelotas para ti durante tu estancia— digo muy enfadada, me sorprendo de mi reacción por que normalmente yo no hago estás respuestas

Andy era muy guapo, si, pero eso no le quitaba lo idiota y manipulador que Aveces podía llegar hacer. Porta un traje totalmente negro con camisa de igual tono, su abrigo es largo y elegante con solapas rígidas, zapatos brillantes y cabello espectacular.

Saco mi chequera y pongo una cantidad elevada, el nombre de Andy, mi nombre y mi firma. Todo lo hice muy rápidamente y con cara de pocos amigos, lo arranque de la línea marcada así que se lo entregue.

—Aqui tienes el dinero de la reparación del coche, hasta puedes comprar otro igual con esta suma así que disfrútalo— le tiendo el trozo de papel pero él no lo acepta así que tomo su fría mano y depósito el cheque en ella con un movimiento brusco.

Me doy la vuelta y saco del coche mi bolso, mi teléfono y mi laptop.

—Aysel— llama por mi nombre

Yo lo ignoro y abro el maletero, saco mis muestrarios de pinturas y telas me los pongo bajo el brazo luego le pongo seguro al coche.

Tendré que caminar hasta la cima

—Aysel te estoy hablando— su voz suena como gruñido —Aysel te ordeno que te detengas— siento sus pasos detrás de mí

—la chica que antes hacia todo por ti se a ido Andy, ayer la enterraste.

—Maldita sea, que te detengas— me hala del brazo.

....




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