Nuestra continuación.

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Capítulo XXI:

Departamento de Armando Mendoza - 09:00 a.m.

Betty está sentada en la encimera del baño con la bata azul marino de Armando, que le queda grande. Armando, en pantalones de pijama, está entre sus piernas. Betty afeita a Armando, concentrada. Armando la mira con una sonrisa.

BETTY:- (ATENTA) Si no dejas de sonreír voy a terminar lastimándote... 

ARMANDO: (EN UNA SONRISA) No puedo evitarlo, mi amor.

BETTY: (ATENTA) ¿Y el parque?

ARMANDO:- ¿Porque hablas tan en serio?... 

BETTY: ¿Y qué te pasa?

ARMANDO:-(RISAS) Nada.

Betty deja lo que está haciendo y mira a Armando. Él le sonríe, enamorado. Betty niega con la cabeza, limpiando y afeitándolo. Toma la espuma de afeitar y pone un poco en su mano y la coloca en su rostro, dibujando una barba blanca. Empieza a reír.

ARMANDO:-¿Qué pasó?

BETTY:- (RISAS) Creo que ya puedo tener una idea de cómo serás cuando seamos viejos...

ARMANDO:- (SONRISAS) Te estás divirtiendo mucho, ¿no?

Betty se muere de risa.

ARMANDO: Beatriz, no te puedes reír de los mayores. A esta edad hay que tener mucho cuidado con el corazón de las personas mayores.

BETTY: Dios mío, qué dramático es este pequeño doctor mío...

Armando apoya sus manos en el plato, atrapándolo entre él y el mostrador.

BETTY:- Armando, ¿qué haces?

ARMANDO:- Nada.

BETTY:- Mi amor, tenemos que terminar esto o nunca saldremos de este baño.

ARMANDO: - No veo la necesidad de evacuar este baño pronto.

Armando va acercando su rostro cada vez más al de ella.

BETTY:-A, no doctor, usted no vale lo suficiente...

Armando besa apasionadamente a Betty, untándola por todas partes con crema de afeitar. Betty intenta alejarse de él. Armando se aleja, con una sonrisa pícara,

ARMANDO:- Creo que toda esta crema sólo se puede quitar dándote una ducha, ¿no crees, vida mía?

BETTY:-(SONRIE/SACUDE LA CABEZA) Me voy a casar con el hombre más malicioso del mundo...

Armando se aleja de ella con la cabeza gacha. Se sienta en el inodoro y pone cara de tristeza.

ARMANDO: No, no, mi vida, no... Puedes darte una ducha. Puedes ir primero y yo me sentaré aquí. 

BETTY:- Mi amor, no eres buen mentiroso...

Armando deja escapar un profundo suspiro, en la más pura simulación.

BETTY: - ¿Pero quién dijo que soy buena?

Betty abre la puerta de la ducha y empuja a Armando hacia adentro.

Betty sale del baño y se pasa las manos por el pelo. Armando se pone la corbata, frente al espejo.

ARMANDO:- (SOSTENIENDO SU CORBATA) ¿Estás bien?

BETTY:-(OJOS BRILLANTES) Hermoso, como siempre.

ARMANDO: Ahhh...

Armando la abraza, besándola cariñosamente. Él comienza a pasar su mano por su cuerpo. 

Betty se aleja riendo.

BETTY:- ¡Armando, no podemos quedarnos en esta habitación para siempre!

ARMANDO:- ¿Por qué no? De todos modos, nunca me ha gustado el exterior de este edificio.

BETTY: (RISAS) ¡Armando!

Betty se separa de él y se sienta en la cama, poniéndose los zapatos. Armando va al armario, sacando el abrigo de su chaqueta. Empieza a vestirse.

ARMANDO:- Betty, necesitamos descansar, ¿sabes? Llevamos más de un año en este frenesí. Estoy muy cansado.

BETTY: Oh, mi amor, estoy completamente de acuerdo. Estoy tan cansada... Pero al parecer solo podremos descansar más tarde.

ARMANDO: En nuestra mini luna de miel de anoche valió la pena poner candados en esta casa y cortar todos los cables telefónicos.

Betty se ríe.

BETTY: - Me vas a secuestrar durante la luna de miel, ¿es eso?

Armando va al baño y regresa con el frasco de perfume en la mano. Betty lo mira intrigada. Armando ni siquiera se da cuenta.

ARMANDO: - Necesito estar a solas contigo, Beatriz. Estas últimas horas nuestras fueron tan maravillosas, me sentí como una persona normal, con una vida de hombre normal.

Armando se pone el perfume en las manos y deja caer el frasco sobre la mesita de noche. Betty continúa observando sus movimientos.

ARMANDO:-Pero sabes que cuando salgas por esa puerta el mundo se nos caerá encima. Los teléfonos empezarán a sonar, llegarán muestras, cobros, bancos, en fin ...

Armando se frota las manos y luego se pasa por el cuello. Betty se levanta y se acerca a él, abrazándolo por la cintura.

ARMANDO: Llegan los inversores, los accionistas... Y sabes lo que cada uno quiere, Beatriz.

BEATRIZ: ¿Qué?

ARMANDO: (CELOSO) ¡A ti, claro! Quieren reuniones, quieren comidas y cenas de negocios. ¿Es eso lo que me queda, Beatriz? 

Betty interrumpe lo que dice Armando acercando su nariz a su cuello, oliéndolo, Armando se sorprende bastante.

ARMANDO: Betty, ¿qué haces? 

BETTY:-Oler tu perfume.

Armando traga saliva.

ARMANDO: Betty, no me hagas eso...

BETTY:- Siempre quise oler tu perfume, Don Armando...

Betty cierra los ojos y acaricia el cuello de Armando con la nariz.

BETTY:- (OJOS CERRADOS) Llegaste a Ecomoda, me pasaste y pensé que el mejor lugar del mundo debía ser este...

Betty lo besa en el cuello. Armando se estremece y respira hondo.

ARMANDO:- (INTENTANDO CONTROLARSE) Betty...

Betty se aleja de Armando. Lo besas rápidamente en los labios y dejas su abrazo.

BETTY: - Nos vemos en Ecomoda, mi amor.

ARMANDO: (DESESPERADO) Betty, ¿a qué te refieres...?

BETTY:- Necesito irme a casa.

Betty va saliendo del cuarto de Armando, recogiendo su bolso.


ARMANDO:- (DESESPERADO) Betty, no puedes hacerme esto... y luego dejarme aquí así.

Betty, ya en el pasillo, se gira hacia Armando y le da un pequeño guiño antes de desaparecer de su campo de visión.

ARMANDO: - Creo que nunca ha habido un hombre en este mundo que quisiera casarse tanto como yo. (SUFRIMIENTO) Que cruz, Dios mío, que cruz.

Historias de Betty y ArmandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora