Nuestra continuación.

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Capítulo XXII:

Residencia Pinzón-Solano - 10:04 am:

Los padres de Betty desayunan. Don Hermes mira la hora en su reloj de pulsera. Tamborilea con los dedos sobre la mesa, impaciente. Extiende la mano para coger el teléfono que está al lado de doña Julia. Ella rápidamente levanta el teléfono y se aleja de él.

JULIA: ¡No, Hermes, ya dije que no!

HERMES: -¡¿Pero cómo no, Julia, cómo no?! Es absurdo que la niña aún no haya llegado. ¡Mira qué hora es! 

JULIA: Ay, Hermes, le avisó que pasaría la noche fuera de casa...

HERMES:- Y eso ¿Es esto una vergüenza? Esa es otra cosa que no me gusta, ¿desde cuándo dejó de pedir permiso y simplemente decidir que iba a dormir afuera, eh? 

HERMES: - ¡Sígueme, Júlia, tú eres la que arruinó a la niña! Por supuesto, siempre pasando su mano por su cabeza, siempre permitiéndole hacer lo malo.

JULIA:-¡Pero cuáles son las cosas malas, Hermes, de qué estás hablando, hombre?!

HERMES: - Sabes muy bien de lo que hablo, J...

Betty entra a la casa. Hermes y doña Júlia la observan. Betty da una sonrisa irónica.

BETTY:- Buenos días...

Don Hermes se levanta indignado.

HERMES: - ¡¿Buenos días?! ¡¿Buen día?! ¿Es hora de volver a casa, señorita?

BETTY:- Ay, papá...

HERMES:- ¿Has perdido el respeto por tu hogar, Betty? ¿Has perdido el respeto por tu familia?

HERMES: - ¿Ya son más de las diez de la mañana, Beatriz, y apareces aquí frente a mí como si nada? ¿Cómo me explicas esto, eh?

Betty le estrecha la mano con nerviosismo.

HERMES: - Por favor, debes saber que si hubiera contestado el teléfono cuando llamaste, no habría sucedido esto: dormir fuera de casa. Sólo me faltaba este. En casa del Doctor Armando, encima (INDIGNADO) ¿Y qué hacían? ¡Porque no puedo creer que estuvieran trabajando hasta ahora!

JULIA: Hermes, quédese tranquilo, hijo mío.

HERMES:- Julia, déjeme sola con Beatriz. (MIRANDO A BETTY) Y usted siéntese jovencita, tenemos que hablar.

Betty se sienta y suspira. Doña Julia la mira temerosa. Se levanta y recoge los platos, se dirige a la cocina, Hermes camina por la habitación indignado.

HERMES: - Beatriz Aurora Pinzón Solano, cree que... 

BETTY:-(CORTANDO) No sabes lo que pienso.

Hermes se sorprende. Betty lo mira.

BETTY: - No sabe lo que pienso porque cuando me mira, todavía ve a una niña. Y ya no soy una niña, papá soy Presidente de la empresa de modas más grande de Colombia, y además, ya soy una mujer que tiene una pareja estable. (LE DICE SERIA).

HERMES:- Bueno, Beatriz, eres muy ingenua, necesitas entender que el mundo que está afuera...

BETTY:-(INTERRUMPIENDO) El mundo exterior es el mundo del cual soy parte, el mundo está ahí para que yo lo viva y lo disfrute. 

BETTY: Sabe que siempre lo he respeto mucho, que siempre respeto mucho a mī madre. Nunca les dí ninguna razón para que se sintieran avergonzados de mí, nunca hice nada para lastimarlos. Sin embargo, me tratas como si hubiera estado haciendo cosas malas toda mi vida.

HERMES: Pero Betty...

 BETTY:-Lo siento papá, pero así es como me siento. Siempre que me mira parece que sospecha de mí todo el tiempo. A menudo me siento como un criminal.

BETTY: La cuestión es que ya no soy la niña que abrazabas y protegías.

Hermes suspira y agacha la cabeza, Betty se acerca a él tomándole las manos.

BETTY:- Papá, entiendo tu forma de actuar, sé que soy tu única hija y sé que hace todo esto porque me ama y no quiere que sufra. Me dió la mejor educación que pudo, hizo un esfuerzo por mí y se lo agradezco. Pero el Señor necesita entender que ahora soy una mujer. Una mujer que sufre y tiene deseos como todos. Una mujer que además es capaz de tomar sus propias decisiones.

HERMES: (CABEZA BAJA) Sí, Betty, pero yo...

BETTY: (PASANDO SU MANO SOBRE SU CARA) Sé que no es fácil admitir esto, fue difícil para mí también (SONRISAS) Hasta hace un tiempo yo también me sentía como una niña... 

BETTY:-Pero crecí. Y no sólo físicamente. Crecí como ser humano y en muchas maneras, papá (EMOCIONADA) Y mucho de esto se lo debo a usted y a mi mamá, que siempre estuvieron ahí ayudándome, dándome fuerzas para seguir.

HERMES: No hice más que mi obligación, hija mía...

BETTY:-(ABRAZÁNDOLO) Es el mejor padre del mundo y el mejor amigo también (LLENANDO SUS OJOS DE LÁGRIMAS) Muchas gracias papá.

Don Hermes solloza, evitando llorar. Betty se aleja de él, tomándole las manos.

BETTY: Quiero que lleve la certeza en su corazón de que todo lo que he hecho hasta el día de hoy y lo que haré de ahora en adelante nunca le traerá vergüenza.

BETTY: Y por muy doloroso que sea, tiene que entender, papá, tiene que entender... que ya no soy la señorita Betty. Soy una mujer.

Betty se levanta y sube las escaleras. Hermes se queda quieto, luciendo perdido.

Historias de Betty y ArmandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora