MINE

Capítulo 40

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𝗖𝗼𝗻𝗳𝗲𝘀𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀
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Me remuevo en la suave superficie y al darme la vuelta veo que Derek ya no está. Me quedo un rato más en la cama viendo a la nada y recuerdo lo que pasó anoche. A este paso no seguiré por mucho tiempo virgen.

Me pongo de pie, me doy un baño, me arreglo mi cabello y bajo a la planta de abajo. Huele a café.

— Buenos días — digo al ver a la abuela de Derek

— Buenos días, linda — sonríe cálidamente y me señala con la mirada que tome asiento en un taburete.

— ¿Dónde está Derek? — ella me ve con comprensión y suspira.

— Salió en busca de Axel — murmura y siento un poco de tristeza en su voz — Va a matarlo.

— Sigo sin entender cómo llegó a esa conclusión — admito al aire. Yo nunca pude haberlo esperado — Saber que tal vez Axel nos puso en contra para separarnos..
No tiene sentido

— Claro que tiene sentido — Su voz hace que mi corazón comience a latir como loco. Lo veo caminar seguro de si mismo hacia mí. Me da un beso en la cabeza y se sienta a mi lado — Axel está desquiciado desde que murió Zoe y es su venganza. — frunzo el ceño. — Quería manchar mi imagen frente a ti. — lo veo desconfiada.

— ¿Y qué te hace creer que te creo? — alzo una ceja y él me observa con atención

— Ayer nos besamos y...

— Eso no quiere decir nada — tomo el café de la abuela — Tú sabes que aún no me fío de ti — veo en sus ojos la preocupación.

— Kate yo nunca te fallaría ¿Lo he hecho alguna vez? — la desesperación en su voz es evidente y mi corazón duele un poco. — Jamás lo haría. Yo daría todo por ti — pone un mechón de mi cabello atrás de mi oreja — Trataré de demostrarte que lo dijo ese imbécil es falso. Lo prometo — suspiro. Si promete algo es lógico que lo va a cumplir.

— Aveces temo el grado de tus promesas — bromeo y el sonríe un poco. Lo suficiente para enloquecerme.

— Es solo para la personas que me importan y tú al ser mi favorita lo hace aún más — alzo una ceja y él se acerca a mí.

— ¿Hay más personas? —me hago la digna y él me abraza

— La familia, Kate... No seas celosa — me aprieta contra su cuerpo. Y aspiro su olor.

— No soy celosa — señalo y nuestras narices se rozan y me da un casto beso. Entonces se escucha un suspiro quinceañero y nos giramos a la abuela que nos mira con ternura.

— Perdón, chicos, se ven muy lindos juntos — sus ojos se achinan y nos separamos lentamente.

Opto por desayunar lo que tengo enfrente que consiste en una taza de café y una tarta de fresa.

— ¿Lo encontraste? — digo en medio desayuno y Derek mastica y veo que se lo piensa.

— Escapó a tiempo — dice al final — dejé a algunos guardias merodeando — termina su desayuno — Tengo cosas que hacer — me da un beso en la cabeza — Nos vemos luego — y desaparece.

— Aunque le cueste admitirlo — la abuela rompe el silencio — No quiere matar a Axel — mi curiosidad crece.

— ¿Desde cuándo se conocen? — ella toma asiento frente a mi con una taza humeante con olor a café.

— Desde que estaban en la universidad. Estudiaron juntos y ambos estaban en el equipo de fútbol — vaya, que cliché. — Comenzó por las fiestas después se volvieron inseparables — veo la tristeza en su voz — es como un nieto para mí — suspira — Prácticamente los vi emborracharse y vomitar sin parar hasta madurar y convertirse en lo que son ahora. — sus ojos lucen apagados muy lejanos a la calidez que siempre emanan.