Capítulo 48︳Editado

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𝗦𝗲𝗻̃𝗼𝗿 𝗥𝗼𝘀𝘀
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Trato de huir pero soy retenida por uno de los hombres que acompañan a mi padre.

- ¡Déjame ir! - el tipo enrolla en su mano la tela de mi vestido y me inmoviliza. - ¡Idiota! - le golpeo el pecho y se mueve un poco pero no me suelta. Es de noche y no hay nadie a quien pedirle ayuda. Mi padre me acribilla con la mirada y decido esperar el momento para atacar y huir. Veo la enorme mansión que hay frente a mi. Luces cálidas iluminandola, arbustos en su perímetro y una gran puerta esperando ser abierta. Parece una especie de casa blanca que no es blanca pero si de un tono beige. - ¿Qué hacemos aquí? - silencio y bufo cuando me empujan a caminar

- Te pondremos algo más natural - mi padre se quita esos lentes de sol de los ojos y veo que los años se le han notado un poco. Sus ojos, iguales a los míos, me observan sin algún tipo de emoción y quisiera transmitirle una con mi puño. - Pareces sacada de una boda - lo observo caminar con altivez y elegancia hacia la puerta que se abre sola y deja ver el lujoso interior de esta mansión. Una fuente nos recibe y veo que solo es la puerta del exterior, no da a la puerta principal donde se ve la Sala de estar entre otras cosas. Alrededor hay una especie de balcón rodeando toda la estancia en forma de media luna, mostrando muchisimas puertas.

- Bienvenida al hotel Legacys - murmura con orgullo pero sin emoción - Lugar donde una simple mortal ni siquiera podría pisar - me mira con desprecio y alzo una ceja.

- Si soy una simple mortal sería por ti - detiene su recientemente caminar - Tú eres mi padre y por lo tanto es el que debe ver por mi ¿Cierto? - se gira hacia apretando la mandíbula.

- Solo te soporto porque te sacaré provecho - sus dedos alzan mi quijada y me obliga a cruzar miradas - Si no te dejaba donde estabas - quito cualquier contacto de su piel con la mía.

- ¿Sacarme provecho de que? - inquiero

- Ya verás - y comienza a caminar nuevamente y el tipo que no me dejó huir me empuja nuevamente y gruño enseñando mis colmillo y él se queda pasmado.

- Dime - ordeno y me ignora - Dime - me ignora otra vez - DIME AHORA - se detiene y me mira con altivez

- No tienes ningún derecho a ordenarme tú a mi - Chasquea los dedos y una mujer de veintitantos sale enseguida. La morena lo observa con temor.

- Buenas noches señor Ross - dice enseguida

- Entregale ropa más... - me observa de arriba a abajo - Casual. Arreglala - la morena me mira con temor y se acerca a mi.

- Acompañeme señorita - me hace un ademán con la cabeza para que la siga y por la mirada de muerte de mi padre la sigo tras darle una mirada fulminante - No sé mucho de maquillaje pero puedo... - me da unas toallitas desmaquillantes - Pero sé algo. - me da un pequeño espejo y me dispongo a quitarme un poco el maquillaje y las pestañas postizas que siento que me pesan.

- ¿Qué te hace? - digo en medio proceso de quitarme el maquillaje de los ojos. La morena me mira enseguida con los ojos bien abiertos

- ¿Qué quiere decir? - pregunta con temor.

- ¿Qué te hace él para que le temas? - baja la mirada y luego la levanta suspirando.

- He aprendido por las malas que debo obedecerlo - suspira y me tiende ropa - Sabía que iba a venir y le trajo esto - me tiende unos pantalones y una camiseta blanca. Me está facilitando el escape. Termino de quitarme el maquillaje y busco de donde quitarme el vestido

- ¿Qué planes tiene? - me ayuda a bajar el cierre de mi vestido y olvido que no tengo sostén. La chica lo ve y corre enseguida a buscar entre sus cosas. Entonces detallo la habitación. Es pequeña color beige, con una cama individual de madera oscura, muebles y buros del mismo tono que la cama. Dos porta retratos y no logró distinguir las caras de las personas.

- Créeme si supiera se lo diría - me extiende el sostén y me lo pongo enseguida después de que ella tontamente se da la vuelta para darme privacidad. Sorpresivamente es de mi talla- No es por entrometida pero... - me pasó la camiseta rápidamente y me pongo los pantalones enseguida y me siento en el suelo para ponerme los tenis negros deportivos que me dió - Se parece mucho al señor Ross - me encara y la veo desde abajo con sus facciones temerosas.

- Soy su hija - si había perdido su constante temor ahora es mayor - No debes de temer - digo cuando veo que su labio comienza a temblar. Pobre chica - No soy igual que él - me pongo de pie y ella retrocede un paso - Jamás lo seré - entonces tocan la puerta y veo que mi padre asoma la cabeza

- Veo que ya estás lista - la abre por completo - Andando - ¿Que se cree? Lo sigo tras darle una última mirada a la chica y desaparece de mi campo de visión. Veo que vamos nuevamente a la camioneta.

- ¿A dónde vamos? - Pregunto y dejo de caminar. El tipo que nos acompaña me empuja y gruño logrando que mi padre se gire hacia nosotros.

- No seas infantil y sube - ordena.

- ¿A dónde vamos? - pronuncio lentamente y el tipo me empuja con mayor fuerza y entonces tomo su muñeca y se la rompo. El tipo suelta un alarido de dolor y mi padre me ve con los ojos bien abiertos. - ¿Ahora me dirás? - entonces escucho un seguro quitarse y sé que me están apuntando detrás de mi.

- ¿Porqué le hiciste eso? - me giro lentamente al moreno que me apunta. Me encojo de hombros.

- Porque me dió la gana - posa el arma en mi frente, apuntandome - Tú turno - en un rápido movimiento saco mis garras y las paso por su garganta, hiriéndolo en el proceso. Seis. Seis seguros abiertos. Seis armas apuntandome. La sangre del moreno cayó sobre mí cara así que me giro hacia mi padre lentamente.

- ¿Qué eres? - se acerca cauteloso y se detiene a una distancia prudente.

- Tú hija - sonrío de las y muestro mis colmillos. - Déjame ir o terminaran todos muertos. - Ross sonríe burlon

- Intentalo - y me lanzo al primer tipo desgarrandolo por la garganta y uno de los seis dispara y me cubro con el cuerpo sangrante de mi víctima. Unos brazos tratan de zafarme del muerto pero le clavo mis garras y le doy un codazo en la boca. Mis ojos caen en la luz del exterior y corro hacia ahí sin pensarlo. - ¡QUÉ NO ESCAPE! - escucho que grita y soy acorralada por al menos diez tipos que custodiaban el frente.

- Ponga las manos donde pueda verlas - ordena uno de ellos acercándose hacia mi con el arma apuntandome. - Las esposas - le hace un ademán a uno de ellos y levanto las manos a lado de mi cabeza . El tipo de las esposas me hace arrodillarme seguido de ponerme violentamente contra el asalto y mi cara recibe el impacto. Hago una mueca.

- Imbéciles - murmuro contra el asfalto y me levantan sin ningún esfuerzo.

- Mataste a dos de mis hombres - mi padre se posa frente a mi junto al tipo que me ordenó que me esposaran - Tienes colmillos y garras como un puto animal - sonrío de lado - Tus ojos cambian... - ronroneo - ¿Qué mierdas eres? - pregunta sereno.

- Nada que quieras saber - Scar toma el control - Déjenme ir o pagaran las consecuencias - entonces me vuelven a tener boca abajo contra el asfalto. Tomo el control y me dejo llevar por el tipo que tengo atrás mío. Me lleva sin ningún esfuerzo a la camioneta como si de un costal de papas se tratará. Me deja caer en el asiento y mi cabeza rebota. Me siento de inmediato sobre el alcolchonado y frío asiento de piel . Los tipos, junto a mi padre, tratan de entrar pero soy más rápida y golpeo al chófer a la cabeza con mi cabeza y pongo seguro en mi puerta con mi pie y acierto que las puertas estaban cerradas. Rompo sin esfuerzos las esposas y hago al tipo a un lado. Enciendo el motor y acelero

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