Capítulo 50 Final

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𝗙𝗶𝗻𝗮𝗹
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Ha pasado un año desde el accidente y nuestro lazo es cada vez más débil. Me siento continuamente exhausto y vacío. No recuerdo si quiera la última vez que reí o sonreí.
Luce igual a ese día. Pálida y frágil.
Siento como si en cualquier momento se fuera a desmoronar en mis brazos.
Lo siento así cada que le abrazo para darle un poco de calor.
Su cuerpo está deteriorándose. Está muy delgada y se nota enseguida en sus pómulos. Es como si la muerte la absorbiera poco a poco.
No quiero que muera como lo hizo mamá pero la realidad me está golpeando a la ventana y mi esperanza se va a apagando poco a poco.
La llamo todos los días al oído esperando que me escuche y vuelva pero no a dado resultados. Incluso sus familiares y amigos lo han hecho pero no a dado respuesta. Ni siquiera a movido algún músculo algo que nos indique que sigue ahí.

Hoy es su cumpleaños y me siento una mierda.
Hace meses ella me dijo lo que quería para su cumpleaños...

— Derek — ella me ve con sus ojos risueños a causa de su reciente despertar. Yo la observo embobado con sus ojos sonrientes.

— Dime — ella sonrie y sus mejillas se acaloran un poco.

— Quiero viajar algún día — se acurruca en mi pecho y me siento pleno — Me gustaría que algún día vayamos de viaje — Levanta la cabeza y enlaza nuestras miradas — Solos. Tú y yo — A esos ojos yo le doy lo que me pidan.

— ¿Qué te parece en tu cumpleaños? — no faltaba demasiado peor tampoco estaba cerca. Ella se lo piensa y asiente enseguida encantada

— ¿A dónde sea? — sus ojos se tornan de ese brillo que me fascina.

— A dónde quieras — pongo un mechón de su cabello tras su oreja.

— Hecho — y me da un tierno beso que transmite algo más que un roce.

Me doy cuenta que estoy llorando al notar mis mejillas húmedas. Ya no me escondo. Últimamente lo hago seguido. Extraño a mi Kate y daría lo que fuera por tenerla a mi lado.

— Derek — mi abuela me trae a la realidad y doy un sobresalto — Ya está listo lo que me pediste — respiro hondo y voy por el pastel que hice que mi abuela le hiciera solo a ella. Ella me había dicho que su pastel favorito era el de red velvet y yo aunque sé que no está aquí se lo traeré. Con el corazón hecho puño enciendo las velas de cumpleaños y bajo la mirada de sus familiares y los míos, lo tomo y lo llevo a nuestra habitación donde ella está. Liam abre la puerta para mi y nos deja solo. Trago saliva con dificultad y tan sólo con verla tendida ahí casi sin vida me hace temblar.

Mierda no hice nada para impedirlo.

Si lo hubiera...

— Lo siento amigo — Liam interrumpe mis lamentos internos — No te dejaré en estos momentos difíciles — Él también se a visto afectado y lo noto por sus cambios en su forma de ser. Luce más apagado.

— Sí, no te dejaremos solo — Mike, el hermano de Kate, entra también a la habitación seguido de su hermana y su abuela junto con la mía. Mis hermanas y cuñados también entran y trago saliva nuevamente con dificultad.

— ¿Puedo dar un discurso? — me pregunta Liam y como puedo le doy un asentimiento. Mi pecho oprimido me dificulta hablar — Kate, hoy estamos reunidos para festejar en tu día — comienza a hablar — Un día en esta fecha nació una chica que pensaba que su vida iba a ser normal pero que a sus quince años conoce a un lobo amargado que le cambia la vida — lo volteo a ver con cara de pocos amigos. Me hace acercarme a cuerpo inconsciente de mi Kate — Si no fuera poco se gana rápidamente un lugar en nuestros corazones y ni hablar del alpha amargado que el suyo es derretido de ese témpano de hielo. Felices dieciséis querida Luna y esperamos con ansias tu regreso que deseamos con todo corazón. —  gimoteos se escuchan de fondo y descubro que son mis hermanas y abuela llorando.

— Kate — me siento a su lado con el pastel en mis manos — Sé que sigues ahí y sé que puedes escucharme — paso por alto la desesperación en mi voz — Por favor regresa, te necesito — un nudo en la garganta amenaza por delatar mis sentimientos pero no me importa. Quiero tenerla de vuelta. Veo su rostro pálido y no hay respuesta. Trago saliva con dificultad y apago las velas de su pastel — Feliz cumpleaños mi Luna — hay un gran silencio y lucho por no derramar lágrimas pero me vence esto. Todos se van en silencio y Liam se queda conmigo.

— Hazlo — me motiva y lo veo borroso a causa de las lágrimas — Pero no pierdas la esperanza — Me da unas palmadas reconfortantes y trato de calmarme. Respiro hondo y dejo su pastel en la mesita del centro. Me acerco a ella y tomo su mano inmóvil.

— No puedo imaginarme escuchando tu corazón detenerse — aprieto su pequeña mano con la mia — Kate, los médicos me dijeron que si sigues así... Te irás — trago saliva — ¿Sabes que estuve mucho tiempo esperándote? Y ni a un así te pude decir que te amo — Una lágrima cae por mi mejilla — Lo siento mucho. Lamento no haber dicho esas dos palabras cada mañana. Cada oportunidad que tuviera. Sé que no soy cariñoso ni tampoco el perfecto pero por ti lo intentaba — un sollozo sale de mi garganta y le dejo llevar por los espasmos. Lloro como algunas noches sin dormir y me detengo al poder escuchar su corazón lento. Me limpio la cara con el dorso de mi mano. Perplejo. Me acerco a su pecho y veo que no logró escuchar su corazón. — Kate — el pánico me atasca la garganta — Kate — la agito y no recibo respuesta. Salgo en un segundo de la habitación y veo a todos abajo. — Llamen a un doctor — Todos fruncen el ceño — Su corazón se detuvo.

[... ]

El doctor llegó enseguida y el dolor en mi pecho me desmayó unos minutos. Es imposible de soportar. Ahora están tratando de reanimarla. Y yo no quiero escuchar esas palabras. Perdí la fé. Ella se fue y no pude decirle mis sentimientos por ella. Mis ojos están secos y necesito dormir pero quiero descansar.
Por el lazo que teníamos yo compartía con ella su pesar y cansancio y a diario me sofocaba no poder tenerla para mi.
El vacío me deprimía a diario y el lazo se hacía cada vez más frágil.
No quiero llegar a casa y escuchar las mismas palabras que escuché cuando mi madre murió.

"Ella se fue"

No. Mierda. Camino decidido al vacío que rodea una parte de la manada. Donde termina mi territorio. El aire golpea mi cara y recalca que estoy vivo pero yo no quiero seguir sin ella. No cuando la culpa me atormenta y el cansancio también. Veo hacia abajo desde mi altura. Seguramente si me lanzo mi cabeza se golpeará con una piedra y moriré por el impacto. Seguramente si me lanzo la manada quedará a cargo de Liam, estará en buenas manos. Mis hermanas tienen unos hombres como esposos perfectos para cuidarlas y sé que estarán bien. Mi abuela... Las tendrá a ellas y ya no vivirá con problemas sin mi.
Kate... Cierro los ojos y pienso en los suyos, su sonrisa traviesa y retadora. En su olor adictivo y único. En como sus manos me tocaban tímidamente el pecho o mis brazos. En como se sentían sus labios sobre los míos. Tengo la sensación leve de como era la sensación. Una lágrima que hace arder mis ojos cae por mi mejilla y la dejo bajar por mi cara. Respiro y hondo doy un paso más cerca de la orilla, doy otro más y...

Pum pum pum...

Mi corazón se detiene al percibir eso.

Volvió a latir

Mi lobo que estaba más deprimido como yo... No me había hablado desde el accidente y eso significa que...

Mi corazón se acelera al escuchar el aullido de Liam. Regresó.
Me transformo inmediatamente en lobo y corro hacia allá. A donde está ella. Siguen cayendo lágrimas porque espero y no sea una farsa.
Casi tiro la puerta al llegar a mi casa y subo rápidamente las escaleras y veo a mi familia obstaculizar el paso.

— ¿Qué pasa? — veo a Daryl llorando y mi pecho se oprime. Solamente señala y entro a la habitación donde están casi todos. — Den paso — ordeno severo y detallo a mi Luna tendida sobre la cama cuando el doctor se hace a un lado. Sus latidos junto a los míos me retumban en la cabeza.

— Derek — pronuncia lentamente y me regala una pequeña sonrisa.

FIN

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