3 La vergüenza, no tiene cara

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—¿Quieres hablar de lo que sucedió hoy? —pregunta Jude al otro lado de la línea.

—Lo siento —respondo al tiempo que me quito los zapatos y los voy dejando a un lado en el pasillo.

—¿Por qué?

—Por haberme ido sin decir más y dejarte atrás.

—Tonta, no tienes que disculparte. Lo entiendo.

—Gracias, Jude. No sé qué haría en Michfield sin ti.

—Deja de ser tan cursi. ¿Cómo te sientes?

—Confundida. Cansada...

«Muerta de miedo» Quiero decirle, pero solamente lo pienso. Si Sam está tan cerca que se ha dejado ver, es porque mi padre lo ha enviado y por supuesto que me ha tenido en la mira por días.

—Trata de dormir. Necesitas descansar y despertar renovada. Te espera un camino largo, y necesitarás energía para aguantar el andar.

—Lo sé.

—Bien. No olvides de la comida el domingo, te espero en mi casa.

—Tranquila, allí estaré.

Después de colgar, trato de recobrar mi tranquilidad, y evitar que se derrumbe el balance que le he dado a mi existencia.

No paro de hacer las mismas preguntas en mi cabeza... ¿Cómo me encontró? ¿En qué movimiento fallé? He sido muy cuidadosa con cada movimiento que he hecho. ¿Cómo lidiaré con esto ahora? Él no se irá tan fácilmente.

Verlo nuevamente por solamente esos minutos ha sido tan doloroso. No creí que, removería recuerdos de nuestro tiempo juntos, pero al llegar en el momento que nuestro matrimonio terminó, me recuerda también que no merezco sentirme así.

Debo ser feliz.

Tengo que ser feliz.

Voy a ser feliz.

Y no puede ser con él.

No será con él.

Por la mañana tuve la ligera sensación de que samuel aparecería en cualquier momento, de pronto me siento inquieta donde sea que vaya, por lo que hoy decidí cancelar la comida con las chicas

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Por la mañana tuve la ligera sensación de que samuel aparecería en cualquier momento, de pronto me siento inquieta donde sea que vaya, por lo que hoy decidí cancelar la comida con las chicas. Siento que estar metida en la oficina me garantiza tranquilidad.

El horario de oficina termina y solo quiero irme a casa, pensar si debo seguir huyendo ahora que me han encontrado, o quedarme y afrontar lo que sea que venga con la llegada de Samuel.

―¿Estás bien? ―Volteo de pronto dejando de lado de mis pensamientos.

Me toma unos momentos para caer en cuenta, de que el responsable en captar mi atención es nada más y nada menos que Shane. No me sorprende que sepa dónde trabajo, más bien me sorprende que no haya venido antes.

Fue en un café | Bilogía Destino I | Finalizada ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora