Han pasado cuarenta y cinco minutos y no sé nada de David.
Me tienta la incertidumbre, y pienso si preguntar a la enfermera de la recepción, pero eso sería mucho atrevimiento de mi parte. O tal vez no, solamente estoy preocupada, me justifico. Pero, ¿y si...? ¡Diablos! ¿Qué se supone que debo hacer en estos casos?
Únicamente me queda ser paciente; igual no tengo nada mejor qué hacer.
Tal vez un poco de café ayude a relajarme porque estoy muy nerviosa. El no saber nada durante un largo y tendido tiempo de algo importante, me provoca mucha ansiedad.
Quizá debería traer café para David y las chicas que estaban con él. Pero no sé quiénes son, supongo que una debe ser su hermana, ya que fue quien le llamó. No tendría sentido que no se tratara de ella.
—Regina —Escucho a David, lo cual me saca de mis cavilaciones y enseguida me acerco a él.
—¿Está todo bien? —cuestiono preocupada.
—Sí, todo está bien ahora —Dejo escapar un suspiro y ambos nos sentamos—. Estaba en su clase de arte y olvidó el inhalador.
Mi silencio puede interpretarse de muchas maneras, pero en este caso significa que, debería aclararme lo del inhalador porque me lo dijo como si fuese un tema que yo conociera bien, pero no; obviamente se intuye que padece de asma. Esto parece alertarlo y mi expresión de duda, al no decidir si preguntar lo que es obvio, lo hace responderme.
—Ehm. Qué tonto soy, no te lo había comentado. Liam padece de asma y olvidó el inhalador. Sucedió durante la tarde, pero debido a que estaba en el trabajo, Ellis decidió no avisarme hasta que estuviera fuera de peligro.
—Bueno, la entiendo. Por tu reacción hizo lo correcto en cierto modo.
―Se trata de Liam ―dice con preocupación―. Solamente pensar que algo puede pasarle, por mi descuido quizá...
―No, David ―interrumpo atreviéndome a tocar su mano―. ¿Por qué tendrías la culpa? Son cosas que pueden pasar.
―Lo sé. Pasa que no me cabe en la cabeza cómo ocurrió. Él jamás lo olvida, es parte de su rutina. Es un hábito en él asegurarse en todo momento que lo lleva.
―Lo importante es que está mejor ¿Cierto?
—Sí, lo dejarán esta noche para observación. El médico quiere cerciorarse de que no hay anomalías o secuelas por la obstrucción respiratoria, ya que tuvo una fuerte inflamación por la falta del medicamento de rescate. Por la mañana podré llevarlo a casa.
—¿Ha pasado por esto antes?
—Sí. La primera vez era más pequeño y el inhalador se le cayó dentro del auto. Estuvimos buscándolo por todos lados y aunque lo encontramos, no sé salvo de ir al hospital. Fue desde entonces que cargarlo consigo se convirtió en un hábito para él.
—Es extraño, entonces ―recapitulo cada palabra que me ha dicho.
—¿Liam? —pregunta como si no pudiera creer lo que digo.
—¡No! —Me apresuro a aclarar—. Me refiero a que, si Liam hizo del inhalador una prioridad, un hábito ¿Cómo es que lo olvidó? Es decir, tú mismo lo has dicho, para su edad es un niño bastante responsable e inteligente. Sería algo imprudente que no les avisara si lo olvidó conociendo las consecuencias.
—Estoy segura de que yo se lo vi cuando salimos de casa —dice una de las chicas que estaban aquí cuando llegamos.
Ambos volteamos y nos levantamos.
―Hola ―saludo con cortesía y un tanto nerviosa.
—Chicas. Perdón, con toda esta situación, lo pasé por alto. Ella es Regina —Me presenta colocando su mano en mi espalda, lo cual me hace sonrojar.
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Fue en un café | Bilogía Destino I | Finalizada ✔
RomanceDespués de encontrarse con una escena que le destrozó el corazón, Regina Mills decide huir a un nuevo lugar donde nadie la conoce. Empezar de cero le ha funcionado por algún tiempo, pero no es algo que vaya a durar mucho cuando su pasado la acecha.