36 Michfield

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—¡¿Qué tú qué?! —exclama Jude al otro lado de la línea.

—Regresé, Jude. Mañana iré a presentar mi renuncia formal al trabajo y buscaré una firma para unirme.

—Eso es excelente, amiga. Pero ¿por qué no me avisaste que ya venías?, podría haber ido por ti al aeropuerto.

—Descuida, no pasa nada.

—Le diré a Andrew que me lleve a verte, Regina.

—Tranquila, Jude. Mejor nos vemos mañana. Fui a casa de David —confieso con tristeza.

—¿Y qué pasó?, ¿pudieron hablar?

—No —Dejo escapar una triste sonrisa, recordando el momento en que toqué a su puerta—. En cuanto el timbre sonó, se escucharon pasos, pero...

—¿Pero? —cuestiona tras haberme quedado en silencio.

—Las luces se apagaron en toda la casa.

—No es posible. ¿Cómo se atreve? ―expresa sorprendida.

—Está bien. Entiendo hasta cierto punto su comportamiento, no quiere saber nada de mí. Pero, lo amo, Jude. ¿Qué debo hacer?

—Tener paciencia. Todo se resolverá, solo ten paciencia. Hemos visto que no se encuentra muy bien desde que regresó.

—Pues ya veremos qué pasa. Ehm, Jude, voy a colgar, quiero desempacar y descansar. Mañana nos vemos.

—De acuerdo. Regina, ¿y si vienes a cenar con nosotros? Mañana. Únicamente seremos Andrew y yo, los chicos se han ido a una excursión de la escuela.

—Me parece buena idea.

—Perfecto. Te espero mañana entonces.

Tras haberme dado un baño relajante, procedo a vestirme

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Tras haberme dado un baño relajante, procedo a vestirme. Decidí cargar conmigo esa ropa que estuvo guardada por tanto tiempo en la mansión.

Solamente verme en el espejo, despierta en mí esas emociones que creí perdidas. Mi vista se desvía instintivamente hacia mi vientre y sonrío. Aún es pronto para que comience a notarse el embarazo. En consecuencia, tengo que ir pensando en comprar prendas más cómodas, pronto las necesitaré.

Después de lo de Samuel, decidí dejar la firma a cargo de Derek y Penny, es lo menos que ese par se merecen después de siempre haber sido leales a nosotros. Sé que la he dejado en buenas manos.

Estaciono y me encamino decidida a la tienda donde trabajaba, debo al menos agradecer por haberme dado la oportunidad.

Al ingresar al pasillo, no puedo evitar mirar hacia las cámaras. Es probable que David esté mirándome, o quizá no, no lo sé. Aunque desearía que así fuera.

—¡Regina! —Miro por encima de mi hombro al reconocer su voz.

Niego con la cabeza sin detenerme, pero vuelve a llamarme y entonces recuerdo: No debo huir. Doy media vuelta para encararlo y debido a que viene casi corriendo detrás de mí, apenas y logra detenerse para evitar chocar conmigo.

Fue en un café | Bilogía Destino I | Finalizada ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora