21 Él y Yo

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No creí que esta noche pudiera convertirse aún más especial de lo que ha sido, al haber cantado frente a un público que no dudó en aplaudir tras la estrofa final. Nunca en mi vida había sentido esta emoción. La emoción que me provocó ver a la única persona que mis ojos podían ubicar entre tantas mesas. El dueño de ese par de ojos azules. Un color que ya se había convertido en mi favorito. Ese hombre que no viste elegante, sino más bien casual para la ocasión y que, sonríe sin dejar de aplaudir.

David había llegado, aunque exactamente no sé en qué momento, pero me gustó verlo ahí como un espectador más.

Han pasado dos días desde el incidente con Liam, así que, solamente nos habíamos estado enviando mensajes. No quería interferir con el tiempo que estaba dedicándole a su hijo.

De Samuel, curiosamente, no he sabido nada. Es como si la tierra se lo hubiese tragado. Y no es que desee verlo, es únicamente que me intriga un poco su desaparición espontánea. Mi intuición, me dice que algo anda mal y el nombre Albert Mills tiene mucho que ver.

En cuanto a Susan, Jude me dijo que cinco minutos después de que me fui, trataron de persuadirla para que también se fuera, pero al ver que era insistente con su decisión de permanecer allí, fueron ella y su esposo quienes mejor se retiraron para dejar descansar a David y las chicas.

De ahí, no supieron que fue de ella porque en cuanto ellos se encaminaron al ascensor, David se retiró hacia la habitación de Liam, dejando a Susan en compañía de su hermana y su cuñada. No creo que haya permanecido mucho tiempo allí con ellas y es algo que he evitado preguntarle a David.

Mientras los chicos se ocupan de guardar el equipo de sonido y acomodar todo para que otro grupo haga su presentación, Mina y yo nos acercamos a la mesa dónde está David sentado.

—¡Hola, David! ¡Ya vuelvo! —anuncia ella apresurada dirigiéndose a los baños. David solamente la sigue con la mirada, y en cuanto desaparece de nuestra vista, se gira hacia mí depositando un beso en mis labios que me toma por sorpresa.

—Hola —musito tras un breve suspiro en cuanto nuestros labios se separan, y tomo asiento junto a él.

—Cantas hermoso.

—¿Ah, sí?

—Sí. Me declaro tu fan número uno.

—Halagador, pero no te acostumbres. Es únicamente un pasatiempo.

—Te extrañé.

—Yo también. ¿Cómo está Liam?

—Igual que la última vez que preguntaste por él. Está bien y ansioso de conocerte.

—¿De verdad? —inquiero con una extraña sensación que no puedo explicar.

—Sí.

—Pues, a mí me encantaría conocerlo también.

—¡Lo siento! —exclama Mina, uniéndose a nosotros—. Era una emergencia. ¿Cómo estás, David? ¿Cómo sigue tu nene? Regina nos contó lo que ocurrió.

—Bien, ya está mucho mejor.

—Me alegra bastante ¡De verdad! ¿Cómo supiste de la presentación?

—Como si no supieras que es obra de Raymond —interrumpo.

—Sí. Bueno. Fue Ray quien me invitó, quería darle la sorpresa a Regina.

—A juzgar por su cara ―dice con picardía―, sí que la has sorprendido. ¿Qué te pareció?

—¡Hey! ¡Dave! —saluda Raymond, estrechando su mano con la de David.

Fue en un café | Bilogía Destino I | Finalizada ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora